Ayuso lidera el frente del PP con las críticas más duras a la gestión “desleal” de Sánchez

El fenómeno Ayuso no es solo madrileño. Se observó en la madrugada del jueves al viernes, en la plaza mayor de Salamanca, a la salida de la cena que el líder del PP, Pablo Casado, convocó para aunar criterios con los barones regionales de su partido en la víspera de la Conferencia de Presidentes. Ayuso empleó casi una hora en salir de la plaza, acorralada por fans y seguidores, que le acercaban desde hijos a perros para que los acogiese en sus brazos, mientras Casado departía en corrillos más restringidos con otros dirigentes populares. La mandataria madrileña casi podría haber amanecido en la plaza si sus colaboradores no la hubiesen empujado para salir hacia el hotel a descansar unas horas.

Ya este viernes, en la cumbre con el resto de presidentes, Ayuso acusó a Pedro Sánchez de desleal por su trato de privilegio, dijo, hacia Cataluña y Euskadi. Un tono y unas exigencias similares a las que planteó también el gallego Alberto Núñez Feijóo.

Isabel Díaz Ayuso entró ahí en el cuerpo a cuerpo con algunos de sus homólogos de otras regiones, sobre todo socialistas que han planteado que España debería tener una estructura federal y que han criticado que Madrid se beneficie de lo que consideran una posición de privilegio fiscal. Ayuso lo niega. Rechaza la división federal de España que planteó la presidenta balear, la socialista Francina Armengol (”no queremos nada federal”) y también cargó contra el trato privilegiado, especialmente hacia Cataluña, pero también con Euskadi, que critican otros presidentes populares.

“No consentimos que se trate bilateralmente a nadie”, remachó Ayuso, que se opuso a la armonización de tributos y rebatió la idea generalizada de que su comunidad se beneficie de su centralidad y capitalidad en el Estado. “Madrid recauda 84.000 millones y aquí se quedan 20.000 millones”, señaló Ayuso, sin precisar que los que abonan sus impuestos son los ciudadanos y no los territorios. Pero la presidenta concluyó: “Estoy en contra de eso que llaman fiscalidad justa” y que ella traduce en “subirle los impuestos a Madrid”.

En su intervención, que como la de todos los demás presidentes se amplió de los cinco minutos inicialmente previstos a más de 10, Ayuso cargó igualmente contra las promesas gubernamentales de ocuparse de la España vacía y de la despoblación mientras “aquí nadie habla de natalidad y de que el problema es que no nacen niños”. Y acabó cuestionando el reparto de los fondos europeos, porque entiende que en otros países ya se ha explicado cómo se va a efectuar y teme que aquí se haga de forma arbitraria y con poca autonomía: “No nos dejan dedicarlo a lo que nos haría falta, sino a lo que ha decidido el Gobierno”.

Las tesis de Ayuso fueron argumentadas antes, con menos virulencia pero igual sentido, por el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, el andaluz Juan Manuel Moreno y otros, que también plantearon que sería bueno negociar y coordinar antes bien los trabajos para que estas conferencias sean más decisorias. Los presidentes del PP también demandaron más vacunas. El presidente Sánchez, a la entrada, ya había anunciado que habría una partida extra de vacuna y que más del 55% de los fondos que lleguen este año los asignarán las autonomías.

El socialista Guillermo Fernández Vara, de Extremadura, planteó en el plenario una idea para imponer el uso de las mascarillas el próximo invierno, entre diciembre y marzo, para evitar catarros y contagios de otros virus ajenos a la covid y combatir las 15.000 muertes que producen anualmente.

El presidente de Castilla-La Mancha, el también socialista Emiliano García Page, en una intervención optimista, pidió que estas citas tuvieran un espíritu más constructivo “desde la lealtad” y valoró el comportamiento “sensato” de casi todas las autonomías durante este año y medio. También ensalzó el ritmo de vacunación, apostó por enviar un mensaje de unidad y pidió que los fondos europeos lleguen rápido a las empresas. La postura de Page sobre el nuevo sistema de financiación autonómico, aún por negociar, es similar a la de muchos barones del PP: “Los derechos se deben poder ejercer en igualdad de condiciones sea cual sea el lugar de residencia”.

El presidente valenciano, el socialista Ximo Puig, ha instado a compartir una estrategia entre el Gobierno central y las comunidades para esta etapa de la covid y ha apostado por poner en marcha un plan nacional sobre la salud mental en niños, adolescentes y jóvenes. Puig también pidió que las comunidades tuvieran mayor capacidad para definir los proyectos de recuperación y propuso que se elaborara un plan integral para la juventud. El líder socialista valenciano abogó por “un sistema de financiación con equidad y con suficiencia; una fiscalidad justa entre territorios, sin agravios; una distribución del agua que garantice el suministro para siempre en todos los territorios y una descentralización de las instituciones del Estado coherente con la España policéntrica y polifónica”.