Vox recibe con euforia el éxito del argentino Javier Milei como si fuera propio

Después de tres semanas de malas noticias, con la pérdida de 19 escaños y 600.000 votos en las elecciones del 23-J; la dimisión de su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros; y la renuncia de su sustituto, el doctor Juan Luis Steegmann, a ocupar el escaño vacante, Vox ha recibido con euforia la victoria del argentino Javier Milei en las primarias de su país, con más del 30% de los sufragios. El líder de Vox, Santiago Abascal, ha saludado su triunfo con un “¡Felicidades Javier, enhorabuena Argentina!” y una fotografía de ambos en la fiesta del partido ultra en el recinto ferial de Madrid, en octubre pasado. Las redes sociales de Vox han reproducido fragmentos del discurso que Milei ofreció ante un público al que, a pesar de que en su mayoría no lo conocía, consiguió enardecer con sus llamamientos a “dar la batalla contra el zurderío”, como denomina a la izquierda.

También el Foro Madrid, la alianza de partidos ultraderechistas ibéricos y latinoamericanos tejida por Vox, se ha apresurado a felicitar a Milei por un triunfo que solo tendrá consecuencias prácticas si lo revalida en las presidenciales del 22 de octubre y llega a ocupar la Casa Rosada. Aun así, ha servido ya para demostrar su capacidad para capitalizar el hartazgo de buena parte de la sociedad argentina hacia los partidos tradicionales. “Argentina puede poner fin a años de kirchnerismo, crimen organizado apoyado por el Grupo de Puebla y sus miembros españoles de PSOE y Sumar”, ha proclamado el Foro, arrimando las primarias argentinas a la política española.

Milei firmó en octubre de 2020 la Carta de Madrid, el banderín de enganche de Abascal para reclutar una red de apoyo en América Latina agitando la supuesta amenaza del “avance del comunismo” de la mano de “regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico”. El Foro Madrid, que se creó a partir de este manifiesto, copia en realidad el formato del Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla, dos organismos informales que agrupan a partidos y personalidades de izquierdas desde el castrismo a la socialdemocracia, y a los que ha convertido en sus bestias negras, hasta el punto de vincularlos sin pruebas con el reciente asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio.

Milei, que ya intervino mediante un mensaje grabado en otra macrofiesta de Vox de 2021, y su minúsculo partido, La Libertad Avanza, eran un verso suelto dentro de una constelación ultra en la que brillaban con luz propia el hijo del expresidente de Brasil, Eduardo Bolsonaro, o el entonces candidato a la presidencia chilena José Antonio Kast. Sin embargo, su inesperada victoria en las primarias del domingo le puede convertir en presidente de uno de los países más importantes de un continente dominado por gobiernos de izquierda. Eso ha hecho que desde Vox se borren las notables diferencias ideológicas entre Milei y Abascal: mientras el primero es un anarco-capitalista que quiere reducir el Estado a su mínima expresión y lo fía todo al libre mercado, hasta el punto de querer ampliarlo a la venta de órganos humanos; el segundo apuesta por un proteccionismo autárquico que garantice la autonomía energética y alimentaria. Ambos coinciden en su rechazo al aborto y en su apuesta por las rebajas fiscales, que el argentino lleva al extremo de considerar que todo impuesto es una coerción, como dijo en Madrid el año pasado. Además, Milei apuesta por la libre tenencia de armas, mientras Abascal quiere exonerar a los que hagan uso de las mismas contra quien invada su propiedad privada. El problema para Vox es que Milei está más cerca de los ultraliberales, a los que Abascal ha depurado en sus listas electorales del 23-J, que de los integristas católicos que se han hecho con el poder en el partido.