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El general Francisco Espinosa, sobre los 61.110 euros en su casa: “Gané mucho dinero en mi vida profesional e hice acopio de metálico”

EL PAÍS accede al vídeo de la declaración del guardia civil ante la jueza el 16 de febrero, en el que trató de justificar el hallazgo del montante en efectivo. El investigado asegura no conocer al exdiputado apodado Tito Berni

Las Palmas de Gran Canaria / Madrid -

“No, lo juro”. El general de división de la Guardia Civil, Francisco Espinosa Navas, trata de sonar convincente y sereno mientras responde a la jueza María de los Ángeles Lorenzo-Cáceres, quien le acaba de preguntar si admite “haber cobrado comisiones irregulares en el ejercicio de sus funciones”. Es parte de la declaración en sede judicial del alto mando del instituto armado el 16 de febrero, a cuyo vídeo ha tenido acceso EL PAÍS. Esta réplica, y las otras que ofreció durante los 42 minutos que duró su declaración, no evitaron que la magistrada declarase su prisión provisional, comunicada e incondicional bajo las acusaciones de tráfico de influencias, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal. Espinosa Navas es, de hecho, el único de los 12 investigados que sigue detenido por el caso Mediador, que investiga un entramado supuestamente liderado por él mismo, el exdiputado Juan Bernardo Fuentes y el intermediario Antonio Navarro Tacoronte.

Uno de los aspectos en los que más incidió la magistrada durante la declaración es el origen de los 61.110 euros que se encontraron durante el registro del domicilio del general en Madrid, distribuidos en fajos de 5.000 euros. Este dinero, explica el auto de prisión, se encontraba oculto en una caja de zapatos y metido en sobres entre ropa en armarios y puede explicar parte de los ingresos obtenidos mediante las actividades ilícitas. La investigación posterior concluyó que el dinero hallado no tiene “justificación lícita”, según las palabras de la magistrada el día 16 de febrero. “Yo he ganado mucho dinero durante mi vida profesional, respondió Espinosa Navas, quien relató parte de su carrera profesional desde que comenzó a hacer misiones en el extranjero en 1993. “Estuve destinado en la embajada de Francia del 2004 al 2008, y ahí concretamente, concretamente... pues ganaba mucho dinero: comencé ganando 9.000 euros en 2004 y acabé ganando 14.000 en 2008″. Decidió entonces “hacer un acopio de dinero en metálico en casa”. “Pensamos en tener entre 15.000 y 20.000 euros en casa. Amontonamos 20.000 euros en casa”.

Espinosa Navas asegura que “con el paso del tiempo” falleció su padre —en 2016— y el matrimonio vendió su piso. “El comprador nos hace parte del pago en metálico”, entre 12.000 y 14.000 euros. Prosigue la explicación: durante la pandemia, asegura Espinosa Navas, pensó “que se iba a acabar el mundo”: “Retiré unos “10 o 12.000 euros del banco y los metí en casa”. Por último, explica que en enero de 2022 compró a un amigo por encargo un reloj de marca Rolex, por el que pagó 14.700 euros. El general abonó la cantidad a través de una transferencia bancaria a la joyería Rabat de Madrid. “Mi amigo me dio 17.700, es decir, 3.000 euros más de los que había pagado, en dinero en metálico”.

“Realmente no me lo planteé”

En su declaración ante la jueza y el ministerio fiscal, Espinosa Navas ha rechazado en todo momento su pertenencia a trama alguna, así como conocer al supuesto otro cabecilla de la trama, el exdiputado del PSOE Juan Bernardo Fuentes, ni a su sobrino Taishet Fuentes, quien le sucedió como director general de Ganadería del Gobierno de Canarias en 2020. “[Al diputado Fuentes Curbelo] no lo conocía entonces ni lo conozco ahora”, aseveró. Sí explicó cómo trabó relación con el Mediador. “A este señor lo conocí por casualidad en Valencia [el 23 de julio de 2020, según el sumario]”, relata, “un día que estaba cenando en un restaurante con unos amigos. Salimos a la puerta del restaurante a fumarnos un cigarro. En la mesa de al lado estaba sentado él y me dijo “qué bien huele”. Le dije “es canario”, y me dice “yo soy canario también”. Empezó la conversación, hablaron, Navarro Tacoronte incluso se sentó en su mesa y el general le dio su tarjeta de visita. A la salida del restaurante se hicieron una foto. “Más adelante me mandó un mensaje diciéndome que su socio, Antonio Bautista [otro de los empresarios investigados en la trama], iba a venir de Canarias a Madrid y me iba a traer una caja de puros al aeropuerto”.

“A partir de ese momento empezamos una relación”, continúa el general. “El tal Marco Antonio me decía que él iba mucho a Madrid porque trabajaba con un diputado. Que él iba todos los meses dos o tres veces para entrevistarse con el diputado para hacerle trabajos, porque era un trabajador de él”.

Pese a las evidencias recogidas en el teléfono móvil de Navarro Tacoronte y recogidas en el sumario, Espinosa rechazó haber sido consciente de haber formado parte de una trama dedicada a extorsionar o cobrar comisiones a diversos empresarios de Canarias, Valencia y Madrid. “Realmente no me lo planteé”, aseguró. “A mí no ha habido ningún empresario que me haya pedido esto, aquello o lo demás allá. No me lo han pedido. De verdad que no me lo han pedido”. Respuestas como estas no terminaron de convencer a la magistrada, que en repetidas ocasiones cuestionaba a Espinosa Navas si no le parecía extraño que empresarios le pagasen comidas y viajes. “Bueno, ellos lo ofrecían como una fase de captación” para tratar de convencerle para un puesto de trabajo como director de relaciones institucionales, que, manifestó, le ofrecieron el empresario Antonio Bautista. Y admitió: “Estas comidas que organiza muchas veces Marco Antonio era simplemente para introducir gente en esta tela de araña que estaban tejiendo”.

Según el relato contenido en los documentos policiales, el modus operandi del general pasaba por recibir a los empresarios en su despacho oficial en la Dirección General de la Guardia Civil, en Madrid, para “seducirlos” de su capacidad de influencia, y para posteriormente almorzar en un restaurante cercano en el que “en ocasiones” estos le entregaban algún presente “como parte del engrasamiento hacia el funcionario [para facilitar su colaboración]”. Los investigadores destacan que a partir de ese primer encuentro los empresarios incrementaban “el gasto de los supuestos sobornos” al general que, junto al pago de vuelos, hoteles y otras comidas, incluía la entrega de dinero en efectivo y de tarjetas prepago.

Una y otra vez, la magistrada inquirió al Guardia Civil por sus reuniones, incluso en la Dirección General de la Guardia Civil. “¿Por qué recibe las visitas de un intermediario como es Antonio Navarro y a los empresarios que se va a reunir? ¿Qué finalidad, si no tiene nada que ver con esto, tiene poner en medio la institución, la imagen y la seriedad que evidentemente proyecta?”. “Señoría”, responde el investigado. “Yo no sabía quién era este señor. A mí me dicen ‘voy a tomar un café contigo’ y yo digo ‘que venga”. Asegura que no fue hasta después que se le informa de que es propietario de una quesería familiar sobre la que pesaba una sanción de 74.000 euros. “Ni pude hacer nada, ni hice nada, ni cosa que se le parezca”, replicó. Porque hay cosas que las tengo muy claras. Yo no tengo ninguna ascendencia ni conocía a nadie ni iba a hacer nada”.

Espinosa Navas asegura que el cebo para atraerle fue la perspectiva de un contrato de trabajo como director de Relaciones Institucionales en la empresa que iba a crear el empresario Antonio Bautista. “Yo no quería irme a casa jubilado, y me agarro a esa primera circunstancia que me dicen, que luego no se materializó absolutamente en nada”. Relata que le ofrecieron un sueldo de 5.000 euros y unan tarjeta de gastos de protocolo. Admite que de Bautista, además de su propio contrato, quería otro para su amante Adelaida María Pérez Sánchez, apodada Chocho Volador. “Me esforcé en intentar que él pudiera entrevistarse con personas del grupo Lopesan para ver si había posibilidades de contratar algo”, explica.

La juez decidió este mismo martes mantener en prisión a Espinosa ante la posibilidad que el general retirado pudiera destruir medios de prueba. La titular del Jugado de Instrucción número 4 de Santa Cruz de Tenerife precisa en un auto notificado en la mañana de este viernes que la prisión se mantendrá “por el tiempo estrictamente necesario” para intentar llegar a todos los medios posibles de prueba que sostengan la investigación.

Días después, el 22 de febrero, la jueza tomó declaración a Juan Bernardo Fuentes Curbelo, a quien preguntó por el tipo de relación que mantenía con el mediador Antonio Navarro Tacoronte. Fuentes negó ser amigo de Navarro, a lo que la jueza respondió que cómo era posible que le hubiera facilitado “en al menos 11 ocasiones” el número de cuenta de la asociación deportiva y también de una cuenta bancaria personal.


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