Amnistía Internacional pide suspender la venta de armas a Israel y el Gobierno asegura que no le suministra material letal
Comercio sostiene que España no exporta equipos militares que se puedan utilizar en el conflicto de Gaza
Amnistía Internacional (IA) ha pedido al Gobierno que suspenda de inmediato la exportación de equipos militares españoles a Israel, ante el riego de que sean empleados para vulnerar derechos humanos en Gaza. Por su parte, el Gobierno asegura que desde 2001 no se vende armamento letal a dicho país y que actualmente “no se contempla la autorización de ninguna exportación de equipos, armamento ni material letal susceptibles de ser empleados en el conflicto actual”.
En una carta dirigida a la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, la sección española de la ONG reclama que se suspenda de inmediato “el suministro, la exportación y autorización o la transferencia directa e indirecta, incluidos el tránsito y el transbordo, de todas las armas, municiones y otros equipos militares y de seguridad, incluida la formación y [cualquier] otra asistencia militar y de seguridad a Israel”, ante la constatación de que en la guerra que se desató el pasado día 7 con el ataque por sorpresa de Hamás se están cometiendo crímenes contra el derecho internacional humanitario.
Amnistía subraya que España y los demás países de la UE “deben abstenerse de suministrar a Israel armas o equipos”; además de “pedir a los Estados que suministran armas a Hamás y otros grupos armados involucrados en las hostilidades que se abstengan de hacerlo”.
La misiva recuerda que, entre 2015 y junio de 2022, fecha de los últimos datos oficiales disponibles, el Gobierno español concedió 290 licencias de exportación de material militar a Israel por valor de más de 80 millones de euros, incluidos componentes de aeronaves (37 millones) sistemas de dirección de tiro (17), munición (1,5 millones) o bombas, torpedos, cohetes y misiles (1,7).
En ese mismo periodo, agrega, las exportaciones realizadas superaron los 12 millones, de las cuales “las más preocupantes” fueron más de dos millones en munición (fundamentalmente para pruebas); más de 700.000 euros en bombas, torpedos, cohetes y misiles; más de medio millón en sistemas de dirección de tiro; y una cantidad similar en sistemas de detección de blancos para el caza Eurofighter y equipos para el motor del helicóptero Tigre.
En el lado positivo, la ONG se felicita de que, entre 2015 y 2022, el Gobierno español denegase cinco licencias de ventas de armas a Israel por la situación regional y su posible uso para la represión interna, incluidos 2.000 grilletes, 10 cañones para desarrollo de rifles, 17 direcciones de tiro para carro de combate y una sustancia propulsante de cohetes, así como botes y cartuchos de balas de goma.
AI recuerda que, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), España fue el octavo país exportador de armas entre 2018 y 2022, con una cuota del 2,6% del mercado mundial. Por eso, insta a la JIMDDU, la junta interministerial que controla las exportaciones de material de defensa y doble uso, que preside Comercio, que asuma su responsabilidad y “adopte medidas inmediatas y basadas en principios”, acordando en su próxima reunión la suspensión de las ventas de armas a Israel, ya que “se están cometiendo [en este conflicto] graves violaciones de derechos humanos equivalentes a crímenes de derecho internacional”.
Fuentes de la Secretaría de Estado de Comercio han indicado a EL PAÍS que “este Gobierno es plenamente consciente de que hay que ser especialmente vigilantes y aplicar el mayor rigor exigible en aquellas operaciones que tengan como destino áreas en conflicto o regiones en las que pudiesen producirse violaciones de los derechos humanos”. En el caso de Israel, agregan, “para autorizar operaciones, las solicitudes son analizadas caso a caso con una evaluación de riesgo especial en cuanto a la situación regional”.
Comercio sostiene que, desde enero de 2001, a raíz de la Segunda Intifada, y tras los enfrentamientos en la franja de Gaza en 2014, “se ha seguido una línea de actuación especialmente vigilante” con las exportaciones militares a Israel y que “la situación actual justifica que el análisis siga siendo detallado y escrupuloso”.
A pesar de los datos esgrimidos por AI en su misiva, extraídos de las estadísticas oficiales, Comercio sostiene que “desde 2001 no se ha autorizado la exportación definitiva de ningún armamento ni equipo considerado letal”; y tampoco “se han autorizado exportaciones de equipos susceptibles de ser empleados como material antidisturbios por parte de las Fuerzas Armadas”. Por tanto, concluye, “no se contempla la autorización de ninguna exportación de equipos, armamento ni material letal susceptibles de ser empleados en el conflicto actual” entre Israel y Hamás.
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