La inestabilidad mundial dispara la exportación de armas españolas más del 35%
El Gobierno ha aprobado en año y medio la venta de material militar a Ucrania por valor de 515,8 millones
La creciente inestabilidad mundial, con conflictos abiertos en Europa y Oriente Próximo, ha desencadenado una nueva carrera de armamentos a la que España no es ajena. La industria militar española exportó productos por valor de 4.091,3 millones de euros en 2022, el año en que comenzó la invasión rusa de Ucrania, lo que supone un incremento del 24,3% respecto a 2021.
Esta cifra es la segunda más alta de la serie histórica, solo por detrás de 2017, cuando se alcanzaron los 4.346,7 millones. Sin embargo, el crecimiento se ha acelerado aún más en el primer semestre de este año, en el que la exportación de armas españolas ha sumado 1.753,9 millones, un 35,5% más que en el mismo periodo del año anterior.
Las ventas de aeronaves militares (sobre todo aviones de transporte y reabastecimiento en vuelo de la firma europea Airbus) representaron el 62,9% de las exportaciones españolas de defensa el año pasado y el 52,9% en la primera mitad de este.
Así figura en los informes sobre exportación de material de defensa y doble uso correspondientes al año 2022 y al primer semestre de 2023 que la Secretaría de Estado de Comercio ha remitido al Congreso. El primero de estos documentos debía haber llegado a la Cámara baja antes del verano, pero su remisión se ha retrasado por la convocatoria anticipada de elecciones y la disolución de las Cortes.
Estos son los apartados más relevantes de ambos informes, a los que ha tenido acceso EL PAÍS.
Suministros a Ucrania. En año y medio, el Gobierno español ha aprobado ventas de armas a Ucrania por 515,8 millones, de las que hasta julio se habían entregado 134 millones. España vendió armas a Ucrania por un precio total de 31,3 millones de euros el año en que se inició la invasión rusa. Entre el material suministrado, figuran 4.272 obuses de 155 milímetros de calibre, ocho de 105 milímetros, 107 ametralladoras ligeras de 7,62, 2.159 lanzagranadas portátiles y otros 1.894 acoplados al cañón, así como sistemas de control remoto de diferentes armas, granadas de mortero de 120, vehículos de transporte, cascos, chalecos antibalas, uniformes, equipos de protección NBQ (Nuclear, Biológico y Químico) y dosímetros.
Este paquete convierte a España en el sexto país de la UE que más armamento vendió a Kiev el año pasado, tras Polonia, Francia, República Checa, Países Bajos y Lituania, sin contar a Alemania, que no ha facilitado sus datos, según un reciente informe del Consejo de la Unión Europea. El documento de la Secretaría de Estado de Comercio menciona 6 de los 10 carros de combate de segunda mano Leopard 2A entregados por el Ejército español a Ucrania, pero les atribuye un valor de 0 euros (aunque solo su rehabilitación costó 4,1 millones) porque se trató de una donación (igual que sus repuestos y una gran cantidad de cartuchos de 7,62). Además, el Gobierno español concedió el año pasado a distintas empresas 30 licencias de exportación de armas a Ucrania por 309,8 millones de euros. El grueso de esta cantidad (249,3 millones) corresponde a la partida de munición (incluidos 44.000 proyectiles de 155 milímetros con cargas y espoletas por 118,3 millones), a la que sigue la de bombas, cohetes y misiles (39,5).
Según el citado informe del Consejo Europeo, España es el quinto país de la UE que ha autorizado más entregas de armas al Gobierno de Volodímir Zelenski, solo por detrás de Polonia, Francia, Alemania (que en este caso sí ha facilitado datos) y República Checa. Parte de las operaciones autorizadas el año pasado se han ejecutado en el primer semestre de este 2023, cuando las ventas de armas españolas a Ucrania han ascendido a 102,7 millones, lo que supone un aumento de casi el 230%. Entre otro material, se han suministrado 33.700 proyectiles de artillería de 155 (por valor de 34,2 millones), 11 misiles (16,9 millones) y sistemas de control remoto para armas (10,2 millones).
Además, entre enero y junio pasado se aprobaron otras 41 licencias de venta de armas para Ucrania por 206 millones. De nuevo, el grueso de esta cantidad corresponde a munición (179 millones), aunque también hay equipos como sistemas de dirección de tiro (17 millones). La guerra de desgaste en la que ha derivado el ataque ruso a Ucrania ha supuesto que el 45,8% de la munición española vendida a todo el mundo y el 65,2% de la autorizada en el primer semestre de este año hayan tenido como destino Kiev.
18 blindados para Israel...que acabarán en Filipinas. España autorizó en el primer semestre de este año la venta de una partida de blindados a Israel por valor de 44.371.000 euros, una cifra que multiplica casi por 20 el material militar de fabricación española exportado a dicho país en todo el año pasado, según figura en uno de los informes remitidos al Congreso. Consultada por EL PAÍS, la Secretaría de Estado de Comercio aseguró que esta partida corresponde a la licencia para 18 blindados que serán reexportados por Israel al Ministerio de Defensa de Filipinas. Según las mismas fuentes, 17 de estos blindados fueron enviados a Israel en julio, el último lo hizo en septiembre y nueve de ellos se encuentran ya en Filipinas.
“Este Gobierno es plenamente consciente de que hay que ser especialmente vigilantes y aplicar el mayor rigor exigible en aquellas operaciones que tengan como destino áreas en conflicto o regiones en las que pudiesen producirse violaciones de los derechos humanos”, asegura un portavoz de Comercio. “En el caso de Israel, para autorizar operaciones, las solicitudes son analizadas caso a caso con una evaluación de riesgo especial en cuanto a la situación regional. Con Israel se ha seguido una línea de actuación especialmente vigilante desde enero de 2001, a raíz de la Segunda Intifada, y los enfrentamientos en la franja de Gaza en 2014. La situación actual justifica que el análisis siga siendo detallado y escrupuloso”, añade. “Desde 2001 no se ha autorizado la exportación definitiva de ningún armamento ni equipo considerado letal. Tampoco se han autorizado exportaciones de equipos susceptibles de ser empleados como material antidisturbios por parte de las Fuerzas Armadas. No se contempla, por tanto, la autorización de ninguna exportación de equipos, armamento ni material letal susceptibles de ser empleados en el conflicto actual” en Gaza, concluye.
España exportó en 2022 material militar a Israel por 2,3 millones consistente en bombas de aviación para su reexportación a la India, componentes y piezas de aviones de transporte, disparos de 30 milímetros para pruebas, devolución a origen de sistemas de control remoto, piezas de blindados para Filipinas, equipos electrónicos para Estados Unidos y sensores de imagen, según el informe oficial. Además, el año pasado el Gobierno autorizó exportaciones a dicho país por 9.292.435 euros. La mayor partida, ocho millones, se inscribe bajo la rúbrica de aeronaves y drones. En el primer semestre de este año, las ventas efectivamente realizadas ascendieron a 713.307 euros, de los que 636.637 corresponden a sistemas de dirección de tiro. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, descartó el día 5 en el Congreso el posible uso de armas españolas en la ofensiva contra Gaza. “Descuiden que eso no se va a producir”, aseguró a los diputados.
Arabia Saudí, el mejor cliente. El reino del Golfo se consolidó el año pasado como el mejor cliente de la industria militar española, con 853,3 millones, el 21% de las ventas totales. En el primer semestre de este año ha sido el segundo comprador, detrás de Francia, con 279,4 millones, el 15,9% del total. La mayor parte de esta factura corresponde a las corbetas entregadas por el astillero público Navantia (tres buques en 2022 por 793,9 millones y uno en 2023 por 264,6).
Sin embargo, el régimen de Riad, implicado desde 2015 en el conflicto de Yemen, también compró el año pasado 22.492 proyectiles de artillería de calibre 155 por 12,3 millones, así como 14.000 disparos de 105, 25.000 cargas de proyección y 15.000 espoletas por 13,7 millones, además de repuestos para aeronaves y drones con cámaras para un sistema optrónico de vigilancia de sus fronteras. En 2022 se autorizaron ventas a dicho país por 1.099 millones y en el primer semestre de este año por otros 533,6.
Marruecos, mayor comprador de material policial. España vendió armas a Marruecos por 7,5 millones entre enero de 2022 y junio de 2023. Las operaciones autorizadas ascendieron a 30,1 millones el año pasado y a 1,2 en el primer semestre de este. Entre el material vendido destacan las granadas de mortero de 120 milímetros de calibre, 15 morteros de 81 milímetros, disparos de 7,62 e iluminantes de 155 por más de cuatro millones, así como repuestos para aviones (por 864.362 euros). La mayor novedad, sin embargo, es que el vecino del sur se ha convertido en el principal comprador de material antidisturbios de fabricación española. El año pasado adquirió cartuchos lacrimógenos y grilletes por 221.099 euros, lo que supuso el 86% de las ventas totales de las empresas de este sector, y se autorizaron operaciones por 353.700 euros. En el primer semestre de este año, Rabat adquirió grilletes para su policía por 140.000 euros.
Armas españolas para el Sahel. Los países al sur del Sáhara, en los que se han sucedido en los últimos tiempos golpes de Estado que han impuesto juntas militares, han sido importantes clientes de la industria española de defensa. Malí compró en 2022 material militar por 32,8 millones (29,5 en un avión de transporte y el resto en ocho blindados y equipos de visión nocturna) y Burkina Faso gastó 423.112 euros en piezas de aviones y equipos de visión nocturna. En el primer semestre de este año, Malí recibió armas españolas por 456.901 euros y Burkina Faso por 1,6 millones. Las operaciones autorizadas en el mismo periodo ascendieron a 7,6 millones para Malí y cuatro para Burkina Faso. En cambio, en 2022 se denegó la exportación a este último país de 5,5 millones de cartuchos de caza por 1,6 millones y en 2023 de otros 2,9 millones de cartuchos por 1,7 millones. En ambos casos, los compradores eran distribuidores locales y existía riesgo de que fueran desviados.
Denegaciones y revocaciones. En 2022 solo se vetó una exportación de material militar: 670 pistolas para una empresa privada de Pakistán por 175.175 euros, debido a la falta de información sobre su destino final. También en el primer semestre de este año ha habido una única denegación. Afectó a una compañía de Serbia dedicada a la desmilitarización de explosivos que quería comprar 12 toneladas de TNT por 189.000 euros. En cambio, el año pasado se denegaron o revocaron 10 licencias para la venta de material antidisturbios o de caza. Siete de ellas afectaban a una operación de venta de 13,5 millones de cartuchos de caza, por 5,4 millones, con destino a distribuidores locales de Guinea-Bisáu. También se revocó el acuerdo que permitía exportar 50.000 cartuchos lacrimógenos, por 2,1 millones, para las fuerzas de seguridad de la República Centroafricana por 2,1 millones. Y este año se ha denegado la exportación de 5,5 millones de cartuchos de caza con bolas de goma, por 2,7 millones, a Bangladés.
Vetos a Cuba y Rusia. No obstante, la rectificación de mayor calado político fue la de una licencia para vender 2.500 cartuchos lacrimógenos al Ministerio del Interior de Cuba por 350.000 euros, a pesar de que en 2022 se aprobó la venta de material militar a la isla por 65.000 euros y se vendió por 2.500. España no exporta armas a Rusia, pero sí productos de doble uso (civil y militar). La imposición de sanciones contra Moscú por parte de la UE debido a la invasión de Ucrania ha supuesto que este año se denegaran cuatro licencias de reactivos, analizadores automáticos y tarjetas de análisis por unos 418.000 euros. También se ha denegado la venta a China de programas informáticos, cámaras y polvo metálico (susceptibles de ser empleados en programas militares) por casi 450.000. Y la exportación a la India de autopilotos y unidades para el control de drones por 1,2 millones. En algunos casos, estas operaciones ya habían sido denegadas por otro país de la UE. Pese a ello, las ventas de productos españoles de doble uso ascendieron en 2022 a 289,1 millones, un aumento del 24,3% respecto a 2021.
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