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Feijóo se juega en el Senado su imagen de presidenciable

El líder del PP prepara el debate del martes con expertos en economía y mercado energético. Los populares auguran que el cara a cara con Pedro Sánchez será un “choque de trenes”

Alberto Núñez Feijóo saluda a Pedro Sánchez en su primera sesión de control al Gobierno en el Senado, el pasado 7 de junio.
Alberto Núñez Feijóo saluda a Pedro Sánchez en su primera sesión de control al Gobierno en el Senado, el pasado 7 de junio.Álvaro García
Javier Casqueiro

Esta vez no se ha refugiado en Os Peares, en el centro rural de Galicia, como cuando se concentró de joven para sacar la oposición a funcionario de Hacienda que le determinó la vida y luego su carrera política. En esta ocasión se ha encerrado todo el fin de semana en su nueva vivienda en el centro de Madrid, en la zona de El Viso, recibiendo papeles y consejos de un grupo muy selecto de colaboradores del PP y ajenos, de su actual equipo y de expertos en Energía y economistas del Estado de los gabinetes de Mariano Rajoy. Alberto Núñez Feijóo, tras exigir ante el evidente contexto crítico del país un debate en el Senado, su casa parlamentaria en la capital, pretende ahora rebajar algo las expectativas. Se queja de que el duelo del martes con el presidente, Pedro Sánchez, en la Cámara alta, será demasiado corto y acotado, de que el líder socialista juega con ventaja y le copia sin rubor sus mejores bazas. Y se prepara para recibir y contrarrestar sobre todo una salva de ataques a su “preparación, nivel y solvencia” como jefe de la oposición y como candidato premiado por las encuestas para unas elecciones generales para las que queda más de un año largo de campaña.

En el PP de Feijóo ya no ven “determinante” ni “un punto de inflexión” el debate de este martes en el Senado, que abrirá otro curso político seguramente crispado, marcado por una difícil situación económica y con negros nubarrones de incertidumbre sobre el inmediato futuro. Sí se espera, o se teme, un “choque de trenes”, entre el presidente y el líder de la oposición, porque así interpretan en su entorno que el secretario general socialista haya querido aceptar el envite de batirse, con la excusa de la crisis energética, sobre el complicado contexto económico y político que se avecina. No será un “minidebate de la nación”, como el que terminó el anterior ciclo parlamentario en el Congreso antes del verano y en el que Feijóo no pudo participar por no ser diputado, que hasta en el PP reconocen que ganó Sánchez a una Cuca Gamarra demasiado constreñida. Pero el duelo sí trascenderá, seguro, lo fijado en la agenda y servirá para medir, como pretende el Gobierno y se prepara el PP, el nivel de Feijóo como presidenciable.

Feijóo y su equipo decían anhelar un buen debate parlamentario para retomar el pulso político del país con el presidente Sánchez, para demostrar que el veterano dirigente gallego es un buen orador, que está preparado para dirigir España y que tiene un proyecto alternativo al del gobierno de coalición actual. Creían que Sánchez lo rehuiría, como en un principio pareció. El Ejecutivo registró finalmente su propuesta para discutir como quería Feijóo en el Senado sobre las dramáticas consecuencias que la guerra en Ucrania está provocando y puede ocasionar en este próximo otoño e invierno y ese contexto le parece ahora al PP poco. Querrían otro debate de la nación, como el del Congreso del pasado 12 de julio, pero en la Cámara alta. Y que el Gobierno, y Sánchez, no tuvieran tantas ventajas.

El presidente del PP tendrá este martes de entrada solo 15 minutos para enseñar qué tipo de discursos puede armar en las Cortes. Será en realidad su presentación parlamentaria a nivel nacional, aunque esbozó parte de su estilo en la pregunta de control que ya le formuló a Sánchez en su estreno en esa cámara el pasado 7 de junio. Entonces fue educado en las formas, pero erró con uno de sus datos sobre la prima de riesgo de España. Aquel fallo pareció extraño, incluso para sus colaboradores, que le atribuyen una “enorme capacidad para estudiar y prepararse” todos los detalles antes de una comparecencia de esa importancia. Es lo que está haciendo este fin de semana en Madrid porque sabe que su rival, el presidente, incidirá en los ataques a su formación y actitud, igual que le han propinado en estas últimas semanas varios ministros y que en el PP interpretan como una estrategia fallida fácil de replicar: “Feijóo tiene más años de gestión pública que todos los vicepresidentes y ministros del gobierno actual juntos, está invicto en las urnas, ha tenido cuatro mayorías absolutas, 13 años y el triple de experiencia de gobierno que Sánchez”.

Este lunes, el día antes del debate, Feijóo sí participará en un desayuno informativo en la capital, pero el sábado y domingo liberó su agenda de actos y los ha dedicado a intercambiar papeles, documentos y opiniones de parte de su equipo, en especial de su vicesecretario económico, Juan Bravo, al que concede mucho crédito en aspectos como la excepción energética ibérica permitida por la Unión Europea a España y Portugal. También ha recabado la asesoría de los hermanos Álvaro y Alberto Nadal: economista del Estado y exministro de Energía el primero, y exsecretario de Estado de Presupuestos el segundo). Su jefa de gabinete, Marta Varela, es la que ha coordinado esas aportaciones.

“En este tipo de debates, Feijóo no tiene más manías que llevar los temas muy trillados, muy preparados, es lo que hacía en Galicia en esas ocasiones y lo que hará seguro ahora en Madrid”, apuesta Pedro Puy, el portavoz del PP en el Parlamento gallego desde los tiempos en los que el ahora presidente popular ejercía la oposición al entonces presidente socialista del bipartito en la Xunta, Emilio Pérez Touriño. Entonces, como ha hecho ahora, se liberaba la tarde anterior para acaparar toda la información posible y estudiar. “Es un devorador de papeles”, recuerda uno de aquellos asesores.

Es interesante rememorar algunos episodios y actuaciones de aquella etapa de Feijóo como líder opositor en Galicia. Por las pistas que pueda dar como modelo a seguir. Él mismo reconoce que llegó a ser implacable contra el socialista Touriño y que cayó en varios excesos. El 7 de octubre de 2008, en el último debate de la región antes de ganar y gobernar apenas 10 meses más tarde, Feijóo reprochó a Touriño que no le hiciera caso ni tomara en consideración ninguno de los “diez consensos básicos” que le había ofrecido, y le despachó con cierta displicencia: “Gracias por nada, adiós bipartito”. La pasada primavera, al poco de llegar a la cúpula del PP, entregó a Sánchez, un documento con 11 pactos de Estado. Y no para de recriminar al presidente porque no le llama ni le tiene en cuenta o porque cuando le copia alguna idea lo hace tarde y mal. Es lo que volverá a hacer este martes, en su tiempo tasado.

Sin florituras y al grano

El Consejo de Dirección del Grupo Popular en el Senado se reunió esta semana para considerar las normas de la disputa y para concluir con un consejo para Feijóo: “Síntesis”. Al grano. Nada de florituras ni de perder el escaso tiempo disponible. Y también: “Mantener el tono, no caer o que le hagan mella los insultos y demostrar que se lo sabe”, señala uno de sus miembros. Un veterano parlamentario popular, buen conocedor de Feijóo, lo resume así: “El reto fundamental que se planteará Sánchez, que irá a por todas, será evidenciar que Feijóo no tiene conocimiento profundo de los temas y por eso irá ultrapreparado. Él ya tiene un gran dominio de los problemas reales de los españoles y quizá lo único que tendrá que desarrollar más en el futuro es su parte internacional”.

Tanto en el equipo más cercano como entre componentes de la dirección de los grupos parlamentarios del PP remachan que no habrá ni “triunfo histórico ni hundimiento insalvable”. Sostienen que “no es el caso por el momento y el modelo de debate”, que muy poca gente seguirá en su totalidad y que resolverán en realidad los cortes que emitan la televisión y las radios. Ven a Feijóo “consolidado” al frente del PP, tras la etapa convulsa de Pablo Casado y sin tensiones internas, y, sobre todo, con mucha distancia demoscópica con el PSOE, con un mínimo de cinco puntos y 35 escaños de distancia. “Antes de empezar ya hemos contabilizado tres victorias: la rectificación al aceptar el propio debate en el Senado, lo que demuestra el nerviosismo zizagueante de Sánchez; la limitación del marco de discusión a la energía y no a campo abierto; y la copia de al menos tres de nuestras propuestas, lo que ratifica que Feijóo es un líder sólido que sí tiene alternativas y no sudores fríos, como decían algunos ministros”, concluyen en la cúpula del PP.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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