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Pons marca distancias con la “extrema derecha” de Vox pero Abascal ve posibles más acuerdos

Feijóo cree compatible dar libertad a Mañueco para gobernar con la ultraderecha en Castilla y León y llegar a pactos y “entendimientos” con el PSOE

Javier Casqueiro
PP Vox
El presidente de Vox, Santiago Abascal, y su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, este miércoles en el Congreso.Eduardo Parra - Europa Press (Europa Press)

En los 32 minutos que duró su primer discurso como candidato a presidir el PP nacional y por tanto el Gobierno de España el gallego Alberto Núñez Feijóo no mencionó este miércoles las siglas de Vox, ni la palabra ultraderecha, ni por supuesto se acordó de Santiago Abascal. Guardó las formas y dio por hecho que todo el PP lo apoyará masivamente en el Congreso extraordinario del 1 y 2 de abril en Sevilla. Luego construyó una arenga ya de precampaña, pero en su estilo, nada enardecido.

Las dos voces por ahora de su nuevo PP, el veterano eurodiputado Esteban González Pons y la portavoz en el Congreso y coordinadora nacional, Cuca Gamarra, marcaron en la primera jornada de la nueva etapa distancias enormes con Vox. Pons les llamó sin tapujos “extrema derecha”, una calificación que tanto evitaban los anteriores líderes y que rechaza la madrileña Isabel Díaz Ayuso. Gamarra fue más diplomática: “El PP es otro partido, no es Vox y ya está”.

El líder gallego defiende que es posible otorgar al presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, libertad para negociar en la comunidad con Vox para mantenerse en el gobierno autonómico, aunque sea a consta de ceder algunos cargos institucionales, y al tiempo promover “entendimientos” y acuerdos de Estado con el PSOE y el Gobierno de Pedro Sánchez, al que prometió no insultar.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, replicó a todas esas alusiones desde el Congreso. Primero advirtiendo a Pons y a los que les tachan de ultraderecha que cada vez que les pretenden arrinconar de esa manera les regalan un aluvión de votos y se refirió al 21% que les otorgan ahora algunas encuestas. Y luego precisó que espera que ahora se abra una “nueva etapa” con la llegada de Feijóo tras corroborar que con el PP de Pablo Casado estaban todos los puentes rotos hace tiempo.

Abascal obvió los enfrentamientos y ataques que él y otros portavoces de Vox, como Iván Espinosa de los Monteros, solían propinar a Feijóo hasta ahora al equipararle con un político nacionalista y demasiado galleguista y progresista. Y se mostró dispuesto a hablar con el presidente gallego, si le convoca. Abascal intuye un giro ya en la relación y las negociaciones en marcha en Castilla y León al apuntar que el popular Mañueco y su equipo ya hablan de “acuerdos programáticos” y posibles puestos como la presidencia del Parlamento regional. Le parece que van en la buena dirección.

El PP de Feijóo sigue mostrando mientras tanto sus distintas voces con respecto a Vox. El presidente del comité organizador del cónclave sevillano, Esteban González Pons, fue nítido en Telecinco: “Vox no es el PP ni representa la ideología en la que consiste el PP. Vox es un partido de extrema derecha. El PSOE tampoco es el PP. Nosotros tenemos que definir nuestras relaciones con quienes geográficamente están a nuestros costados. Pero el PP no se define por referencia a nadie. Somos un partido de centroderecha”.

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Pons recibió contestación desde la Comunidad de Madrid que preside Ayuso. El número dos y consejero de Presidencia, Enrique López, replicó: “Nosotros trabajamos con ellos y nos ha ido bien”. Una tesis que ha defendido Ayuso varias veces. En su exposición del martes ante la Junta Directiva Nacional del PP, frente a Feijóo y Casado, la presidenta madrileña quiso volver a insistir: “Somos la casa común del centroderecha, donde deben volver todas las corrientes. Negar que quien hoy vota a Vox o (en menor medida) a Ciudadanos, era nuestro votante, es estar completamente ciego y alejado de la realidad. Cosa distinta es defender desde las instituciones todo aquello que nos separa de estas dos formaciones, muy erráticas en numerosas ocasiones pero a las que nos une un objetivo común: el cambio de rumbo en España”.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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