La nueva batalla de la España vacía
Colectivos de provincias despobladas estudian el salto a la política ante el mínimo avance de sus reivindicaciones
La España vacía dejó patente hace justo dos años su descontento, cuando miles de personas procedentes de las provincias más despobladas del país recorrieron el centro de Madrid para recordar que existe un territorio olvidado, ajeno a la vida del litoral y las grandes ciudades. El grito de desesperación de aquellas provincias, que pedían medidas urgentes, se convirtió en un antes y un después para la política territorial española. La llegada de Teruel Existe a las Cortes en noviembre de 2019, así como la creación de un ministerio dedicado en parte al Reto Demográfico y presidido por la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, han visibilizado el problema. Pero las medidas, hasta ahora, han sido insuficientes: las asociaciones que engloban la llamada Revuelta de la España Vaciada denuncian que el discurso no se traslada a la práctica por la falta de voluntad política, la lentitud burocrática y la descoordinación entre administraciones. Ante esa situación, estudian su salto a la política institucional.
Los colectivos implicados ya habían lanzado una advertencia: si la legislatura no mostraba la intención de los partidos de solucionar los problemas territoriales de España, articularían una “respuesta firme, estable y permanente”. Sin avances inmediatos en el horizonte ni resultados concretos, algunas asociaciones sopesan ahora seguir la estela de Teruel Existe: “Si los políticos no lo hacen, alguien tendrá que hacerlo”, dice Vanesa García, portavoz de ¡SoriaYa!
Este descontento ha vuelto a manifestarse en la Plaza de las Cortes, en Madrid, el pasado miércoles, aunque con una presencia mucho más discreta: un centenar de personas que representaban al doble de colectivos que hace dos años alzaron la voz frente al Congreso. Vanesa García anuncia: “Estamos estudiando si presentarnos o no a elecciones”. La asociación soriana lleva 20 años reclamando a los partidos que tomen medidas urgentes contra la despoblación. El reciente Plan de medidas para el Reto Demográfico, dotado de más de 10.000 millones de euros, ha sido un primer paso, pero la plataforma de la España Vaciada exige un pacto de Estado contra la despoblación que asegure su continuidad.
Otros colectivos son más renuentes, pero reconocen que el debate sobre el salto a la política existe. Juan Afán, uno de los fundadores de Jaén Merece Más, cree que entre las más de 10 asociaciones que conforman la plataforma hay algunas que “evolucionarán hacia una agrupación de electores que defienda sus intereses”. Él, sin embargo, remarca que su asociación no pretende dar ese paso y busca continuar como un ente fiscalizador de las políticas públicas desde la sociedad. Su compañero Juan Camacho señala que son los mismos ciudadanos por la calle, o por correo, quienes les animan a formar una agrupación de electores como Teruel Existe. “Se está despertando un sentimiento social de que alguien tiene que hacer algo por Jaén”, confiesa. La decisión de cambiar la sede de la base logística de operaciones del Plan COLCE de Jaén por Córdoba ha avivado el enojo entre los habitantes de una de las provincias que soporta las tasas de paro más altas de España.
La desconfianza hacia las políticas y los políticos es compartida entre los colectivos de la Revuelta de la España Vaciada. Su malestar ha quedado retratado en un estudio de Next Educación presentado la semana pasada en el Senado; según este informe, casi la mitad de las 80 plataformas encuestadas (un 45%) siente que desde marzo de 2019 ha habido mínimos avances en el medio rural y casi dos tercios (65%) “no ha percibido ningún paso positivo” en estos dos años.
Promesas incumplidas
Esa desconfianza se traduce en una crisis de representación de los partidos nacionales. Ignacio Urquizu (PSOE), sociólogo y alcalde de Alcañiz (Teruel), incide en las promesas que quedaron incumplidas: “Íbamos a las campañas diciendo que haríamos autovías y AVE por toda España, pero con los recursos que había no era posible”, recalca. Él cree, no obstante, que la transversalidad de las grandes formaciones conlleva “una visión de conjunto” que puede racionalizar las políticas públicas: “Al final no es poner una universidad en cada pueblo o provincia, sino que hay que ver el conjunto del territorio. Los recursos son limitados y hay que elegir qué cosas hacer y cuáles no”.
Tomas Guitarte, el único diputado de Teruel Existe —asociación que decidió concurrir como agrupación de electores a los comicios de noviembre de 2019—, augura que la entrada en política de estos colectivos dependerá de las medidas que adopte el Ejecutivo. “En el conjunto de plataformas hay una apuesta para que esta sea la ocasión en la que el problema se afronte de verdad”, comenta. Y añade: “Nosotros no cuestionamos de raíz las instituciones, sino que las defendemos y creemos que hay que estar dentro de ellas para hacerlas trabajar en el sentido adecuado”.
Frente a una presunta candidatura de otras agrupaciones de electores, el arquitecto turolense confirma que lo ideal sería mantener la diversidad entre plataformas trabajando conjuntamente: “Jamás perderíamos Teruel Existe”, afirma. Reunirse en un único grupo parlamentario, si dan los números, les permitiría mantener sus reivindicaciones provinciales y defender el reequilibrio territorial del país. “Nadie es localista, todas somos reflejo de un problema estructural de toda España”, explica.
El éxito de Teruel Existe empuja a otros colectivos a plantearse seguir su ejemplo. Pero Cristina Monge, politóloga de la Universidad de Zaragoza, advierte de que su caso es muy peculiar. Y señala tres factores del éxito turolense: una reivindicación histórica que empezó hace 20 años; un movimiento transversal, con votantes de ideologías diferentes; y la particularidad de la ley electoral: mucho depende del reparto de escaños, porque el número de papeletas necesarias para conseguir un diputado varía en cada provincia. Aun así, avisa. “En política el espacio vacío no existe. Si los grandes partidos obvian los problemas regionales, los colectivos pueden ocupar candidaturas como estas”, explica.
Los Jóvenes de Castilla y León y La Otra Guadalajara excluyen el paso a la política, porque creen que las plataformas influyen más en las reivindicaciones que en los espacios políticos. “No somos un colectivo partidista, pero tampoco somos apolíticos”, defiende Guillermo López de la asociación castellanoleonesa. “Creemos que una de las cosas buenas que tiene nuestro colectivo es que somos muy transversales y queremos hacer política a través de la crítica y con propuestas positivas para la gente joven de nuestra comunidad”. Azucena Dombriz, portavoz de la asociación castellanomanchega, defiende el papel que juega “la gente de los pueblos” exigiendo políticas a las administraciones públicas.
Sentado en un bar de la Plaza Mayor de Madrid, Guitarte cuenta que a pesar de estar en las instituciones, los de Teruel Existe son “gente de la calle” que decidieron entrar en política porque no estaban conformes con lo que se hacía. “La lucha contra los desequilibrios territoriales es el proyecto político más interesante que hay. Y no es un concepto local, sino global”, concluye. El Plan de medidas para el Reto Demográfico, dotado de más de 10.000 millones de euros, representa el primer paso, aunque la plataforma de la España Vaciada exige un pacto de estado contra la despoblación que asegure su continuidad. Mientras le recuerdan al Gobierno que hay tareas pendientes como lo hicieron este miércoles, cuando las campanas tocaron al unísono en todos los pueblos y en Madrid, y con un bombo y aplausos recordaron que el corazón de la España vacía “sigue latiendo fuerte”.
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