Ciudadanos se resigna a la caída en Andalucía y se encomienda a “mantenerse” en las instituciones hasta 2023
El partido ultima el plan de rearme que aplicará tras los comicios autonómicos del 19 de junio
Ciudadanos se ha fijado una meta: conseguir en las elecciones generales de 2023 el mismo resultado que en los comicios de noviembre de 2019, cuando el partido experimentó una de las mayores debacles electorales, al caer de 57 a 10 diputados en apenas unos meses, tras la repetición electoral. Hoy, el partido que lidera Inés Arrimadas encadena derrotas en las urnas, abandono de cargos y un cúmulo de sondeos por los suelos. La dirección de Cs, consciente de la complicadísima situación que atraviesa la formación, ha asumido la siguiente caída en la cita andaluza del 19 de junio y se encomienda a “mantenerse” en las instituciones para resistir, al menos, hasta las elecciones generales del año que viene. En el último CIS, publicado el pasado jueves, el partido desciende hasta el 1,8% en intención de voto en unos hipotéticos comicios al Congreso de los Diputados y confirma su tendencia a la baja.
“Tenemos que sacudirnos la etiqueta del muerto, aguantar el chaparrón y que no nos quiten de enmedio”, afirma un dirigente de Ciudadanos, quien también admite que los datos del partido apuntan a, como mucho, tres o cuatro escaños en las elecciones andaluzas, pero que la meta ahora es no desaparecer de las instituciones y “mantener el espacio liberal”, como así ocurrió en los pasados comicios de Castilla y León, en los que solo lograron el escaño de Francisco Igea. En un principio, Cs aspiraba a grupo propio —que en el Parlamento castellanoleonés es de cinco procuradores—, pero en privado reconocen que sabían desde mucho antes que ese objetivo no era factible. Un objetivo que ahora también persiguen en Andalucía, donde también se exige un mínimo de cinco diputados, que, de momento, descartan las encuestas.
Plan de rearme
El pasado 24 de abril, Ciudadanos celebró un encuentro extraordinario de su Comité Ejecutivo en la que se sentaron las bases de un “Plan de Actuación” para iniciar el rearme ante las elecciones generales del año que viene. Y el pasado viernes se reunió el equipo de trabajo que materializará las medidas. El grupo está coordinado por el jefe de gabinete de la presidenta de Cs, David Martínez, y el nuevo jefe de prensa de la líder, Jorge Sainz. Integrado por una veintena de técnicos, su meta es “resistir al ciclo electoral de 2023 en unas condiciones muy malas y superar los hándicaps de las dinámicas negativas”. El objetivo marcado es llegar al 6 o 7% de voto en los futuros comicios al Congreso, similar a los resultados de noviembre de 2019, cuando el partido se quedó en 10 diputados y el 6,89%, en la que fue una de las mayores debacles de la democracia tras alcanzar el 15,86% en las elecciones de abril del mismo año.
El equipo de trabajo colabora estrechamente con sus socios liberales europeos para trazar su hoja de ruta. El plan empezará a aplicarse tras las elecciones andaluzas a nivel interno y, después del verano, en el plano externo. Entre las medidas, una nueva estrategia de comunicación, un “proceso de escucha” con los actores sociales, la reagrupación de los miembros de la formación o “acercar el proyecto a calle”. “No pretendemos llegar a tanto como los alemanes [que, tras un período de derrotas electorales ahora forman parte del Gobierno de coalición de Scholz], pero sí intentar grupo propio en el Congreso”, apostilla un miembro del equipo.
Reforma de la Constitución
Desde la formación se arrogan el calificativo de “necesarios” al “pactar a derechas y a izquierdas” para sacar adelante proyectos como la reforma laboral o la reciente ley del “sí es sí” y de ser el “único” partido que defiende la unidad de España —ante el planteamiento territorial de Feijóo—, y el Estado de las autonomías, —frente a Vox, que quiere derogarlas—. Pese a autodenominarse “constitucionalistas”, Ciudadanos ha registrado este lunes en el Congreso una propuesta para reformar el artículo 2 de la Constitución y eliminar la referencia a “nacionalidades y regiones”, a la vez que se “reconozca en pie de igualdad” a las 17 comunidades autónomas. Una iniciativa que ha anunciado Arrimadas, este lunes, junto al candidato andaluz, Juan Marín, en Sevilla, en un acto de precampaña.
En Andalucía, la resignación ya es un hecho. Los diputados por los que pelea la candidatura encabezada por Marín son los tres de Sevilla, Cádiz y Málaga, para los que necesitan en torno al 4,5% de las papeletas. Granada y Córdoba están en el horizonte, pero se vislumbran harto imposibles. La dirección considera que la caída no es tan dramática porque “hay que hacer la comparación” con los datos de las generales de noviembre de 2019, cuyo porcentaje de voto de Cs en Andalucía fue del 8,20%, y no con los números de los comicios autonómicos de 2019, cuando Ciudadanos consiguió 21 escaños y el 18,27%. “Esos resultados no fueron normales, no podemos compararnos con eso”, añade otro alto cargo. Varios dirigentes insisten en que el espacio liberal es limitado y que hay que olvidar los datos de abril de 2019, cuando Albert Rivera lideraba la formación.
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