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La crisis diluye el debate interno en el PSOE sobre el Sáhara

Los problemas por la guerra de Ucrania y el transporte evitan una discusión intensa en una de las grandes banderas de la izquierda

Crisis Sahara PSOE
Pedro Sánchez, en su última visita a Ceuta.FERNANDO CALVO (AFP)

La cascada de problemas económicos y sociales —precios de la energía desbocados, encarecimiento de productos de primera necesidad, paro de transportistas…— que afronta España, agravados por la invasión rusa de Ucrania, han diluido el debate interno en el PSOE sobre el histórico giro promarroquí del Gobierno sobre el Sáhara Occidental. La impresión generalizada en el partido es que, en otro contexto menos turbulento, el giro repentino en una de las grandes banderas de la izquierda habría provocado una discusión intensa.

Las formas no han gustado en el PSOE. Tanto líderes territoriales como diputados, alcaldes, presidentes de agrupación y militantes de base creen que en los primeros compases no se dieron las explicaciones necesarias en un asunto tan sensible y con un fuerte arraigo sentimental en el partido. La manera como se conoció la nueva postura respecto al Sáhara, el viernes 18 por la tarde a través de un comunicado de la Casa Real marroquí, sorprendió en todos los niveles del PSOE. Pero no ha abierto una brecha entre la dirección y los 187.000 militantes.

El respaldo de los expresidentes del Gobierno socialistas a la estrategia de Pedro Sánchez, que ha definido la propuesta de autonomía de Marruecos para la excolonia española como la “más seria, realista y creíble” para resolver el conflicto, ha contribuido a apaciguar los ánimos. “Es racional pensar que la autonomía sea algo mejor para los saharauis”, defendió José Luis Rodríguez Zapatero en una entrevista en EL PAÍS, en la que insistió en que él ya defendió en su mandato la misma posición. A la espera de la comparecencia de Sánchez el miércoles en el Congreso para explicar la cumbre del Consejo Europeo y la cuestión del Sáhara, Felipe González considera que la propuesta de Rabat es “la única que ofrece una salida negociada” al conflicto “dentro del marco de Naciones Unidas”. El aval de la UE y la acogida a la visita de Sánchez a Ceuta y Melilla también han tenido su efecto calmante.

La dirección del PSOE y de las federaciones consultadas resaltan que no se han producido bajas de afiliados ni ha habido un aluvión de protestas. Ni siquiera en Baleares, la comunidad donde más contestación ha habido. Su presidenta, Francina Armengol, es la única líder territorial que se ha desmarcado en público del giro con el Sáhara. “Soy consciente de que vivimos tiempos complicados, pero ahora, más que nunca, es importante respetar y defender uno de los valores más universales: los derechos humanos. El pueblo saharaui se merece vivir en paz y libertad”, dijo. La corriente de Izquierda Socialista, que expresó su “desacuerdo” con el cambio de posición, no tiene peso en el partido.

Responsables de organización de diferentes autonomías acotan el malestar expresado por militantes en chats de WhatsApp de agrupaciones y otros espacios a afiliados veteranos que han defendido la causa del pueblo saharahui desde la Transición, así como a integrantes de las Juventudes Socialistas, donde el Sáhara tiene un fuerte componente simbólico. Las Juventudes no se han pronunciado, a la espera de un análisis “sosegado y calmado” y de más información, según fuentes de su dirección.

“Lo he vivido como una catástrofe personal, como algo que se te rompe en el interior”, confiesa emocionado Cipriano González (70 años), exalcalde de Béjar (Salamanca) y afiliado al partido desde hace más de cuarenta años. Se involucró en la causa saharaui en los años 90 y desde entonces no se ha apartado de ella. “Soy un militante y tengo que aceptar estas decisiones, pero también tengo derecho a decir que no me parecen razonables, ni oportunas, ni coherentes con lo que somos y con lo que hemos sido”, continúa. Lo que más lamenta es la falta de explicaciones y de acuerdos: “Soy consciente de que llevamos 45 años así y hay que buscar nuevas salidas, pero no unilaterales, solos y al margen de los demás”.

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Las formas también son lo que más ha molestado a Nicolás Larramendi, militante de 26 años de la agrupación de Vallecas (Madrid). “Mi primera reacción fue de sorpresa. La situación geopolítica es complicada y las relaciones con Marruecos son importantes, pero no podemos abandonar el principio de libre determinación, que es un compromiso histórico”, observa. Aunque confía en las razones que han movido al Ejecutivo, considera que Sánchez debería haber contado con sus socios de Gobierno y con la oposición, y que tendrá que dar explicaciones a la militancia y la ciudadanía. Sobre si esto supone realmente un cambio de posición o continúa las líneas fijadas previamente, es firme: “Quien niegue que hay un cambio de postura está fuera de la realidad”.

Alcaldes socialistas dan por sentado que en los próximos plenos habrá mucha tensión con IU y Podemos, que presentarán mociones a favor de la autodeterminación saharahui. El PSOE contempla presentar mociones en las que abogará por una solución “aceptable por ambas partes enmarcada en las resoluciones de las Naciones Unidas” y reiterando el compromiso para reforzar la cooperación humanitaria.

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