Oriol Junqueras evita poner fecha a la amnistía, aunque dice que “cuanto antes, mejor”

Por segunda vez en 10 días, Oriol Junqueras se dejó ver por Madrid. Este jueves se reunió con los grupos de ERC en el Congreso y el Senado. El líder independentista busca protagonismo en la capital en medio de la pugna que mantiene con Junts a fin de capitalizar las negociaciones con el PSOE para facilitar un nuevo Gobierno a Pedro Sánchez. Junqueras insistió en que sus principales condiciones son la amnistía y el referéndum de autodeterminación, aunque evitó ponerles fecha. Sobre las posibles medidas de gracia para los que todavía arrastran causas pendientes por el procés, se limitó a decir: “Cuanto antes, mejor”.

Delante de la Puerta de los Leones del Congreso, bajo el sol del mediodía, acorralado por un sinfín de periodistas y con el fondo sonoro de un espontáneo que no dejaba de increparle, Junqueras dio rienda suelta a su proverbial ambigüedad. Usó un tono conciliador, al tiempo que ponía de manifiesto que el PSOE no puede dar por hecho —”absolutamente no”— el apoyo de ERC a una eventual investidura de Sánchez. Sobre la negativa de los socialistas catalanes a suscribir el viernes una resolución en el Parlament a favor de la amnistía, el presidente de Esquerra deslizó lo que podía sonar como un aviso: “El PSC sabrá lo que hace y si esto le conviene o no para la investidura de Sánchez”.

Junts per Catalunya ha instaurado para sus negociaciones con el PSOE el principio de lo que llama crudamente “pago por adelantado” y ha planteado la exigencia de que el proceso para la amnistía esté en marcha antes de que el actual presidente en funciones se someta a la investidura en el Congreso. ERC, en cambio, no ha terminado de fijar una posición clara al respecto. Y Junqueras tampoco ha disipado la duda este jueves, pese a la insistencia con que los periodistas le trasladaron la cuestión. “Donde hay una injusticia, tiene que hacerse justicia, y que la haya cuanto antes, mejor”, repitió por activa y por pasiva.

Sobre el alcance que tendría la eventual medida de gracia, Junqueras fue inequívoco al defender que debería comprender a todos los encausados por el referéndum ilegal del 1-O, incluido el expresident Carles Puigdemont, huido en Bélgica. “Convocar un referéndum no es un delito, no está en el Código Penal”, argumentó. “Por lo tanto, todos los que están injustamente perseguidos deben dejar de estarlo”. ¿Y la amnistía debería abarcar también a los policías procesados por las cargas frente a los colegios electorales el 1 de octubre de 2017? Ahí Junqueras tampoco contestó abiertamente, pero precisó: ”Golpear a los ciudadanos que querían votar sí que es sin duda un delito”.

No se mostró mucho más concreto al comentar su exigencia de un referéndum de autodeterminación. Enfatizó que en ningún caso ERC va a renunciar a esa demanda, que él presenta como “el ejercicio de un derecho democrático”, pero tampoco quiso concretar ningún plazo. E insistió en que su deseo sería que tal consulta a los ciudadanos de Cataluña se realizase con el “máximo reconocimiento de todas las partes”, es decir, pactado con el Gobierno.

En un tono siempre aparentemente conciliador, Junqueras no dejó de advertir de que, pese a su apoyo al Gobierno de Sánchez en la pasada legislatura, sigue prevaleciendo su “desconfianza” hacia los socialistas. En su negociación con estos, ERC planteará otras cuestiones más materiales que forman parte desde hace años de la agenda del nacionalismo y que fueron citadas por su líder: la mejora de la financiación de Cataluña y el traspaso de la red ferroviaria de Cercanías.