La reforma laboral atrae ya más síes que noes pero sigue la incertidumbre
Unidas Podemos aconseja al PSOE que no rompa la mayoría de investidura para pactar con Ciudadanos ante el rechazo de ERC y PNV
El Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos dispone ya, a pocas horas de la votación de este jueves en el Congreso, de más votos afirmativos (174) que negativos (173) contrastados para convalidar su reforma laboral y dejar atrás la aprobada en minoría por un Ejecutivo del PP en 2012. Uno de los proyectos y promesas más emblemáticas de la legislatura saldría así, en estos momentos, gracias al apoyo parlamentario de Ciudadanos y un grupo heterogéneo de pequeños partidos que van desde Teruel Existe, las dos formaciones canarias, el Partido Regionalista de Cantabria a Más País, Compromís y hasta los catalanes del PDeCAT. La abstención de los conservadores de Unión del Pueblo Navarro podría resultar clave. Sin embargo, la negociación con ERC y PNV del bloque de investidura, que lleva directamente en esta fase final la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, no ha expirado y se mantiene viva.
Yolanda Díaz, en cualquier caso, no es la única que negocia aunque en la tarde de este martes, en el Senado, fue la que confirmó que ya había cerrado acuerdos con Más País, Compromís, el PRC, Nueva Canaria, Coalición Canaria y Teruel Existe. Los cuatro parlamentarios del PDeCAT harán pública este miércoles su postura, pero fuentes de ese sector admiten que no permitirán que una propuesta cerrada por la patronal y los sindicatos fracase pese a sus habituales buenas relaciones y conexiones con las razones del PNV. Todas esas fuerzas más Ciudadanos son las que suman 174 votos.
El sector socialista del Gobierno y el PSOE en el Congreso se han implicado al máximo para salvar ese compromiso del Ejecutivo de cambiar los aspectos más duros de la anterior reforma laboral, sobre todo en relación a mejorar la precariedad de millones de contratos temporales y endurecer los despidos de miles de trabajadores. Esos argumentos, además, son a los que están apelando in extremis socios del Gobierno como Unidas Podemos, pero también Más País, Verdes Equo y Compromís para intentar convencer a sus aliados habituales en el Parlamento, como son ERC y el PNV, de que actúen en este caso con “responsabilidad” más que pensando en intereses partidistas o electorales.
La vicepresidenta Díaz alertó este martes desde el Senado públicamente a PNV y ERC de que la nueva reforma, ya vigente desde el 30 de diciembre por decreto, ha permitido “efectos y datos muy positivos de contratación indefinida”, que se harán públicos precisamente este miércoles y que decaerían si la votación del jueves en el Congreso no prospera.
La reforma laboral es un avance que recupera derechos para los trabajadores, reducirá la temporalidad y fortalece la negociación colectiva. Vamos a apoyar ese avance pese a que no es la reforma laboral que habríamos hecho y tampoco la derogación que el propio Gobierno prometió.
— Íñigo Errejón (@ierrejon) February 1, 2022
El portavoz de Más País, Íñigo Errejón, que ha negociado directamente en estos días con Díaz, confirmó en su cuenta de Twitter el sentido afirmativo de su voto con algunos reparos: “La reforma laboral es un avance que recupera derechos para los trabajadores, reducirá la temporalidad y fortalece la negociación colectiva. Vamos a apoyar ese avance pese a que no es la reforma laboral que habríamos hecho y tampoco la derogación que el propio Gobierno prometió”. Errejón recuperó para justificar su posición uno de los temas que se ha empeñado en que entre en la agenda de asuntos importantes a abordar: “Hemos llegado a un acuerdo con el Ministerio de Trabajo que incorpora una línea de colaboración sobre salud mental y precariedad. También para poner en marcha un plan de choque contra los abusos en la parcialidad en el empleo, particularmente a mujeres”.
Errejón, y sus compañeros de Compromís, Joan Baldoví, y la diputada de Verdes Equo, Inés Sabanés, así como la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, lamentaron la falta de diálogo en este caso y en otros del Gobierno y alertaron contra la ruptura del bloque progresista de investidura. Baldoví también se sumó al coro de las presiones hacia ERC y el PNV para que reconsideren su rechazo actual: “Ante el dilema de quedarnos con la reforma de Rajoy, preferimos avanzar”. Y al Gobierno le soltó: “No es buen mensaje que este proyecto se apruebe con Ciudadanos, porque quedan dos años de legislatura y romper la mayoría de investidura no me parece una gran idea”.
Aizpurua, de Bildu, abundó en esas quejas pero descartó una quiebra definitiva: “Si el bloque de la investidura se rompe en esta votación, lo que hay que hacer después es rehacerlo. Esto puede dejar heridas abiertas, pero no vamos a mantener una posición obstruccionista e irresponsable. No creemos en el cuanto peor mejor. No vamos a tumbar todas las leyes con independencia de su contenido para que el Gobierno caiga. Queremos que la legislatura continúe”.
Los contactos de Yolanda Díaz siguen discretos a varias bandas y también en permanente coordinación con el equipo de La Moncloa que rodea al presidente. Tampoco se han detenido los sondeos del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y los del portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez. Nadie descarta nada. Tampoco el presidente, Pedro Sánchez, que a la salida de un viaje a Emiratos Árabes confirmó a los periodistas que lo siguen intentando con la mayoría de investidura y aún confía en que la reforma prospere este jueves, informa Carlos E. Cué. Sánchez se mostró “optimista” antes de emprender ese desplazamiento para estar en el Día de España en la Expo de Dubái. En el avión ha viajado con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y un grupo de empresarios que también son optimistas sobre la aprobación de la reforma el jueves sin querer entrar en cuál es la vía de apoyos más adecuada. El presidente afirma que lo van a intentar “hasta el último minuto” con los socios de ERC y PNV, una decisión politica pactada con Díaz. En cualquier caso, Sánchez no cree que esta votación, sea cual sea el resultado, afecte en nada a la estabilidad de la legislatura porque se está discutiendo sobre cuestiones puntuales que afectan a la reforma. La estabilidad sigue igual, garantizada.
Héctor Gómez, por su parte, ha contactado en estos días con todos los grupos de la Cámara. Hasta con los más pequeños formados por un solo parlamentario, como el diputado Pablo Cambronero, que se marchó de Ciudadanos al Grupo Mixto por diferencias ideológicas, y al que llamó para concertar una charla que todavía no se ha concretado. Cambronero está por ahora en el no a la reforma, pero querría escuchar los argumentos del socialista y que el Gobierno le contestara a una pregunta urgente que ha registrado sobre los beneficios del cambio de los contratos temporales de obra a los de autónomos dependientes.
La Ejecutiva de UPN se reunió el lunes por la noche y dejó totalmente abierto el voto de sus dos diputados: podría ser sí, no y abstención, como querría el Gobierno y como apuntan fuentes parlamentarias. Este miércoles la harán pública. El pleno para la convalidación del decreto de la reforma laboral está convocado para comenzar su debate este jueves a primera hora y la votación será probablemente al final de esa mañana.
Los votos ya confirmados
El Ejecutivo cuenta ya, por ahora, con los 154 votos del PSOE y Unidas Podemos, y luego con una serie de apoyos de pequeños grupos o formaciones con representación en la Cámara baja, como Más País (2), Compromís (1), el Partido Regionalista de Cantabria (un diputado), Teruel Existe (1), Coalición Canaria (1) y Nueva Canaria (1). Con todos esos respaldos, y los nueve anunciados de Ciudadanos, la votación llegaría hasta 170 actas positivas. En el Gobierno, el PSOE y Unidas Podemos cuentan ya, además, con el añadido de otros cuatro parlamentarios a favor, los del PDeCAT, que aunque aún no ha formalizado públicamente el sentido de su papeleta sí han anticipado que no bloquearán la salida y convalidación de ese decreto y podrían hacerlo público este miércoles. Esa conclusión llevaría el panel de votaciones el jueves a al menos 174 votos a favor y dejaría los negativos en 173, si a los ya corroborados del PP (88), Vox (52), EH Bildu (cinco), Junts (cuatro), BNG (uno), la CUP (dos), Foro Asturias (uno), y el escindido de Ciudadanos (Pablo Cambronero), se agregan en ese bloque los de ERC (13) y PNV (seis). En ese panorama queda por descifrar la decisión que adoptarán los dos parlamentarios de Unión del Pueblo Navarro, que mantuvieron una ejecutiva de su partido el lunes por la noche en Pamplona, pero no fijarán su posición final hasta este miércoles, apenas 24 horas antes de que se registre la votación en el Congreso.
Portavoces de Unidas Podemos, como Pablo Echenique primero, y luego Antón Gómez Reino o Aina Vidal, insistieron en sus comparecencias de este martes en apelar a que esos socios de investidura, especialmente el PNV y ERC, voten el jueves con responsabilidad y tengan en cuenta los progresos “históricos” que supone este proyecto para los trabajadores. “Los trabajadores se merecen que ERC esté dentro de este acuerdo, nadie entendería que los trabajadores amanecieran este viernes con sus derechos arrebatados”, enfatizó Vidal. Gómez Reino alabó los “méritos” de Yolanda Díaz en esta compleja negociación.
Y mientras, el PNV sigue negociando, con contactos discretos, intercambio de pareceres, presiones de la patronal vasca por un lado (a favor) y de los sindicatos vascos (en contra) pero sin llegar aún a un acuerdo. Apurarán al máximo. No se han puesto un límite para expresar cuál será su voto. Podrían llegar hasta el pleno. Pero por ahora, según fuentes consultadas en su ejecutiva, no observan grandes avances y sí más un interés por parte del Gobierno de primar la foto del acuerdo con la patronal y los sindicatos UGT y Comisiones Obreras que algunos aspectos de su contenido. El PNV mantiene su línea roja de que debe blindarse en una ley, y ahora, que los convenios autonómicos prevalecen sobre los estatales. El portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez, mostró como todos los dirigentes de los partidos de la coalición su “optimismo” sobre que habrá nueva reforma porque, ha dicho, “es un buen instrumento de progreso para los trabajadores”. Y sobre su interlocución con el PNV solo apuntó que se está hablando de todos los escenarios, incluso de la posibilidad de una abstención de esos seis diputados, lo que permitiría al Gobierno ofrecer la imagen de que no se entrega totalmente a la geometría variable con Ciudadanos que tanto cuestionan desde Unidas Podemos y otras formaciones como ERC.
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