El Gobierno remitirá a La Macarena un protocolo de exhumación que sirva de guía a la de Queipo de Llano
El secretario de Estado de Memoria Democrática insiste en la buena sintonía con la entidad y es partidario de normalizar el proceso y que se realice de manera privada
El Gobierno no está dispuesto a que se rompa la buena sintonía evidenciada el pasado lunes por la Hermandad de La Macarena para iniciar los trámites para la retirada de los restos del general golpista Gonzalo Queipo de Llano de su basílica en Sevilla y cumplir con la vigente Ley de Memoria Democrática. En los próximos días enviará a la entidad “un protocolo con los pasos técnicos para llevar a cabo la exhumación”, según ha explicado a este diario el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez.
“Nos ofrecimos a colaborar con la Hermandad y, tal y como nos han solicitado, vamos a elaborar un documento con las cuestiones técnicas que deben seguirse en un proceso de exhumación”, aclara Martínez. “Los procesos se van a ir cerrando y la predisposición de la Hermandad es muy buena”, ha enfatizado.
Desde que se conoció que la nueva ley de Memoria Democrática iba a ser una realidad, el hermano mayor de La Macarena, José Antonio Fernández Cabrero, señaló que esperaría a las indicaciones que le diera el Gobierno para proceder a la exhumación. La “primera comunicación oficial”, como la ha denominado Fernández, de la administración central para exhumar los restos del Queipo de Llano, llegó este lunes en forma de una carta en un tono muy respetuoso en la que el Gobierno se ponía a disposición de la Hermandad “para cualquier duda o consulta”.
En la Hermandad se esperaba mayor precisión e incluso unas indicaciones concretas sobre cómo proceder a partir de ese momento, pero, de acuerdo con la nueva norma, toda la iniciativa para retirar o eliminar símbolos o elementos contarios a la ley de memoria democrática de su templo, le corresponde exclusivamente a ella. No obstante, Fernández pidió al secretario de Estado el mismo lunes por la tarde información sobre el procedimiento de exhumación y este acordó remitirle el protocolo en el menor tiempo posible. Martínez elude concretar los plazos —”no importa tanto el cuándo, una vez que tenemos el compromiso de la Hermandad, sino que se haga”, insiste―, pero no parece que vaya a demorarse más allá de esta misma semana.
Una exhumación en un templo es algo inusual, puntualizan desde Funerarias Nervión, en Sevilla, pero el procedimiento es bastante habitual en los cementerios comunes. “Antes que nada hay que contar con el certificado de defunción”, explica un portavoz. Para mover la lápida, en función de su tamaño, se necesitan entre tres o cuatro sepultureros y una vez abierta, uno de ellos desciende hasta donde se encuentra el féretro y traslada los restos a otro féretro o caja especial para restos.“Si estos están en muy mal estado hay que sacarlos a mano”, puntualiza el portavoz, que entiende que es cómo podrían estar los de Queipo de Llano, dado que lleva enterrado desde 1951. “Una vez que los restos se encuentran en el nuevo féretro, la funeraria los traslada bien al cementerio si van a ser incinerados o al lugar donde la familia quiera que reposen”, indica el interlocutor de la funeraria. El portavoz puntualiza, que en el caso de la basílica, la Hermandad debería contratar, además de los servicios de una funeraria, los de albañilería para picar en el suelo del templo.
El proceso de bajar hasta la sepultura y de recolocar los restos en una nueva caja dura como mínimo una hora y siempre debe estar presente un familiar, que confirme que se abre la lápida correcta, y el responsable de la funeraria, para cerciorarse de que se cumplen las indicaciones dadas por la familia, explican desde la funeraria sevillana.
El hermano mayor asegura que los familiares, tanto de Queipo de Llano como de Francisco Bohórquez, el auditor de guerra que firmaba junto al general golpista todas las ejecuciones de las sentencias dictadas con aplicación de bando de guerra, tienen “la mejor disposición” para cumplir con la ley. Este diario ha contactado con Rafael García Ortiz, edil de Vox en Espartinas y marido de Elena García Yangüela, una de las bisnietas del general franquista, que asegura que ellos desconocen cuál va a ser el destino de los restos de su familiar y que la Hermandad no ha contactado directamente con ellos, pero que, probablemente, se haya comunicado con su suegro, Gonzalo García Queipo de Llano, que ha declinado en varias ocasiones responder a EL PAÍS sobre el proceso de exhumación de su abuelo. “Lo que esperamos es que todo este asunto se lleve de la forma más discreta posible”, remarca García.
Una de las opciones que barajó la Hermandad en su momento fue trasladar los restos del general franquista al columbario que se terminó de construir en 2020, en la antigua sacristía, justo debajo del camarín de la Virgen de La Macarena. Si la familia de Queipo de Llano o la de Bohórquez lo estimaran, podría darse la paradoja de que sus antepasados reposaran en el mismo templo, aunque de manera anónima y sin ningún tipo de distinción, junto con el resto de hermanos que opten por ser enterrados en ese espacio, con cabida para 3.000 urnas.
Como los familiares de Queipo de Llano, la Hermandad también quiere mantener la mayor reserva sobre el proceso y no quiere que la exhumación se convierta en un circo mediático, un interés que comparte el secretario de Estado de Memoria Democrática: “Se trata de una cuestión estrictamente privada porque es un lugar de titularidad privada”, insiste.
Martínez busca dar normalidad a este proceso. “Mucho ha tardado”, señala sobre la exhumación de Queipo de Llano. “Desde el 36 al 46 murieron 15.000 personas y la inmensa mayoría por los bandos firmados por Queipo de Llano”, abunda. “Lo importante es que deje de estar en un lugar preeminente de una basílica que recibe miles de visitas al año”, zanja el secretario de Estado de Memoria Democrática.
Las asociaciones memorialistas piden transparencia al Gobierno
Las asociaciones memorialistas han esperado durante mucho tiempo que sus reclamaciones para la salida de Queipo de Llano de La Macarena fueran atendidas por las administraciones públicas y ahora que la nueva ley de memoria lo permiten, reclaman la máxima transparencia sobre el proceso y que el Gobierno lo tutele e informe de su cumplimiento, como deferencia a las víctimas.
“Queremos asegurarnos de que realmente los restos de Queipo de Llano son exhumados, no nos fiamos de que retiren la lápida, pero sigan allí. Demandamos un proceso transparente y no nos está gustando la opacidad con la que se están dando estos primeros pasos”, señala Lourdes Farratell, miembro de la Plataforma Gambogaz —la primera que reclamó la retirada de los restos del general golpista de la basílica el mismo día que entró en vigor la nueva ley— que junto con la Asociación Nuestra Memoria, han firmado un comunicado en el que reclaman al Gobierno que “sea garante durante todo el proceso de que la Ley de Memoria Democrática se cumple, actuando como valedor de las víctimas del franquismo y asegurando que la Hermandad de La Macarena haga por fin lo que tenía que haber hecho hace más de 60 años”. La plataforma se ha mostrado contraria a que los restos sean trasladados al columbario.
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