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Un edificio de cinco plantas se derrumba en Teruel justo después de ser desalojado el último vecino

“Nos hemos quedado con lo puesto. Ni las lentillas hemos podido recoger”, resume uno de los afectados

Eva Pérez Sorribes Paula Esteban
Zaragoza / Teruel -

Un edificio de cinco plantas que albergaba las viviendas de 21 familias en Teruel se ha venido abajo este martes en cuestión de segundos poco después de haber sido desalojado. Una vecina llamó a los bomberos esta mañana para avisar de que había escuchado “un crujido”. Cuando los bomberos han acudido, parte de los vecinos ya había salido del inmueble alertados por el sonido y los bomberos han concluido la evacuación. Justo cuando había concluido ya esa labor, el edificio se ha desplomado. Aunque nadie certifica todavía las causas, algunos vecinos apuntaban a que el agua de las últimas tormentas y un sistema deficiente de evacuación podría estar detrás de este derrumbe, que ha provocado un shock en la ciudad, de 35.900 habitantes. Días antes, varios de los habitantes del bloque fueron al Ayuntamiento a denunciar que había filtraciones de agua.

Javier Carbó es uno de los vecinos que han perdido su casa. Él, que estaba en el trabajo cuando se ha producido el siniestro, ha tenido el tiempo justo de sacar el coche. “Lo único. Nos hemos quedado con la camiseta y el pantalón puestos. Ni las lentillas hemos podido recoger”, resume. Carbó, que vivía en el 5º D, comparte planta con una pareja mayor, dos hermanas y una familia con tres hijos. Su vecino José Luis, del 5º C, estaba desayunando y en pijama “cuando ha escuchado el crujido que lo ha hecho salir, como al resto, y ya no ha podido volver ni a vestirse”, ha explicado Carbó. Lo han perdido todo: casa y pertenencias. Pero han salvado la vida. In extremis. Con ellos se solidarizaba horas después, a través de Twitter, el escritor turolense y premio Planeta Javier Sierra, que vivió en ese edificio con sus padres cuando era niño. “Quiero enviar un abrazo inmenso a las familias que han visto hoy cómo se desplomaba su casa”, ha escrito.

“Lo importante es que nadie echa en falta a nadie”, se aferra el policía local Ángel Loras, poco después de haber visto caer el edificio y tras haber participado en las tareas de desalojo y evacuación. “Los asentamientos maestros”, ha explicado a la SER, “eran papel de fumar, estaban completamente deteriorados y han hecho colapsar la finca por la presión”. La propia alcaldesa de Teruel, Emma Buj (PP), que revalidará su cargo el próximo sábado, ha sido testigo de lo ocurrido. Buj ha contado que a primera hora se recibió una llamada que alertaba de que el edificio no estaba en buenas condiciones e, “inmediatamente” se personaron los arquitectos municipales, la policía y los bomberos, y se procedió a desalojar. Algunos vecinos ya habían abandonado el inmueble tras observar las grietas y escuchar los crujidos.

“Estábamos aquí, con el concejal de Urbanismo en funciones, con todos los servicios municipales, cuando el edificio, que estaba crujiendo, se ha venido abajo”, ha relatado la alcaldesa, que ha apuntado que había agua en los bajos del edificio, pero “como en tantos otros que no han colapsado”. En los últimos días ha llovido abundantemente en Teruel y justo este lunes había caído una fuerte tormenta y dejó más de 20 litros por metro cuadrado. Solo unos días antes, el 3 de junio, otra tromba dejaba más de 40 litros por metro cuadrado. Además del inmueble derrumbado, los bomberos han desalojado seis bloques más por precaución. En total, 300 personas han sido evacuadas. Una unidad canina ha inspeccionado las ruinas del edificio para cerciorarse de que, en efecto, no hay nadie atrapado entre los escombros.

Derrumbe edificio Teruel
Un coche de la Guardia Civil, con el edificio derrumbado al fondo.EFE/Antonio Garcia Antonio García (EFE)

Algunos vecinos aseguran que habían advertido de que algo no iba bien en su bloque. “Hemos llamado al Ayuntamiento. El viernes estuvimos allí contando que seguía entrando agua, le pedíamos que alguien lo mirara, pero no nos han hecho caso”, denuncia Elvira Martín. La alcaldesa replica que precisamente esta mañana se había cortado la calle porque se estaba atendiendo a las demandas de los vecinos, pero la empresa de aguas no tenía claro de dónde venía la filtración y hoy querían introducir una cámara para averiguarlo. Los vecinos que han perdido sus casas han convocado esta tarde una protesta.

Antonio Armunia es otro de los afectados, aunque él no ha perdido su casa sino su negocio. En los bajos del edificio tenía el almacén de su tienda, Degusta Teruel. “El edificio no era tan viejo”, dice, sin entender aún qué ha podido pasar. Javier Carbó se queja de que “el Ayuntamiento no ha valorado la situación y se limitó a llamar a la empresa de aguas”. “Anoche bajé a la cochera y había bastante agua. Si llega a ocurrir mientras dormimos, morimos todos”, afirma. Ha sido cuestión de suerte que unas columnas, que los residentes ya apreciaban hinchadas, hayan aguantado hasta hacerse de día y hasta la salida de todos los vecinos. Solo segundos después, el bloque se venía abajo ante los ojos atónitos de los presentes.

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