Bruselas acusa a Argelia de violar el acuerdo de asociación con la UE
El país norteafricano deplora “la precipitación” del anuncio de la Comisión Europea, pero niega que se interrumpan las transacciones. El ministro Albares acusa a Núñez Feijóo de ser desleal con España y con la Unión
La Comisión Europea ha lanzado este viernes una advertencia dura a Argelia ante su decisión de congelar el acuerdo de amistad y cooperación con España. El Ejecutivo comunitario señala que el bloqueo de la relación comercial con España “viola” con toda probabilidad el acuerdo de asociación entre la UE y el país magrebí, lo que podría llevar a represalias comerciales y económicas por parte europea. A Bruselas, la situación generada con el paso dado por Argel le produce “máxima preocupación”, según el comunicado que ha publicado la Comisión Europea al acabar la reunión que su vicepresidente, Valdis Dombrovskis, ha mantenido con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. “La medida de Argelia viola el acuerdo con la UE”, ha insistido el político español a la salida del encuentro, usando términos parecidos a los de la Comisión.
Tres horas después, la posición de la UE y España ha encontrado la respuesta de la representación argelina ante las instituciones europeas, a las que ha acusado de “precipitación”, concretamente a la Comisión, por reaccionar “sin consulta ni verificación previa con el Gobierno argelino, a la suspensión por parte de Argelia de un tratado político bilateral con un socio europeo, en este caso España, sin asegurarse de que esta medida no afecta directa o indirectamente a sus compromisos en el marco del Acuerdo de Asociación Argelia-UE”. En el comunicado, el país magrebí garantiza el suministro de gas y rechaza que haya habido interrupción de las transacciones con España. “En lo que respecta a los suministros de gas a España, Argelia ya ha hecho saber a través de la voz más autorizada, la del presidente de la República, que seguirá cumpliendo todos sus compromisos en este contexto, siendo las empresas comerciales afectadas las responsables de cumplir todos sus compromisos contractuales”, ha continuado. Fuentes diplomáticas españolas consideran que esta declaración es una marcha atrás en la congelación del comercio exterior con España, pero se muestran cautas hasta ver cómo se traduce en la práctica, informa Miguel González.
A diferencia del comunicado comunitario de la mañana de este viernes, el argelino no hacía mención a una posible salida del conflicto a través del diálogo. Algo en lo que también ha insistido Albares al pedir “que se vuelva lo antes posible a la relación de amistad con Argelia”. “España desea tener una relación igual con todos sus vecinos”, ha continuado, en clara referencia a Marruecos, país con el que ha mejorado la situación tras el reconocimiento de su propuesta para la salida del conflicto del Sáhara Occidental. Ese paso es el que ha provocado la reacción argelina, que siempre ha apoyado la posición del Frente Polisario en el Sáhara y está enfrentado a Marruecos. De ahí que Albares apostille al final de la frase que la relación debe estar “basada en el respeto mutuo” y en las decisiones soberanas que toma cada país. “Somos pueblos amigos”.
No ha dicho lo mismo del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, que el jueves llegó a pedir al Ejecutivo argelino que “distinga entre el Gobierno de España y el pueblo español” y reclamó que compareciera el presidente Pedro Sánchez. “Hay momentos en que somos Gobierno y oposición, pero hay momentos en que tenemos que ser España, y este es un momento en el que tenemos que ser España. Todo lo que no sea eso me parece una enorme deslealtad y una enorme irresponsabilidad en estos momentos tan complejos para España y para la Unión Europea”, analizó, contraponiendo sus palabras a lo hecho por el PP. Algo que dejó claro a continuación: “¿Cómo es posible que yo venga aquí, a Bruselas, para analizar una decisión unilateral de Argelia, un Gobierno tercero, y que la Comisión Europea, las instituciones europeas, la Unión Europea, tengan un análisis exactamente igual al que tiene el Gobierno de España y la oposición parezca tener otro análisis?”.
Además de la Comisión, el alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha emitido la misma nota conjunta: “Estamos evaluando las implicaciones de las acciones de Argelia, incluida la instrucción dada a las instituciones financieras para parar las transacciones entre los dos países”. Y el comunicado que “a primera vista [esas medidas], parecen ser una violación del acuerdo de asociación, en particular en el área de comercio e inversión. Esto llevaría a un tratamiento discriminatorio de un Estado miembro de la UE y afecta negativamente al ejercicio de los derechos de la unión en base en el acuerdo”.
El Gobierno de Pedro Sánchez está convencido de que el bloqueo de Argelia al comercio con España puede violar el acuerdo de asociación de la UE con el país magrebí que se firmó en Valencia en 2002 y está vigente desde 2005. Su artículo 38 obliga a ambas partes a “autorizar, en monedas de libre convertibilidad, todos los pagos corrientes relativos a transacciones corrientes”, un precepto que podría haber sido violado por la orden de la Asociación de Bancos y Entidades Financieras (ABEF) de Argelia de congelar las domiciliaciones bancarias para cualquier operación de comercio exterior con España.
Esa decisión supone de facto el bloqueo del comercio de Argelia con España mientras Argel lo mantiene intacto con los otros 26 socios de la UE. Una discriminación que también podría violar el acuerdo de asociación, que en su artículo 102 señala expresamente: “Las medidas que aplique Argelia respecto a la Comunidad no deberán lugar a ninguna discriminación entre los Estados miembros, sus nacionales o sociedades”.
En caso de incumplimiento del acuerdo, la UE puede adoptar medidas de represalia, que podrían golpear a Argelia. O, incluso, podría llegar a denunciar el acuerdo, en cuyo caso dejaría de tener efecto en un plazo de seis meses, una perspectiva que Bruselas no desea, pero que, llegado el caso, tendría graves consecuencias económicas para el país norteafricano.
Fuentes comunitarias señalan que España no puede resolver por sí misma la disputa, que debe abordarse a nivel europeo. El acuerdo prevé que el conflicto debe resolverse en el Consejo de Asociación entre la UE y Argelia. Y si ese consejo no lo consigue, se establecería un arbitraje con un panel compuesto por tres árbitros, uno por cada parte más un tercero nombrado de común acuerdo por el citado organismo de arbitraje.
Ese acuerdo potenció las relaciones comerciales entre ambas partes con un desarme arancelario generalizado. El comercio bilateral aumentó un 136% entre 2002 y 2014, según datos de la Comisión Europea. Y la UE es el mayor socio comercial de Argelia, que destina al mercado comunitario casi el 47% de sus exportaciones. Argelia, en cambio, solo representa el 0,7% de las exportaciones de bienes europeos.
El 93,5% de las importaciones europeas de Argelia son hidrocarburos, por un valor en 2020 de 10.700 millones de euros. Las exportaciones europeas se concentran en maquinaria, productos agrícolas y químicos, por un total 13.500 millones de euros. Además, la inversión europea en Argelia ascendía a finales de 2019 a 14.500 millones de euros, según la Comisión.
Borrell también ha dejado claro que Argelia es un socio comercial importante en el Mediterráneo y un actor clave para la estabilidad regional. La declaración ha sido difundida por Bruselas al término de una reunión de Dombrovskis con Albares, que viajó este mismo viernes a la capital europea para evaluar la situación, tras cancelar su asistencia a la Cumbre de las Américas que se celebra en EE UU.
[Si no puede leer el comunicado y quiere descargarlo, pinche aquí].
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