El Gobierno anuncia una rebaja fiscal para rentas de hasta 21.000 euros y un impuesto para las grandes fortunas
El Ejecutivo de coalición crea un “impuesto de solidaridad” que estará en vigor en 2023 y 2024 para grandes patrimonios y anuncia una subida temporal de Sociedades para grandes empresas
El Gobierno ha acordado un paquete de medidas fiscales que contempla una rebaja del impuesto del IRPF para rentas bajas y medias, aquellas que están por debajo de los 21.000 euros brutos anuales. En concreto, extenderá la reducción por rendimientos del trabajo desde los 18.000 hasta los 21.000 euros. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha desvinculado esta medida de “las deflactaciones” generalizadas que han llevado a cabo “Madrid o Andalucía”. Además, el Ejecutivo ha anunciado que elevará los tipos del IRPF que gravan las rentas del ahorro y ha acordado un “impuesto de solidaridad” que estará en vigor en 2023 y 2024 para patrimonios de más de tres millones de euros. Montero prevé que este recaude un máximo de 1.500 millones procedentes de 23.000 contribuyentes. También se aprobará un aumento temporal de la tributación de sociedades para grandes grupos empresariales, y rebajas de impuestos para autónomos y pymes. Entre las subidas y las bajadas, el paquete brindará en conjunto una recaudación adicional neta de 3.144 millones de euros en los próximos dos años, según estimaciones de Hacienda.
“No vamos a tocar ni los tramos ni los tipos del IRPF, sino a ampliar los beneficios que ya tienen estas rentas”, ha subrayado este jueves Montero, que en los últimos días se ha mostrado muy crítica con las rebajas anunciadas por los presidentes autonómicos en IRPF y patrimonio. Durante la presentación de las medidas, la ministra ha explicado que la reducción por rendimientos del trabajo aumentará. Ahora este beneficio decreciente se va reduciendo hasta desaparecer en los 18.000 euros de renta. El Gobierno lo elevará para que se prolongue hasta los 21.000 euros. Como resultado de esta mejora, el mínimo a partir del cual se empieza a tributar empezará en los 15.000 euros, en lugar de los 14.000 euros actuales. De esta forma, cualquier eventual subida del salario mínimo no tendrá que tributar. Los cambios supondrán un ahorro de 1.881 millones para estos contribuyentes.
Entre cuatro y cinco millones de trabajadores podrían beneficiarse de esta rebaja en el IRPF, contando tanto los nuevos beneficiarios como aquellos que vean mejorada la reducción. El ministerio da varios ejemplos de cómo afectaría la medida. Un trabajador casado con dos hijos, declaración del IRPF conjunta y sueldo de 19.000 euros, dejaría de pagar 331 euros. Un pensionista con una prestación de 16.500 euros se ahorraría 689 euros. Y un trabajador sin pareja y con dos hijos, que cobra 18.500 euros, tendría un beneficio de 516 euros. Quien cobre 15.000 euros dejará de pagar unos 400 euros al no estar ya sujeto a tributación. Como la reducción es decreciente, a medida que la renta se acerque a los 21.000 euros el ahorro irá disminuyendo. Los que ganen cerca de los 21.000 euros notarán muy poco la rebaja. Fuentes gubernamentales indican que estas medidas van dirigidas a compensar la pérdida de poder adquisitivo que los contribuyentes están sufriendo por las subidas de precios, que perjudican más a las rentas bajas.
“No es una cifra elegida al azar: el salario mediano está en el entorno de los 21.000 euros”, ha añadido la titular de Hacienda. Y ha insistido en que sus medidas son “quirúrgicas”: “Lo dicen todos los organismos internacionales: hay que evitar bajadas masivas de impuestos”. El Gobierno ha subrayado que, además, para los colectivos que no tributan en el IRPF y que por tanto no se pueden beneficiar de esta medida, habrá otras ayudas por el lado del gasto, como la subida del ingreso mínimo, de las prestaciones mínimas no contributivas y del salario mínimo.
Los Presupuestos también incluirán la rebaja del IVA del 10% al 4% sobre los productos de higiene íntima femenina como tampones y compresas, una iniciativa recogida en el acuerdo de coalición que se había quedado fuera de la ley del aborto. Este tipo superreducido también se extenderá a preservativos y anticonceptivos no medicinales. La merma para las arcas públicas ascenderá a 24 millones.
A todo lo anterior hay que sumar un alivio fiscal en el IRPF de los autónomos. Se subirá del 5% al 7% la reducción por gastos de difícil justificación que se aplica en la estimación directa. El coste será de 116 millones. Y habrá una rebaja adicional del 5% en el rendimiento neto de módulos, que supondrá 68 millones menos para Hacienda. El ministerio calcula que hay 956.000 empleados por cuenta propia que se beneficiarán de la primera ayuda, y 577.000 de la segunda. Además, se prorroga la aplicación del régimen de módulos, lo que representará una disminución de ingresos de 124 millones.
Subidas de impuestos
El nuevo impuesto a los ricos tendrá una tramitación paralela a los Presupuestos, al ser una nueva figura que precisa de una ley propia. Este gravamen, bautizado como Impuesto de Solidaridad a las Grandes Fortunas, estará en vigor temporalmente, durante 2023 y 2024. El mínimo a partir del cual se exigirá son tres millones de euros. A partir de esta cifra y hasta cinco millones, el tipo será del 1,7%. Entre cinco y diez millones, del 2,1%. Y para bases superiores a los 10 millones, del 3,5%. Hacienda estima que afectará a 23.000 contribuyentes y podría recaudar hasta 1.500 millones al año, un importe que puede considerarse en un rango alto dadas las cifras de declarantes.
En España ya existe un impuesto sobre el patrimonio gestionado por las comunidades. El nuevo tributo gravará las mismas bases imponibles y tendrá tipos similares. Para evitar la doble imposición, la cuota abonada a las autonomías se podrá deducir en el nuevo gravamen. Es decir, en la práctica se cobrará en aquellos territorios que están bonificando el impuesto, como Madrid y, a partir del año que viene, Andalucía. Cabe recordar que están exentos de este tributo los primeros 700.000 euros de patrimonio —salvo en aquellas comunidades que hayan legislado umbrales distintos—, más 300.000 euros por la vivienda habitual y restando las deudas y bienes que se quedan fuera del cómputo como la empresa familiar. Así que las fortunas que se graven tendrán un patrimonio real bastante superior a los tres millones. Esta nueva figura se ha diseñado para solo dos años con la intención de que más adelante se reforme en profundidad la imposición fiscal a la riqueza. De lo contrario, el IRPF se quedaría casi como el único instrumento para asegurar la progresividad del sistema, han señalado fuentes de Hacienda.
Por otro lado, el tipo de las rentas del ahorro subirá en un punto para ingresos de más de 200.000 euros, del 26% al 27%, y hasta el 28% para contribuyentes que declaren más de 300.000 euros. En el impuesto sobre sociedades se limita al 50%, con carácter temporal para 2023, la posibilidad de compensar las pérdidas de las filiales de los grandes grupos consolidados (el ministerio estima que este cambio se concentra en 3.609 empresas, el 0,2% de los declarantes del tributo). El crédito fiscal no se perderá, sino que se aplazará la posibilidad de deducirlo. Esta última medida se aprueba a la espera de que se llegue a un acuerdo internacional sobre el tipo mínimo del 15% a las grandes multinacionales. La previsión de recaudación es de unos 2.500 millones. Además, se reduce el tipo nominal del 25% al 23% para las 407.000 pymes que facturan menos de un millón de euros, con un impacto de 292 millones.
El Gobierno había defendido hasta esta semana que en la actual coyuntura de crisis y necesidad de recursos para sostener los servicios públicos era irresponsable hablar de bajadas fiscales. De hecho, anunció un nuevo impuesto a las grandes fortunas para compensar la eliminación del impuesto de patrimonio en algunas comunidades del PP, y adelantó que aprobaría más “subidas selectivas” en otros tributos. En las últimas horas, sin embargo, y después de que varias comunidades autónomas —empezando por la Comunidad Valenciana, gobernada por el PSOE— plantearan bajadas del IRPF para compensar la subida de precios, el Ejecutivo deslizó la posibilidad de acometer también sus propias bajadas de impuestos, de forma selectiva y enfocadas en las rentas medias y bajas.
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