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Audios | La declaración ante el juez de Morocho, el policía que se negó a tapar la Gürtel: “Trabajamos en unas condiciones penosas”

El inspector jefe de la UDEF regresa este viernes a la Audiencia Nacional para continuar con su relato en la causa que investiga el espionaje ilegal a Bárcenas

Manuel Morocho, inspector jefe de la policía, durante su comparecencia en el Congreso, el 25 de marzo.
Manuel Morocho, inspector jefe de la policía, durante su comparecencia en el Congreso, el 25 de marzo.JUAN CARLOS HIDALGO (EFE)
J. J. G.

Manuel Morocho, inspector jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía y principal investigador de Gürtel, la trama encabezada por Francisco Correa y que implicó a numerosos cargos públicos del PP, regresa este viernes a las 9.30 a la Audiencia Nacional. El juez Manuel García-Castellón lo ha citado dentro de la causa que investiga el espionaje ilegal al extesorero del PP Luis Bárcenas, conocida como caso Kitchen, para que prosiga con el devastador relato que inició el pasado martes, cuando narró el cúmulo de presiones al que fue sometido para tratar de torpedear las pesquisas judiciales sobre la red de corrupción. Una narración de cerca de tres horas que impresionó al propio magistrado, como detalló EL PAÍS y como evidencian los audios de aquel interrogatorio: “A mí se me conminó a que no pusiera en el cuerpo del informe ningún nombre de responsables políticos, concretamente se me expresó el nombre de Mariano Rajoy”.

Me deja usted un panorama desolador —le llegó a decir el juez en un momento.

—Pues se lo puedo dejar peor todavía… —respondió Morocho.

—Siga, siga…

Extracto de la declaración de Morocho del pasado martes, donde el juez afirma: "Me deja un panorama desolador".

El testimonio del agente de la UDEF ha irrumpido con una fuerza imparable en la instrucción de Kitchen, la trama parapolicial urdida en el Ministerio del Interior para espiar sin control judicial al extesorero popular Luis Bárcenas tras estallar el escándalo de los papeles de Bárcenas con el presunto objetivo de arrebatarle documentos sensibles para altos cargos del PP. Hasta ahora, el magistrado García-Castellón había centrado su mirada en los meses próximos a julio de 2013, cuando sitúa el inicio de ese despliegue irregular. Pero el relato de Morocho evidencia que las maniobras para torpedear el caso Gürtel se sucedían desde mucho antes y, además, estas procedían desde la propia cúpula policial y el ministerio, controlados por el partido conservador.

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Los detalles facilitados por el inspector jefe fueron profusos. El policía narró cómo sus superiores modificaban sus informes sobre Gürtel y la caja b de los populares, dada ya por acreditada por el Tribunal Supremo. Y cómo le instaban a que sacara de ellos a los dirigentes del PP o a sus familiares: entre otros, a Mariano Rajoy, entonces presidente del Gobierno y que aparece como perceptor de sobresueldos en los papeles de Bárcenas; o el empresario Ignacio López del Hierro, marido de María Dolores de Cospedal, entonces secretaria general de la formación, que aparece cómo donante de la contabilidad paralela. “Hemos trabajado en unas condiciones penosas”, asevera el agente de la UDEF.

“[Al juez, esos datos], le llegaron en un anexo”, explicó Morocho a García-Castellón: “Hicimos una tabla sumatoria de todo lo percibido, pero en el cuerpo [del informe] no estaban. El juez, si leía únicamente el contenido del cuerpo del informe, no tenía conocimiento realmente de quiénes eran los perceptores. Lo que pasa es que yo, durante todo este tiempo, tenía la documentación formal que se entregaba al juez y luego le tenía que decir al juez qué era lo que me habían obligado a quitar. O [le decía]: ‘Esto no lo he puesto aquí y lo he tenido que poner allí, en el anexo, porque me impedían ponerlo’. Entonces, el juez tenía conocimiento subrepticio de aquello que yo no podía aflorar en el cuerpo del informe. Entre ello, la identificación plena de estas personas a nivel indiciario”.

El juez le pide al inspector jefe que especifique quiénes le pedían aquello: “Eso me lo sugiere toda la cadena de mando, desde el que entonces era comisario general, [José García] Losada, hasta Manuel Vázquez, jefe de unidad, el señor Gudiña, jefe de brigada, y los dos jefes de sección”. “Las reuniones eran colectivas y en ellas se conminaba a que cambiara y quitara determinadas cuestiones, que yo ponía a nivel indiciario. Yo simplemente lo que hacía era cumplir lo que el magistrado nos pedía: que era analizar unos documentos y exponer lo que allí aparecía sin entrar en más consideraciones”, apostilló.

Extracto de la declaración de Morocho: "Le tenía que decir al juez qué era lo que me habían obligado a quitar".

Pero Morocho, que responderá este viernes a las preguntas de la Fiscalía y del resto de partes personadas en la causa (defensas, perjudicados y acusaciones), disparó todavía más arriba durante su declaración y apunta a la cúpula policial y de Interior, a quienes considera que se encontraba detrás de las presiones. El inspector jefe detalla cómo Eugenio Pino, director adjunto operativo y máximo mando policial durante el Gobierno de Rajoy, lo trasladó de puesto y lo sobrecargó de trabajo para tratar de frenar el caso Gürtel. También explicó que intentaron mantener cerca de su grupo de la UDEF al comisario Andrés Gómez Gordo, persona de la máxima confianza de Cospedal y asesor de la política durante su etapa como presidenta de Castilla-La Mancha: de hecho, querían introducirle en su equipo de investigadores a un hombre próximo a Gómez Gordo, pero Morocho asegura que se negó.

El episodio más evidente se produjo en junio de 2013, cuando el grupo de agentes de Morocho trabajaba a pleno rendimiento después de que EL PAÍS publicara en enero de ese año los papeles de Bárcenas y llegaran las comisiones rogatorias con la información de las cuentas en Suiza del extesorero. Según Morocho, entonces trataron directamente de comprarle y le ofrecieron el traslado como agregado de Interior a alguna embajada, proponiéndole entre varias la de Lisboa, un puesto con una mejor remuneración económica. El inspector jefe contó al juez que esta oferta le llegó de boca del comisario José Luis Olivera, antiguo jefe de la UDEF y posterior responsable del Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado.

La cita se produjo en una cafetería de Madrid, según subrayó Morocho. Allí, Olivera le puso las cartas sobre la mesa: “¿A dónde quieres irte? ¿A una embajada? ¿A cuál?”. Incluso durante la conversación, según la versión del agente de la UDEF, el comisario recibió una supuesta llamada del entonces ministro Jorge Fernández Díaz, de la que dedujo que este se interesaba precisamente por el asunto que estaban tratando: “Hola, ministro. Sí, estoy con él”, narró Morocho que dijo Olivera a su interlocutor. “Ves, me llama hasta el ministro”, remachó al colgar. El abogado de Fernández Díaz negó que se produjese esta llamada entre su cliente y el mando policial. Por su parte, el juez imputó este jueves a Olivera.

Extracto de la declaración de Morocho: "A mí se conminó a que desvalorara los documentos de EL PAÍS".

Entre otros extremos, el inspector Morocho expuso: “A mí se me conminó a que desvalorara los documentos que sacó EL PAÍS, a que siguiera la dinámica que en aquel momento el PP estaba exteriorizando ante la opinión pública de que esos documentos eran inveraces, de que la única contabilidad que había era la del Tribunal de Cuentas; y a que [dijera] que ‘sabrá Luis Bárcenas qué sentido tienen esos documentos y a quiénes afectan, pero en ningún caso al PP’. Eso se me transmitía a mí y pretendían que yo lo incorporara sin más al informe y yo les dije que no”.

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Sobre la firma

J. J. G.
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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