Sánchez se rodea de sus barones para relanzar al PSOE antes de las elecciones de mayo
Los socialistas se reivindican como único garante de la clase media y trabajadora
No hay un partido tan ciclotímico como el PSOE. El estado de ánimo, coinciden varios barones consultados por EL PAÍS, puede pasar rapidísimo de un optimismo desbordante a la más profunda depresión. Los resultados y las encuestas se viven con una intensidad impropia para un partido con 143 años de historia. En el último año y medio los socialistas han sufrido como un tormento la estrategia del PP de adelantar elecciones en Madrid, Castilla y León y Andalucía. El goteo de victorias de la derecha fue como una tortura e instaló al partido en un estado de abatimiento. Pero tras tocar fondo en las andaluzas, el PSOE ha recuperado la confianza. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y líder de la formación, se ha reunido este sábado en Zaragoza con sus barones territoriales, por primera vez desde el Congreso Federal de hace casi un año en Valencia, y el mensaje ha sido unánime: el PSOE, con Sánchez al frente, no se rinde pese a las encuestas y peleará: “Somos un partido que está en forma, que está unido, y que sale a ganar todas las elecciones”.
Los puntos de inflexión para recuperar el ánimo han sido el debate sobre el estado de la nación en julio y el cara a cara de septiembre entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en el Senado. Unidos a los errores no forzados del PP, como su rechazo a los impuestos extraordinarios al sector energético a diferencia de la derecha de la UE, han devuelto a los socialistas la esperanza perdida. “Si lo propone el Gobierno es malo por izquierdista. Si lo propone Bruselas es bueno por liberal. Ni una cosa ni la otra: es puro sentido común, que en época de crisis nos dice que hay que proteger a la gente y no a los poderosos. Las alegrías de una minoría no pueden ser las dificultades de la mayoría y al PP le ha pasado que se ha quedado solo y retratado”, ha dicho Sánchez, firme en su presión diaria sobre Feijóo, ante unos 850 militantes.
El secretario general del PSOE necesita que el partido responda dentro de ocho meses, cuando se juega todo su poder territorial: la presidencia de nueve comunidades autónomas y 2.700 alcaldías. El tirón de Sánchez benefició a los barones en las elecciones de 2019 y ahora la situación es diferente. El desgaste por la inflación y los precios de la energía está ahí, como reflejan todas las encuestas, salvo el CIS, pero los presidentes autonómicos confían en que los votantes no les penalicen por las consecuencias económicas y sociales de la guerra de Ucrania. Al menos por las que no entran dentro de sus competencias. “No vamos a permitir que estas crisis sean a costa de la clase media y trabajadora. Mientras dure esta guerra, desplegaremos todos los resortes del Estado para proteger a la mayoría social de este país”, ha sentenciado Sánchez.
El Consejo de Ministros aprobará este martes la reducción del IVA del gas al 5% y 172 millones de euros para la atención primaria. Todas las administraciones donde gobierna el PSOE están alineadas para cumplir con esa hoja de ruta: la prueba son las resoluciones que aprobó el Consejo Político Federal, que engloba a todos los líderes territoriales del PSOE, sean presidentes regionales o estén en la oposición. Sánchez y los barones se coordinarán para mantener el escudo social por el conflicto en Ucrania, con especial atención a atajar la precariedad laboral de los jóvenes españoles, como adelantó EL PAÍS.
“¡Bienvenidos a esta fiesta socialista! Hemos demostrado que somos el partido de la centralidad y de la moderación. Celebramos el banderazo de salida que nos llevará a las elecciones del 28 de mayo, en las que aspiramos ser los primeros por convicción y porque sabemos hacerlo”, ha jaleado el presidente de Aragón y anfitrión, Javier Lambán. “El presidente del Gobierno ha estado cogiendo siempre el toro por los cuernos y ha salido siempre airoso, ha sido capaz de marcar impronta y de tener voz propia en la UE en un momento en que la geopolítica está cambiando, y ahora que tenemos que afrontar problemas como la inflación o los precios desmesurados de la energía, el compañero Pedro Sánchez tendrá un partido detrás. Y estoy convencido de que también tendrá a los españoles”, aseguró uno de los dirigentes territoriales que, junto a Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), más roces ha tenido con Sánchez.
“Somos el PSOE de ayer, de hoy y de siempre. El que siempre creyó en España y en Europa, el que ha luchado con todas sus fuerzas contra la covid y contra la pandemia que no tiene vacunas, que es la desigualdad”, ha destacado el extremeño Guillermo Fernández Vara, que ha hecho una encendida defensa de la cogobernanza. “Hemos descubierto que si se quería, se podía cogobernar este país. Que nos podíamos organizar juntos. No hay un partido que tenga tan claro el proyecto político que representa España, sus territorios y Europa como nosotros”, ha aseverado antes de resaltar la “inmensa oportunidad” que se abre para “recuperar la soberanía industrial, energética y agraria”.
La forma de conseguirlo será mediante la transición verde: “El cambio climático va a hacer que nada sea igual, el único partido que lo tiene claro es el PSOE. ¿Qué hizo la derecha cuando gobernaba? ¡Ponerle un impuesto hasta el sol!”, recordó haciendo alusión a las políticas medioambientales más polémicas del PP. El partido de Feijóo defiende ahora retrasar el cierre de las centrales nucleares, previsto a partir de 2027. “Tenemos que evitar a toda costa que todas estas adaptaciones en transición energética generen nuevas desigualdades. Y otra cosa para garantizar la cohesión social: millones de personas necesitan unos servicios públicos fuertes, son su soporte para tener una vida digna y afrontarla con más oportunidades”, observó María Chivite, presidenta de Navarra.
Las llamadas a recobrar la fe y reactivar a un electorado desmovilizado, como se constató en las andaluzas, han sido una constante. “Me siento muy orgullosa de la cabeza a los pies del PSOE y vamos a seguir triunfando juntos en el futuro: la España plural y diversa, ecologista y feminista la garantiza el PSOE”, ha asegurado la presidenta de Baleares, Francina Armengol. “Estamos fuertes, estamos unidos, vamos a seguir haciendo lo que sabemos hacer, y sé que la gente dará su confianza a un partido con tanta historia”, abundó la presidenta navarra.
“La descentralización es algo maravilloso, en cualquier territorio hay talento y necesitamos seguir potenciando nuestra cohesión social y territorial”, intervino la riojana Concha Andreu, que defendió la decisión del Gobierno de ubicar las sedes de los organismos estatales de nueva creación fuera de Madrid. “Cogobernar significa contar con todo el país y eso significa desconcentrar [instituciones], y aunque a alguna no le guste, vamos a deslocalizarlas”, concluyó Sánchez, en una alusión implícita a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. “En la Comunidad de Madrid se genera el 4% de la energía que necesita. Por esa y otras muchas razones, Madrid no puede ser una región egoísta que cierra fronteras, sino un Madrid abierto, solidario, con aliados... El PP lo que quiere es que nos rindamos, pero en Madrid no solo no nos rendimos, sino que vamos a por todas en las próximas elecciones”, se ha puesto como meta el secretario general de los socialistas madrileños, Juan Lobato.
Indulto a Griñán
De lo que nadie habló fue del indulto a José Antonio Griñán, condenado a seis años de cárcel por malversación y prevaricación en la sentencia de los ERE. La concesión de la medida de gracia al expresidente de la Junta de Andalucía y expresidente del PSOE, que el Gobierno deberá abordar tarde o temprano, no se trató ni en la reunión a puerta cerrada del Consejo de Política Federal. El elefante en la cacharrería directamente se evitó como si fuese un tabú, aunque la mayoría de barones consultados sostienen que su caso está amortizado y no tendría un efecto decisivo en las urnas. Pero ninguno ha solicitado que su posible perdón se retrase hasta después de las elecciones de mayo. Todos los barones preguntados esperan que, llegado el momento, el Tribunal Constitucional anule la sentencia. “Es una decisión que tomará el Gobierno y siempre pensando en el interés general y en la justicia”, dijo el presidente valenciano Ximo Puig.
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