España priorizará el uso del catalán en la UE tras las reticencias de varios Estados a incluir tres lenguas “a la vez”
Los Estados miembros aplazan el debate porque creen que es “pronto” para decidir ahora sobre la oficialidad del catalán, gallego y euskera
El Gobierno en funciones ha considerado como misión cumplida este martes en Bruselas lograr que el catalán, el euskera y el gallego se conviertan en idiomas oficiales en la UE no haya sido vetada de antemano. Eso sí, como se esperaba, los socios europeos han pedido más tiempo para analizar las consecuencias legales, financieras y hasta políticas de una medida que requiere unanimidad y que temen pueda tener implicaciones imprevistas en un territorio con unas 60 lenguas regionales y múltiples tensiones internas. En un último intento de salvar reticencias, el ministro de Exteriores en funciones, José Manuel Albares, ha anunciado que ha planteado priorizar el catalán en el marco de una implementación “gradual” de las tres lenguas una vez estas adquieran el estatus oficial, un proceso para el que nadie se atreve a fijar un plazo, ni siquiera aventurar si finalmente resultará.
“Algunos Estados han planteado que tres lenguas de una sola vez era más difícil (…). También se han planteado periodos transitorios y la gradualidad de esta medida y hemos propuesto iniciar su despliegue primero con el catalán y seguidamente con las otras dos lenguas”, ha explicado Albares, tras presentar la propuesta española, lanzada en agosto en el marco de las negociaciones con Junts y ERC para posibilitar una eventual investidura de Pedro Sánchez.
El jefe de la diplomacia española ha justificado esta elección alegando que el catalán es “el idioma cuyos representantes han solicitado con más insistencia la inclusión (…) y que es hablado por más de 10 millones de personas”, lo que lo coloca, ha insistido, “entre los 15 primeros idiomas de la Unión en número de habitantes”. Aun así, ha asegurado que el objetivo final no varía: “El final es claro, que el catalán, euskera y gallego formen parte del régimen lingüístico europeo”, ha aseverado Albares.
El gesto ha sido recibido con matices dentro del independentismo catalán. “Que ningún Estado haya vetado la propuesta es buena noticia, pero no es suficiente. España lo sabe, sabe que tiene trabajo pendiente y sabe que debe hacerlo con diligencia, porque la oportunidad es ahora”, ha dicho en X (antiguo Twitter) el expresident de la Generalitat Carles Puigdemont, fugado en Bruselas, dando a entender que se mantienen encarrilados los acuerdos que permitieron conformar la Mesa del Congreso. Desde Barcelona, el Gobierno catalán monocolor de ERC ha sido más agrio y ha lamentado que no se haya pasado de la “fase de compromiso”, informa Camilo S. Baquero.
Mientras, otros potenciales socios han mostrado abiertamente su enfado por la estrategia de priorizar el catalán. El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, ha manifestado su “decepción” y ha advertido de que esa postura “no facilita” una hipotética investidura de Pedro Sánchez. También el BNG ha dicho ver una discriminación del gallego y el euskera.
Fuentes comunitarias defienden una estrategia que, aseguran, no varía en nada la propuesta original española —los tres idiomas, de aprobarse su oficialidad, lo harían a la vez, solo que se empezaría el proceso de implementación por el catalán— y confían en que esta vía tenga un “efecto arrastre” en el gallego y euskera. Priorizar el catalán “beneficia” a las tres lenguas cooficiales españolas, haber insistido en una implementación de todas en bloque “habría perjudicado a las tres”, aseveran.
“El Gobierno español ha cumplido hoy con su compromiso, hemos puesto en marcha aquí, en Bruselas, la reforma del Reglamento 1 de 1958 sobre el régimen lingüístico de la UE”, ha defendido Albares.
En cualquier caso, todavía se está lejos de poder planificar cómo se implementaría una oficialización de estas lenguas. Tal como habían adelantado varios países europeos, incluso los más proclives a “escuchar” la propuesta española este martes, consideraron de antemano que era demasiado “pronto” para votar una decisión que requiere la unanimidad. De ahí que se haya decidido dar más tiempo para trabajar todas las preguntas planteadas hoy, sin plazo límite.
“Discusión constructiva”
“Ha habido una discusión constructiva y la presidencia toma nota de la disposición de todos de continuar trabajando para resolver las cuestiones planteadas para incluir el catalán, euskera y el gallego” como lenguas oficiales de la UE, ha declarado al final del encuentro el secretario de Estado para la UE, Pascual Navarro, que ha presidido la cita celebrada bajo la presidencia española de turno de la UE. La idea es ahora que el tema se siga trabajando a nivel de embajadores en Bruselas y en grupos de trabajo, con la idea de que la cuestión vuelva a un Consejo de Asuntos Generales a nivel de ministros, aunque en una fecha que nadie quiere aún fijar.
En esta primera fase, “no importan los votos, importan los vetos”, subrayan las fuentes comunitarias, que señalan que aunque el ambiente en la sede del Consejo de la UE fue mayormente “constructivo”, hubo una sorpresa de última hora: Italia, que no había manifestado hasta ahora su rechazo, fue en la reunión de ministros a puerta cerrada el país “más negativo” de los Veintisiete a la propuesta española, aunque finalmente no impidió que esta siga adelante, como tampoco lo hicieron ni Suecia ni Finlandia, los otros gobiernos conservadores que se habían mostrado públicamente “reacios” a la propuesta.
Otra de las grandes dudas era Francia, históricamente opuesta a oficializar lenguas regionales por sus propios conflictos internos con movimientos independentistas como el corso o el bretón. Pero ya a su llegada a la reunión, la secretaria de Estado francesa para la UE, Laurence Boone, se declaró dispuesta a buscar vías para “acomodar” la propuesta española, si bien coincidió con otros países “abiertos” a la iniciativa, como Alemania, en que se necesitaba más tiempo para aclarar las dudas jurídicas, financieras y hasta operacionales compartidas por buena parte de los socios europeos.
Además de priorizar el catalán, Albares ha ratificado este martes ante los ministros europeos la disposición de España a asumir los costes de la medida. También ha defendido la “especificidad del régimen constitucional lingüístico español, que lo hace prácticamente único en el seno de la UE”, así como el hecho de que “estos idiomas se usan dentro del Parlamento español”, en referencia a que el Congreso de Diputados ha comenzado este mismo martes a permitir el uso de las lenguas cooficiales en una sesión plenaria. De igual manera, Albares ha rechazado el concepto de “lenguas minoritarias”, al recordar que se trata de idiomas, sobre todo el catalán, “que hablan millones de personas”.
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