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El exjuez Penalva acusa al fiscal de dinamitar el ‘caso Cursach’, y a policías y abogados, de las filtraciones

El magistrado jubilado defiende que los seis procesados por supuestas irregularidades durante la instrucción fueron “los únicos” que iniciaron “una investigación para desmantelar una trama corrupta”

El juez Manuel Penalva (en el centro) y el fiscal Miguel Ángel Subirán (a la derecha), a su llegada a un juicio contra los investigados del 'caso Cursach', este jueves.
El juez Manuel Penalva (en el centro) y el fiscal Miguel Ángel Subirán (a la derecha), a su llegada a un juicio contra los investigados del 'caso Cursach', este jueves.Isaac Buj (Europa Press)
Lucía Bohórquez

El exjuez Manuel Penalva, que estas semanas está siendo juzgado junto a otras cinco personas por presuntas irregularidades en la instrucción de la causa contra Bartolomé Cursach, el mayor empresario de ocio nocturno de Mallorca, ha defendido este jueves su labor al frente de la investigación y ha acusado a los dos fiscales que llevaron el proceso a juicio de dinamitarlo renunciando a testigos clave y a informes que afianzaban las presuntas maniobras mafiosas del empresario. Todos los acusados, incluido Cursach, quedaron absueltos tras retirar las acusaciones. Penalva, para quien la fiscalía reclama más de cien años de cárcel por presuntos delitos de revelación de secretos, detención ilegal, obstrucción a la justicia y prevaricación judicial, ha dado los nombres de los abogados y policías que, asegura, filtraron buena parte de la información por la que él se sienta hoy en el banquillo del Tribunal Superior de Justicia de Baleares. “Ya está bien de hipocresía” ha clamado.

Las sesiones se han retomado con las declaraciones de los acusados después de que la sala resolviera las cuestiones previas. El tribunal dictó un auto este martes en el que acordaba que el juicio continúe, aunque declaró nulas todas las pruebas obtenidas a través de los teléfonos móviles de dos policías procesados en todo lo relativo a las filtraciones a los medios de comunicación. Las defensas reclamaron la nulidad de toda esa información, al considerar que se había obtenido de forma ilícita, a raíz de la intervención de los teléfonos móviles de dos periodistas que fue considerada ilegal en dos sentencias y que, según sostienen, dieron lugar a que posteriormente se decomisara el teléfono móvil a dos agentes del grupo de blanqueo de la Policía Nacional de Baleares. La sala acordó dejar para la sentencia la valoración sobre el resto de información que se obtuvo en esos teléfonos móviles.

Manuel Penalva, este jueves, durante su declaración, en el juicio contra los investigadores del 'caso Cursach'.
Manuel Penalva, este jueves, durante su declaración, en el juicio contra los investigadores del 'caso Cursach'.TSJ Islas Baleares

En el auto, los jueces también han declarado ilícitas determinadas pruebas. Entre ellas, los listados de llamadas obtenidos de manera irregular de los periodistas y las conversaciones de estos con los policías. A partir de ahora no pueden ser utilizados por las acusaciones, aunque la sala consideró, no obstante, que las filtraciones a los periodistas que se juzgan en el proceso pueden demostrarse por otros medios de prueba lícitos. Los magistrados han desestimado anular la causa por incompetencia de los policías investigadores o por la supuesta parcialidad del juez y fiscal. El tribunal ha delimitado el papel de las acusaciones particulares, que únicamente podrán acusar por hechos de los que han sido directamente perjudicadas.

La declaración del magistrado jubilado Manuel Penalva ha arrancado a las nueve de este jueves. Durante su intervención se han vivido varios momentos de tensión con el fiscal Tomás Herranz, encargado de interrogarle en esta causa, y que también dirigió la acusación durante el juicio contra el empresario mallorquín Bartolomé Cursach, en el que terminó retirando todos los cargos contra los investigados y llegó a pedir perdón a los enjuiciados. Penalva ha defendido su papel al frente de la instrucción del caso Cursach, la investigación contra el empresario Bartolomé Cursach. “No he visto a tanta gente arruinada y llorando de impotencia porque habían acudido a todas las instituciones y ninguna les había atendido en toda mi carrera. Todo el mundo les dio la espalda, los únicos que iniciamos una investigación para desmantelar una trama corrupta fuimos nosotros, nunca hemos visto tanta gente llorar por cómo les habían arruinado la vida” ha dicho Penalva. El fiscal le ha reprochado que siga sosteniendo esa versión dado que todos los acusados salieron absueltos en el proceso después de que la fiscalía retirara todas las acusaciones. “Sigue sosteniendo que pasó lo que no pasó y no se le cae la cara de vergüenza” le ha reprochado.

Penalva ha sido crítico con el papel del fiscal Herranz y del titular de Anticorrupción de Baleares, Juan Carrau, durante todo el proceso, ya enjuiciado en la Audiencia de Palma. “Le voy a explicar el porqué del final del caso Cursach. Había un letrado que dijo que íbamos a hablar mucho del caso Cursach aquí. Y saben por qué, señorías, porque en el juicio del caso Cursach no se habló nada, nada”, ha dicho dirigiéndose al tribunal. Y ha continuado: “¿Saben por qué no se habló nada? Porque el señor Carrau y el señor Herranz, y siento decirlo con esta crudeza, prescinden de 60 testigos, prescinden de numerosos informes policiales elaborados por el grupo de Blanqueo, todos relacionados con las irregularidades que la maquinaria Cursach, por sus influencias en el Ayuntamiento, les permitía, les consentía cometer”. El exjuez también mencionado en numerosas ocasiones a Carrau, del que sostiene que participó activamente en toda la investigación del caso Cursach, mientras que la fiscalía defiende que nunca fue oficialmente asignado a este caso. “No sé por qué no está aquí sentado Carrau. Asiste a multitud de declaraciones, a numerosas diligencias y todo se habla con él, lo sabía todo. ¿Por qué no está aquí, porque no está en el chat? No lo sé” ha señalado.

Filtraciones a medios

En varios puntos de la declaración, quien fue el principal instructor del caso Cursach ha sido interrogado sobre las presuntas filtraciones de información a los medios de comunicación. Penalva no ha querido entrar en el asunto, después de la anulación de parte de la prueba del fiscal, pero sí ha querido subrayar que no tenía capacidad para investigar muchas de ellas porque nunca las pusieron en su conocimiento. “Filtraciones hubo desde el día uno, como ocurre con todas las causas mediáticas. Parece que hemos descubierto la pólvora, esto siempre ha sido así y siempre lo será”, ha defendido. Penalva ha asegurado que cuenta “con pruebas” de que las filtraciones del caso ORA ―una pieza separada del caso Cursach que investigaba el presunto cobro de sobornos a cambio de la adjudicación del servicio de estacionamiento regulado de Palma― por las que se sienta en el banquillo, fueron realizadas por tres abogados ―uno de ellos presente en la sala―, de los que ha dado el nombre. “Ya está bien de hipocresía” ha clamado.

También ha cargado contra la pareja de inspectores de la Policía Nacional de Baleares que han elaborado numerosos informes en su contra, a los que ha acusado de filtrar informaciones “algunas falsas e inexistentes” y de haber engañado al juez instructor del caso en el Tribunal Superior de Justicia de Baleares asegurándole que la causa estaba bajo secreto cuando se produjeron las filtraciones ahora enjuiciadas “cuando no lo estaba”. Penalva ha aludido a la imposibilidad de investigar filtraciones judiciales en las que hay un elevado nivel de actores sospechosos, porque la indagación se convierte en prospectiva, y también ha esgrimido la carga de trabajo de una investigación en la que trabajaban todos los días de la semana. “Yo llevaba esta macro investigación y llevaba otras causas. ¿Me van a decir que tenía que abrir 70 piezas separadas para investigar filtraciones?”, ha preguntado al tribunal.

El interrogatorio del fiscal ha durado casi cinco horas en las que también ha puesto en cuestión la instrucción del llamado caso ORA, que provocó la detención de funcionarios del Ayuntamiento de Palma y del concejal del PP Álvaro Gijón. Penalva ha insistido en que la declaración del testigo que dio origen al caso era creíble y que la adjudicación del servicio de estacionamiento regulado a un empresario concreto “fue un fraude como una catedral”. En este punto ha subrayado que las detenciones que se ordenaron fueron “policiales”, incluidas las de la familia del concejal, al que dice que no conocía. “No conocía al señor Gijón. Recuerdo que el señor Gijón estaba involucrado en asuntos muy turbios, que fue investigado por el tema de las fiestas, había bastantes investigaciones sobre él” ha señalado.

Penalva también ha rechazado supuestas coacciones a testigos del caso, para que implicaran a otras personas, por las que se sienta en el banquillo. Afirma que los testigos llegaban “muy asustados” y no querían declarar contra Cursach, que, dice, aplicaba una “maquinaria delictiva” consistente “en asustar primero y dar prebendas después”. “Es normal que tuvieran miedo y que muchos se hayan retractado porque si no, les enviaban sicarios como a nosotros” ha señalado. También ha censurado que la fiscalía no haya llamado a declarar a los testigos de las supuestas coacciones, como el fiscal Carrau que “si presenció algo, digo yo que lo habría dicho”.

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Sobre la firma

Lucía Bohórquez
Colaboradora de EL PAÍS en las Islas Baleares. Periodista de la Cadena SER en Mallorca desde el año 2008, donde se ha especializado en temas de tribunales. Estudió Periodismo en la Universidad del País Vasco.

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