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La igualdad de género gana terreno en el Alarde de Irun

El joven Antxon Jauregi romperá moldes al convertirse en el primer varón que desfilará como cantinera en una fiesta con más de 140 años de historia

Antxon Jauregi
Antxon Jauregi (en el centro) desfila como cantinera este lunes por las calles de Irún en un ensayo del Alarde de San Marcial.Javier Hernández
Mikel Ormazabal

Este año se cumplen 25 de la primera vez que las mujeres consiguieron participar en el Alarde de San Marcial de Irun (Gipuzkoa) vestidas de soldados, en igualdad de condiciones que los hombres. Aquello supuso un antes y un después en la historia de este desfile de armas que durante más de un siglo, hasta 1998, tenía restringida la presencia femenina. Fue una conquista de quienes defendían una fiesta sin distinción de género. Este próximo 30 de junio, el alarde mixto e igualitario marcará un nuevo hito en la misma dirección. Antxon Jauregi, de 19 años de edad, actuará como cantinera. Será un hecho insólito, porque nunca antes un varón ha desempeñado el papel de cantinera, una de las figuras más emblemáticas y veneradas por los vecinos de la localidad fronteriza. “Soy consciente de que mi presencia como cantinera supone romper moldes, pero yo lo vivo con normalidad, como cualquier chica que sale como soldado”, afirma este joven irundarra.

La participación de Antxon Jauregi como cantinera hubiese sido imposible hace un cuarto de siglo. Se habría considerado un sacrilegio festivo. Así lo entienden aún quienes a finales de los noventa se opusieron de malas formas a que las mujeres desfilasen como escopeteras y ahora también critican que un hombre haga el papel de cantinera. En Irun hubo un cisma social entre los defensores de la fiesta al estilo tradicionalista y los impulsores de una celebración no discriminatoria. El clima de tensión y enfrentamiento vecinal que se daba entonces, a veces con episodios violentos, ha ido aplacándose con el tiempo (la Ertzaintza ya no tiene que escoltar al desfile de las mujeres) y se desarrolla ahora con un alto grado de civismo. La división persiste, aunque sin incidentes graves, y se manifiesta en la existencia de dos desfiles diferenciados: el alarde mixto, que no hace distinción de género, y el tradicionalista, donde las mujeres solo actúan como cantineras.

El joven irundarra, 1.85 metros de altura, luce una larguísima melena negra, tiene las uñas muy largas y femeninas y lleva piercing en la cara. Trabaja como peluquero y será el único varón entre las 12 cantineras del alarde mixto y público. “No soy cantinero; soy cantinera”, precisa. Será el estandarte de la compañía San Miguel, una tropa de reciente creación que reunirá a unas 200 personas. Comenta que “está más o menos aceptado que una mujer haga papeles de hombre, pero aún se considera raro que sea al revés”: “Ya sé que hay gente a la que le ha parecido mal que yo sea cantinera, pero era una ilusión que yo tenía desde muy pequeño”. Antxon ya desfiló como soldado con tres compañías diferentes del alarde mixto cuando tenía entre 13 y 15 años. Este año decidió postularse como cantinera en la compañía de su barrio: “Me he sentido muy acogido. He recibido más felicitaciones que muestras de rechazo. Por ahí me han criticado en algunos comentarios, pero personalmente no he visto malos gestos en la calle. Es verdad que alguno se suele girar cuando paso, pero solo por curiosidad”.

Antxon Jauregi, junto a su madre, antes de ensayar como cantinera en Irun.
Antxon Jauregi, junto a su madre, antes de ensayar como cantinera en Irun.Javier Hernandez Juantegui

No existe en los estatutos del alarde mixto ninguna cláusula que impida que un hombre desfile como cantinera. En cambio, las ordenanzas del alarde tradicionalista establecen que es “condición indispensable” que la cantinera sea “soltera” y tenga un “gran amor y entusiasmo por el alarde”, además de ser natural de Irun o residir al menos 15 años en esta localidad. Mikel Malmierka, capitán de la compañía mixta San Miguel, se muestra convencido de que “Antxon lo va a hacer de maravilla, porque es consciente de que todas las miradas del público se van a dirigir a él”. Y defiende la decisión de aceptar que un varón sea cantinera: “Esto no deja de ser una performance. Mientras la persona que va dentro del traje haga bien su papel, ¿qué más da que sea un hombre o una mujer? Los capitanes de las compañías tampoco somos capitanes en la realidad”.

El Alarde de San Marcial conmemora la victoria de las milicias forales sobre el ejército francés en el enfrentamiento que se produjo la madrugada del 30 de junio de 1522 en la Peña de Aldabe (hoy monte San Marcial) de la localidad. Desde el año 1881 se ha venido celebrando en Irún (uno similar se desarrolla en la vecina Hondarribia en el mes de septiembre) el Alarde de San Marcial de acuerdo con una tradición centenaria: los hombres marchan como soldados y las mujeres solo puede hacerlo como cantineras.

El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco avaló el derecho de las mujeres a desfilar en los alardes de Irun y Hondarribia en igualdad de condiciones que los varones. En febrero de 2005, el Parlamento vasco aprobó la Ley de Igualdad cuyo artículo 25 prohibía “la organización y realización de actividades culturales en espacios públicos en las que no se permita o se obstaculice la participación de las mujeres en condiciones de igualdad con los hombres”.

Antxon no había nacido cuando estalló la división en el pueblo (“yo siempre he visto dos alardes”, comenta) por la irrupción de las mujeres en la fiesta. Dice que “esto hay que verlo con normalidad y naturalidad”, y le gustaría que “la fiesta se desarrolle con mucha alegría y respeto”. Este viernes será uno de los protagonistas más observados durante la fiesta. Irá vestido como mandan los cánones, con el uniforme oficial de la cantinera. Saldrá con el pelo recogido con un moño e irá vestido con una boina roja, unos bombachos bajo una falda plisada de franela blanca y un pequeño delantal negro bordado. Portará una bandolera blanca del que colgará un barrilito y calzará unas botas blancas de lona hasta las rodillas. Durante el desfile deberá ir saludando al público con un abanico. “Animo a todos los iruneses a vivir la fiesta en convivencia”, sentencia.

Antxon Jauregi ensaya como cantinera del alarde de Irun.
Antxon Jauregi ensaya como cantinera del alarde de Irun.Javier Hernandez Juantegui

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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