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Casado rechaza en Argentina el proceso judicial contra Martín Villa

El líder del PP carga contra el expresidente Zapatero, al que acusa de “blanquear regímenes dictatoriales” en América Latina

El presidente del PP, Pablo Casado, conversa con el jefe de Gobierno de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, este martes en la capital argentina.
El presidente del PP, Pablo Casado, conversa con el jefe de Gobierno de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, este martes en la capital argentina.

Pablo Casado ha cargado desde Argentina contra el proceso que la jueza argentina María Servini mantiene abierto por la actuación del exministro Rodolfo Martín Villa durante la Transición. “Desde Argentina hemos visto procesos judiciales incluso contra personajes clave de la Transición española, algo que siempre el PP ha rechazado. Nosotros pensamos que la Transición es un ejemplo”, ha afirmado el líder del PP en declaraciones a los periodistas tras reunirse con el jefe de Gobierno de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Casado, que ha iniciado este martes en la capital argentina una gira por el Cono Sur en la que se reunirá con tres mandatarios latinoamericanos, también se ha referido al expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, a quien ha acusado de “blanquear regímenes dictatoriales” en América Latina, como “los de Venezuela, Nicaragua y Cuba”, ha dicho.

Martín Villa, de 85 años, se encuentra encausado en Argentina por la muerte de 12 personas por disparos de las fuerzas de seguridad y de elementos de ultraderecha durante sus años en los Ejecutivos de Carlos Arias Navarro y Adolfo Suárez. Entre estos episodios figuran los llamados sucesos de Vitoria, la matanza de cinco obreros en huelga el 3 de marzo de 1976 durante el desalojo por la Policía Armada de la iglesia de San Francisco de Asís de la capital alavesa. Casado no es el primer líder político que sale en defensa de Martín Villa. En septiembre de 2020, lo hicieron los cuatro expresidentes del Gobierno de la democracia que siguen vivos —Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy— y otros 15 líderes políticos y sindicales.

Buenos Aires ha sido la primera escala de una gira de tres días del líder del PP por Sudamérica que también lo llevará a Uruguay, Paraguay y Chile, donde se reunirá con sus respectivos presidentes: Luis Lacalle Pou, Mario Abdo Benítez y Sebastián Piñera. “Queremos para Latinoamérica hacer una posición de defensa de la libertad, queremos proponer una alianza por la libertad en la que España vuelva a tener una posición preponderante”, aseguró Casado tras reunirse con Rodríguez Larreta. Según Casado, España perdió esa relevancia desde la llegada al poder de Sánchez, un presidente, dijo “que ha visitado dos países latinoamericanos en tres años de Gobierno”. Vinculó parte de esta pérdida de relevancia a la “leyenda negra” de la conquista española, fomentada, dijo “por algunos mandatarios irresponsables”, sin nombrarlos. “Vengo a reivindicar la hispanidad y decir que fue fundamental para el desarrollo de las dos orillas del Atlántico. Tenemos que reivindicarnos frente a la cultura de la cancelación, España tiene mucho para decir en esta tierra”, agregó.

Casado ha dado un espaldarazo a las aspiraciones presidenciales del Rodríguez Larreta, heredero político del expresidente Mauricio Macri, incluso más de lo que el argentino podría haber esperado cuando aún faltan dos años para las generales. La alianza Juntos por el Cambio, integrada por el partido PRO de Macri, ganó con holgura las elecciones legislativas celebradas el 14 de noviembre pasado, y Rodríguez Larreta, como alcalde de la ciudad más grande del país, salió muy fortalecido. Pero antes de concurrir, la formación deberá resolver la pugna por el liderazgo de la coalición.

No tiene una tarea fácil: este martes juraron los diputados que obtuvieron sus bancas hace tres semanas y Juntos por el Cambio, integrado por tres partidos, se dividió en ocho bloques. Casado, con todo, dijo que los “buenos resultados” de noviembre convierten al PRO “en una alternativa” al gobierno del peronista Alberto Fernández. Y confirmó que cuando deje Buenos Aires no habrá visto a ningún representante de la Casa Rosada. “Mi posición en este viaje es una alianza a favor de luchar contra los regímenes antidemocráticos de Venezuela, de Cuba, de Nicaragua, y esa voz no la he escuchado por parte del Gobierno de Argentina”.

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