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Sánchez busca explotar las contradicciones de Feijóo en el cara a cara del Senado

La Moncloa decidió forzar el cara a cara dentro de su estrategia de contraofensiva. El PP está convencido de que esto muestra la debilidad del Gobierno

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, en el Senado, el pasado 7 de junio.
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, en el Senado, el pasado 7 de junio.Álvaro García

La lógica política marcaba que Alberto Núñez Feijóo tiene un punto débil evidente como líder de la oposición por no estar en el Congreso, el centro de la vida política española. Es un gran hándicap, que ya sufrió Pedro Sánchez en la oposición durante un tiempo y antes el líder del PP Antonio Hernández Mancha, que duró muy poco. Y esa lógica hacía pensar que Sánchez podría aprovechar esa debilidad para ningunear a Feijóo y ofrecerle el mínimo de cruces posibles, uno al mes en la sesión de control del Senado. Sin embargo, La Moncloa ha decidido la estrategia contraria: nada más empezar la temporada, concederá a Feijóo un cara a cara largo —el líder del PP tendrá una primera intervención de 15 minutos y una réplica de cinco, como los demás portavoces— en un debate especial sobre energía, pero que se podrá abrir a toda la agenda de política nacional. ¿Por qué?

La decisión se tomó en un círculo muy pequeño, y en el entorno de Sánchez lo tienen muy claro: están convencidos de que Feijóo es un candidato mucho peor de lo que parecía en un principio, con claros puntos débiles y un escaso conocimiento aún de los asuntos centrales de la agenda política nacional. Así que Sánchez, según miembros de su equipo más cercano, ha decidido ir directo al cara a cara arriesgando a que Feijóo aproveche la oportunidad porque el presidente está seguro de que ganará el debate y, sobre todo, cree que podrá demostrar las flaquezas del candidato y de su equipo —algunos fallos en los últimos meses hacen pensar a La Moncloa que aún no lo tiene rodado— y contrastar a un jefe del Gobierno que ha sido de los que ha llevado la iniciativa en la Unión Europea en la política energética —lleva más un año pidiendo una reforma del mercado eléctrico y ahora la Comisión Europea le da la razón— y ha logrado la excepción ibérica frente a un Feijóo que aún no ha detallado su modelo alternativo. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, resumía la sensación que se vive en La Moncloa: “Ayer fue un muy mal día en la sede del PP, qué sudores fríos tuvo Feijóo cuando supo que el martes tiene que debatir con el presidente del Gobierno en el Senado. En el Senado se confrontarán las medidas y propuestas del Gobierno español que marcan el paso en Europa para ahorrar energía, frente a la nada más absoluta que es el proyecto del PP”, clamó.

En La Moncloa están convencidos de que este giro ha pillado a contrapié al líder de la oposición, y eso se verá en el debate del martes. “Ahora Feijóo ya sabe que no le vamos a regalar nada. Esto es la política nacional. Aquí no basta con esperar y no hacer nada. Hay que plantear una alternativa real”, señala un ministro. Será un cruce decisivo, tal vez el más importante entre los dos, porque el resto serán sesiones de control una vez al mes sobre algún asunto específico. Sánchez es consciente de que se juega mucho, y ha decidido asumir este riesgo al que no estaba obligado, pero cree que Feijóo se juega aún más. Desde el fiasco de las elecciones andaluzas, que desató todas las alarmas en La Moncloa y en la sede del PSOE, Sánchez y su entorno han puesto en marcha una estrategia de contraofensiva en la que se encuadra este debate con la intención clara de frenar el llamado efecto Feijóo, intentar darle la vuelta a las encuestas y contrastar posiciones con el PP. En La Moncloa creen que la mejor manera de salir del desgaste que muestran las encuestas y, sobre todo, de la desmovilización de la izquierda, es ir directos al contenido, hablar de la gestión, contrastar ideas con el PP y lograr que se hable de lo que hace el Gobierno y no de sus aliados, los líos internos de la coalición o el cliché del Falcon, que es lo que realmente perjudica al Ejecutivo.

El PP considera, en cambio, que Sánchez revela debilidad bajando a la arena a debatir con Feijóo en el Senado. “Ningún equipo remata un córner con el portero cuando va ganando”, ejemplifican en el equipo del líder popular. Además, en Génova opinan que las altas expectativas que el Gobierno traslada sobre que Sánchez se comerá a Feijóo en el debate pueden pasarle factura si no se impone contundentemente al jefe de la oposición. “Sánchez elige el lugar, los tiempos y la temática del debate con un recién llegado. Más le vale hacerlo bien”, ironizan.

Críticas de Feijóo a la excepción ibérica

Feijóo cuestionará en el debate todas las propuestas del Gobierno español para tratar de atajar la escalada de precios de la energía, incluida la excepción ibérica que Sánchez logró personalmente en el Consejo Europeo y que Bruselas estudia ahora ampliar al resto de países miembros de la UE. El líder del PP ya ha empezado a criticar la excepción por el efecto colateral que provoca con la venta de energía a Francia, aunque los números indican que siguen siendo muy beneficiosa para España. “No tiene ningún sentido subvencionar con 400 millones de euros a los consumidores franceses con esa excepción ibérica, que si fuese para el conjunto de Europa sería razonable, pero que para nuestro país exclusivamente, produce una subvención a los franceses y que pagan los españoles con su factura y que llevamos ya pagados 400 millones en total”, dijo este miércoles Feijóo en un acto del PP andaluz en Málaga.

La experta en Transición energética Cristina Monge defiende, en contraposición, que “el hecho de que Francia se beneficie no implica que España salga perjudicada, al revés, es un win- win (ganar-ganar)”. “En la negociación, que se hizo con el objeto de no pervertir las reglas del mercado, Europa obligó a un acuerdo con un sistema con el que salimos ganando ambos, nosotros, porque vendemos más energía al poder venderla más barata, y los franceses también, porque pese a la compensación obligada, les sale a mejor precio”, explica.

Pero en el PP insisten en cuestionar la excepción ibérica porque “ni era la solución ni era tan buena”, defiende Juan Bravo, responsable de Economía del PP, en conversación con EL PAÍS. “No estamos de acuerdo porque produce distorsiones. Hay que hacer más cosas. Nosotros estamos a favor de una reforma del sistema de fijación de precios de la energía, sin intervenir en el mercado, pensamos que hay que bajar impuestos, como la rebaja al 5% del IVA del gas, y no cerrarnos a ninguna fuente de energía”. En el único planteamiento en que el PP coincide con el Gobierno es en el de la interconexión gasística entre España y Francia por los Pirineos, el llamado MidCat. “Estamos de acuerdo, esa infraestructura nos podría permitir una mayor conectividad. Nosotros ya lo habíamos dicho”, afirma Bravo.

El fiscalista es el encargado de coordinar la propuesta de política energética que Feijóo defenderá en el debate del martes, un documento en el que está colaborando todo el partido, los Gobiernos autonómicos del PP y el sector privado. También exministros populares están asesorando al líder popular en esta materia, en la que fuentes de la dirección anticipan que el PP no va a defender nada “llamativo ni grandilocuente”, ni tiene “varitas mágicas”. Los dos cuarteles generales se preparan, pues, para un debate decisivo que es una prueba de fuego, sobre todo para el aspirante, al que los españoles aún prácticamente no han visto cruzarse con Sánchez, salvo un breve arranque en junio en el Senado, del que finalmente solo quedó la confusión del líder gallego entre la prima de riesgo y los tipos de interés.

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