Jaume Asens: “La amnistía es la condición para la investidura, no la condición previa para hablar de la investidura”
Sumar ve “problemática” la figura del relator internacional como mediador en las negociaciones porque “alargaría mucho el proceso”, mientras que el partido de Puigdemont insiste en que la aprobación de la amnistía tiene que ser previa a la investidura
Casi 24 horas después de que el expresident Carles Puigdemont hiciera públicas sus exigencias para apoyar una hipotética investidura de Pedro Sánchez, Sumar ha enfatizado este miércoles que “el centro del acuerdo pasa por la amnistía” y que de su aprobación “depende” que den los números para conformar un futuro Gobierno de coalición progresista. Pese a la formulación el martes del líder de Junts, que señaló que se trataba de una “condición previa” para sentarse a negociar con el PSOE, el exdiputado de En Comú Podem Jaume Asens, persona designada por Yolanda Díaz como interlocutor en las negociaciones con los independentistas, ha matizado que la amnistía “es la condición para la investidura, no la condición previa para hablar de la investidura”. Ya por la tarde, la vicepresidenta segunda en funciones y líder de Sumar se ha mostrado optimista en un acto en Italia. “Después de la conversación con el señor Puigdemont estoy convencida de que va a haber un Gobierno progresista en España”, ha afirmado.
En declaraciones a Onda Cero a primera hora de este miércoles, Asens ha incidido en su interpretación sobre las peticiones, al explicar que lo ha hablado “varias veces con él”, en referencia el expresidente catalán, huido de la justicia desde 2017. “En terminología de Puigdemont, es el pago para dar sus votos”, ha explicitado. “La investidura depende de eso. Después lo acompañó de otras reflexiones, pero en cualquier negociación se parte de posición de máximos y luego uno va suavizando sus posiciones y creo que hay voluntad en el caso de Puigdemont para acercar posiciones”, ha opinado el que fuera presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos la pasada legislatura. Asens sitúa las conversaciones “en un marco que permite avanzar, el de la Constitución”, al contrario de lo que han criticado otras figuras dentro del socialismo, como hizo un día antes el expresidente del Gobierno Felipe González.
“Si hubiera empezado su discurso diciendo referéndum, o referéndum como condición, que era uno de los lemas de 2017, no habría negociación posible, y las exigencias que puso sobre la mesa ponen en evidencia que hay voluntad de dialogar, de mantener una relación bilateral y creo que hay que valorarlo. Porque a pesar de la retórica con la que se envolvió el discurso, hay un cierto pragmatismo, una voluntad de llegar a acuerdos”, ha considerado Asens, optimista sobre las opciones para la investidura a las que se aferra Sumar desde el 23-J.
Fuentes de Junts insisten en el planteamiento de que la aprobación de la amnistía tiene que ser previa a la investidura. El calendario ajustado —Puigdemont se refirió a que tendría que estar en vigor “antes de que se agote el plazo legal para evitar nuevas elecciones”, es decir, dos meses después del intento de investidura de Alberto Núñez Feijóo— solo deja como posibilidad que haya cierto solapamiento entre el registro y el trámite de la iniciativa que ha de presentar algún grupo del Parlamento y la negociación de las otras exigencias que ponga sobre la mesa Junts de cara al sí a Sánchez. El expresident también, en su conferencia del martes, dejó caer otras maneras de mostrar la predisposición del Gobierno a aceptar la amnistía como que la Abogacía del Estado y la Fiscalía no continúe con las causas relacionadas con el secesionismo (la propuesta que hace es que abarque desde hechos previos al proceso participativo del 9-N del 2014) o que se deje de tener al movimiento independentista como “la segunda amenaza más importante después del terrorismo yihadista” y eso implicaría cambiar directivas de inteligencia.
El exdiputado, que acompañó el lunes a Díaz a la polémica reunión con Puigdemont en Bruselas, ha asegurado que ya conocían las exigencias de Junts, igual que el PSOE, quien, según sus palabras, aunque en este momento no está hablando con ese partido, sí “tenía sobre la mesa” sus demandas desde “hace semanas”, y ha afirmado que “no ha habido respuesta” por parte de los socialistas.
Además de la amnistía, el exparlamentario de los comunes ha mencionado que Puigdemont “no descartó otras vías” que “puedan lograr el mismo efecto o resultado”, aunque afirmó que no está “autorizado” para hablar de ellas. “Hay diferentes posibilidades para intentar pasar página y curar las heridas”, insistió Asens.
“Se puede explorar”
Mientras ve factible avanzar en la amnistía ―”una fórmula constitucional, democrática y que se puede explorar”, ha subrayado―, Asens sí se ha mostrado mucho más crítico con la figura del relator, que Puigdemont volvió a proponer en su discurso del martes después de que en febrero de 2019 el Gobierno aceptase esa reclamación de ERC y Junts, levantando una enorme polémica. Aquella propuesta fue finalmente retirada por el Ejecutivo. “Eso es propio de los conflictos armados, de los procesos de paz”, ha asegurado Asens sin descartar “un facilitador para coordinar los trabajos” que hiciera una labor de mediación. “Pero cuando se habla de un relator internacional, neutral, me parece que es difícilmente asumible porque alargaría mucho el proceso y no deja de ser una negociación entre partidos”, ha afirmado el negociador de Sumar, que cree que esta fórmula “no es habitual” en este tipo de conversaciones entre formaciones políticas.
Con todo, Asens sí ha considerado que existe una “desconfianza profunda” entre Junts y el PSOE, y entre Puigdemont y Sánchez, que “viene de lejos”, ha dicho. “Nosotros podemos ser útiles para allanar el camino y crear las condiciones de confianza (...), despejar el camino que después otros, en ese caso el PSOE, tendrán que recorrer”, ha afirmado el exdiputado y jurista en una reivindicación clara del papel que ha de jugar Sumar, con tan solo 31 diputados —insuficientes para lograr la investidura— en esta fase.
Ya en el pasado, el acercamiento entre el Gobierno de Sánchez y del entonces president Quim Torra descarriló precisamente por esa figura independiente del relator. Desde que se conoció que Junts tendría la llave para repetir el Ejecutivo, desde el partido de Puigdemont insisten en la necesidad de crear un marco de confianza hasta ahora inexistente entre las partes y esa figura sería clave en una negociación donde es evidente que ninguna de las dos se cree realmente a a otra. En su conferencia en Bruselas, el fundador de Junts no habló de una persona sino de “un mecanismo de mediación y verificación”, dejando abierto así abierta la naturaleza del mismo. Ante acuerdos que no se puedan comprar “por avanzado” —como sería el caso del uso de las lenguas cooficiales—, en Junts solo ven esa figura externa como la única manera, dijo Puigdemont, de tener certeza “en procesos que requieren una larga tramitación o ejecución”, algo que podría ser el caso de la amnistía.
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