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Bruselas respalda el giro de España en el Sáhara

“La diplomacia requiere de discreción”, responde Albares al ser interrogado sobre si avisó a Argelia antes de comunicar la decisión a Marruecos

Guillermo Abril
Manifestación de refugiados saharauis en el campo de Rabuni, el más importante de la región argelina de Tinduf, en febrero de 2020.
Manifestación de refugiados saharauis en el campo de Rabuni, el más importante de la región argelina de Tinduf, en febrero de 2020.Malainin Mistafa (EFE)

Bruselas respalda el giro repentino y sin precedentes de España con respecto al Sáhara Occidental. “La Unión Europea saluda todos los desarrollos positivos de las relaciones bilaterales entre los Estados miembros y Marruecos”, ha asegurado este lunes la Comisión Europea a través de Nabila Massrali, portavoz de Exteriores del Ejecutivo comunitario. Bruselas estima que la nueva postura del Gobierno español, que mejora la relación entre Madrid y Rabat, “solo puede ser beneficiosa para la implementación del partenariado Euro-marroquí en su conjunto”, ha añadido la portavoz en respuesta a las preguntas de la prensa.

Bruselas, en cualquier caso, ha reafirmado su apoyo “a los esfuerzos del secretario general de Naciones Unidas para llegar a una solución política justa, realista, pragmática, duradera y mutuamente aceptable” sobre la antigua colonia española, tal y como se enuncia en la declaración conjunta de Marruecos y la Unión Europea, de junio de 2019.

Y ha reiterado, como también se expresa en el texto de esa declaración, que “toda solución ha de reposar en un compromiso de conformidad con las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”. La portavoz ha cerrado su intervención reclamando un “esfuerzo” en el mantenimiento de la “estabilidad en la región”.

“Siempre es un buen momento para alcanzar un acuerdo que garantiza la integridad la integridad territorial de España”, ha señalado también este lunes el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, de visita en Bruselas para mantener una reunión con sus homólogos de la UE. Al ser interrogado por una cuestión espinosa –si avisó con anterioridad a Argelia de la decisión– ha respondido: “Las comunicaciones entre España y Marruecos son comunicaciones bilaterales entre España y Marruecos exclusivamente”. Al ser repreguntado si eso era un sí o un no, ha zanjado: “Mire, la diplomacia requiere de discreción”.

Declaración conjunta

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La citada declaración conjunta de Marruecos y la Unión Europea, elaborada tras el decimocuarto Consejo de Asociación entre la UE y Marruecos, en el que se reimpulsaron las relaciones políticas entre ambas orillas del Mediterráneo, expresa cómo la UE acoge con “satisfacción los esfuerzos serios y creíbles dirigidos por Marruecos” para hallar una salida pactada a la situación del Sáhara Occidental y alienta “a todas las partes a que continúen su compromiso con un espíritu de realismo y compromiso”, siempre que los acuerdos se ajusten “a los objetivos y principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas”.

El Gobierno español abandonó la semana pasada su tradicional neutralidad en el conflicto del Sáhara, al tomar partido por Rabat y considerar su propuesta de autonomía “como la base más seria, realista y creíble para la resolución del contencioso” en la excolonia española.

En los últimos meses, Bruselas ha ido tejiendo un acercamiento con Rabat. En febrero de este año, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, visitó Marruecos por primera vez desde que tomó posesión del cargo en 2019 y celebró los lazos con “el primer socio de la Unión Europea en el continente africano en materia económica y comercial”, según dijo en un discurso. “Me gustaría reafirmar nuestro compromiso de seguir profundizando en esas relaciones, como vecinos, socios y amigos”, añadió. Desde allí anunció un paquete de inversiones de 1.600 millones de euros hasta 2027.

A principios de marzo, con el fin de proseguir con el acercamiento entre las dos orillas, viajó a Rabat Oliviér Várhelyi, comisario europeo de Vecindad y Ampliación. “Gran parte de las discusiones fueron precisamente sobre cooperación en materia de inversiones y sobre cómo mantener la cooperación en materia de inmigración”, señalan fuentes del Ejecutivo comunitario al tanto de aquel viaje. Várhelyi cerró en su periplo un acuerdo de tres millones de euros para facilitar el acceso de los jóvenes a la formación y al empleo en África, “para que puedan trabajar en su propio país”, según señaló en un discurso pronunciado en Rabat. Y detalló la intención de movilizar hasta 8.400 millones de euros de inversiones de socios internacionales en los próximos siete años. Sobre la inmigración, el comisario añadió: “Estamos muy agradecidos por el duro, pero persistente trabajo de Marruecos, que debe continuar, y estamos dispuestos a contribuir por nuestra parte a facilitar esta labor de Marruecos”.

El giro de España y la lectura positiva del acercamiento entre Rabat y Madrid que ahora hace Bruselas llega después del paso dado por Alemania. En diciembre de 2021, el recién creado Gobierno tripartito alemán afirmó, de forma discreta y a través del sitio web del Ministerio de Exteriores, que el plan de autonomía de Marruecos constituye “una importante contribución” para resolver el contencioso del Sáhara. A principios de enero, el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, envió un mensaje al rey de Marruecos, Mohamed VI, en el que afirmó que la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental supone un “esfuerzo serio y creíble” para llegar a un acuerdo. La decisión de Berlín posibilitó el regreso de la embajadora de Marruecos en la capital alemana, Zohour Alaoui, que había sido llamada a consultas en mayo de 2021. El cambio de rumbo de Berlín llegó un año después de que Estados Unidos decretara en diciembre de 2020 el reconocimiento de la soberanía marroquí del Sáhara.

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Sobre la firma

Guillermo Abril
Es corresponsal en Pekín. Previamente ha estado destinado en Bruselas, donde ha seguido la actualidad europea, y ha escrito durante más de una década reportajes de gran formato en ‘El País Semanal’, lo que le ha llevado a viajar por numerosos países y zonas de conflicto, como Siria y Libia. Es autor, entre otros, del ensayo ‘Los irrelevantes’.

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