Scholz invita a Sánchez a una reunión de estrategia del Gobierno alemán
El presidente español participará el próximo martes en una cita del Ejecutivo alemán en el palacio de Meseberg con la crisis energética como trasfondo
Confrontación con el PP en casa y perfil alto internacional. Mientras arrecia la batalla política con Alberto Núñez Feijóo por el decreto de medidas de ahorro energético y la renovación del Poder Judicial, el arranque del curso político de Pedro Sánchez tiene un marcado componente internacional. Tras el Consejo de Ministros del martes, el presidente estrenó el curso político con un viaje a Colombia, Ecuador y Honduras que comenzó este miércoles en Bogotá, donde acude para respaldar al Gobierno progresista de Gustavo Petro, que acaba de tomar posesión. El siguiente capítulo tendrá también un claro simbolismo. El martes de la próxima semana, Sánchez ha sido invitado por el canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, a una reunión de estrategia en la que ha convocado a todo su Gobierno en el palacio de Meseberg, a unos 70 kilómetros de Berlín, emplazamiento habitual del Ejecutivo alemán para la organización de cumbres internacionales.
No se trata de una cumbre bilateral al uso, ya que esta se realizará en octubre en Madrid, sino de una invitación especial a la que Scholz le da mucho simbolismo. La anterior participación de un líder europeo en una reunión del Gobierno alemán en Meseberg fue en mayo, cuando acudieron las primeras ministras de Suecia y Finlandia, como gesto claro de Alemania a dos países que han decidido solicitar el ingreso en la OTAN ante la amenaza rusa. El canciller compareció después con ellas en el palacio. Meseberg era el lugar habitual de las cumbres del eje francoalemán entre Angela Merkel y Emmanuel Macron.
También para España esa invitación de Scholz cobra una especial relevancia en un momento muy delicado para toda Europa y sobre todo para Alemania, el país más dependiente del gas ruso y que teme unas consecuencias económicas más graves este otoño e invierno ante un eventual cierre del grifo del gas por parte de Vladímir Putin. Es una clara muestra de confianza en Sánchez y su papel en la UE, señalan las fuentes consultadas, en un contexto en el que ambos países, junto con Francia, han impulsado buena parte de la agenda europea en materia económica y de seguridad.
Sánchez no ha abandonado en ningún momento su agenda internacional a pesar de que España entra en un periodo electoral, pero ahora la refuerza pensando no solo en que la única salida a la crisis energética pasa por grandes acuerdos internacionales, sino también en la presidencia española de la UE del segundo trimestre de 2023. De hecho, el viaje a Colombia, Ecuador y Bogotá tiene también la intención de convencer a estos presidentes para que acudan a la cumbre UE-CELAC que Sánchez ha decidido organizar en España durante la presidencia de la UE y que no se reúne desde 2015. El objetivo del Ejecutivo es impulsar los acuerdos comerciales de la UE con la región, varados desde hace años.
Desde el primer momento, Sánchez y Scholz han mantenido una relación estrecha como los dos presidentes más importantes de la socialdemocracia europea. Sánchez vio la llegada de Scholz como un símbolo de un cambio de ciclo en la UE, después de años en los que él era, con el portugués António Costa, uno de los poquísimos líderes socialdemócratas en un Consejo Europeo dominado por conservadores y liberales.
La cuestión energética no es la única que se tratará en esta reunión en Meseberg, pero sí será una de las más importantes. El Gobierno alemán también está interesado en la estrategia de seguridad nacional española, por ejemplo, además de otras cuestiones. La política fiscal europea, con Alemania preparada para un enorme gasto público para hacer frente a la crisis, será otro de los asuntos encima de la mesa. La sintonía entre ambos gobiernos es notable después del anuncio de Berlín, partidario de suavizar las reglas fiscales en uno de los debates más esperados del próximo curso político.
Alemania estaba hace unos meses más dura en la idea de que había que mantener el Pacto de Estabilidad y contener el gasto y la deuda en países que tienen menos margen. Así lo dijo Scholz en Madrid en enero. Pero eso era antes de la guerra. El conflicto se ha llevado por delante esas ideas y ahora ambos primeros ministros están convencidos de que la única solución al desafío de Putin pasa por más flexibilidad fiscal en un contexto de seria amenaza de recesión en Alemania, la locomotora europea, que podría derivar en una crisis continental y que afectará a España por los lazos comerciales e industriales entre ambas economías.
Un gasoducto “decisivo” para Alemania
La crisis energética y el complicado otoño e invierno que se avecina en la UE es el asunto central en todos los debates en Alemania y en España. El Gobierno de Scholz está especialmente interesado en promover un gasoducto desde España, al que Francia se opone, para buscar alternativas al gas ruso y aprovechar la gran capacidad regasificadora que hay en España.
Scholz ha defendido que la construcción de un gasoducto que uniría España y Portugal con Europa central sería “decisivo” para Alemania y otros países. En La Moncloa ven con buenos ojos este apoyo, siempre que el gasoducto sea financiado por la UE, tenga el apoyo de Francia —la parte más difícil, porque el rechazo es claro de momento— y además se haga también con la tecnología para que pueda trasladar hidrógeno y no solo gas, una energía que debería quedar obsoleta en unos años. En marzo, Sánchez planteó al presidente francés, Emmanuel Macron, y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la recuperación del proyecto MidCat, a través del Pirineo catalán, que duplicaría la capacidad de exportación de gas a Europa. Si Francia rechaza ese proyecto, el Ejecutivo español optará por la conexión con Italia, apuntó Sánchez en Colombia.
El asunto energético será también el eje central de la cumbre hispano-alemana que se celebrará en octubre en Madrid después de siete años de parón. Scholz, que ya visitó La Moncloa en enero y acudió en junio a la cumbre de la OTAN en Madrid, invita ahora a Sánchez a Alemania y en octubre regresará a la capital española con buena parte de su Gobierno tricolor (socialdemócratas, liberales y verdes) para copresidir con Sánchez una cumbre que no se repetía desde que su antecesora, Angela Merkel, recibió a Mariano Rajoy en Berlín, en agosto de 2015.
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