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Las contradicciones de Casado en su discurso de reparto de culpas

El líder del PP acusa a la Fiscalía, al CIS y los medios de sus malos resultados en Cataluña

Pablo Casado, en primer término, en el comité ejecutivo nacional del PP; tras él, Teodoro García Egea.
Pablo Casado, en primer término, en el comité ejecutivo nacional del PP; tras él, Teodoro García Egea.DAVID MUDARRA (P.P.)
Natalia Junquera

“Nunca antes se había visto tal despliegue de ataques en plena campaña electoral, ni la implicación de la Fiscalía General del Estado, el CIS y los medios públicos al servicio de un partido”. Así resumió Pablo Casado la supuesta “tormenta perfecta” que, según él, explica sus malos resultados electorales en Cataluña. El líder del PP rechaza la autocrítica y dispara en todas direcciones, pero se contradice con algunas de sus propias declaraciones y con la hemeroteca.

Culpable 1. Supuesto pacto entre Bárcenas y la Fiscalía.

“Lamentablemente, la estrategia les ha resultado eficaz pues desde el mismo día en que se publicó el escrito de colaboración de Bárcenas con la Fiscalía, el PP cayó a plomo en las encuestas”, dijo el presidente del partido. La fecha del juicio por los llamados papeles de Bárcenas está fijada desde el 14 de febrero de 2020, exactamente un año antes de los comicios catalanes. Seis días antes del inicio del procedimiento, el extesorero del PP envió un escrito a la Fiscalía en el que insiste en la existencia de una caja b en el partido, asunto denunciado por primera vez en EL PAÍS en enero de 2013. Entonces gobernaba todavía Mariano Rajoy, que ganaría dos elecciones generales más después de la publicación de dicha contabilidad paralela. En su escrito a la Fiscalía, Bárcenas afirma que su silencio de los últimos años se ha debido a que el PP le prometió que su esposa, Rosalía Iglesias, no ingresaría en prisión si él se mantenía callado. Pero Iglesias fue finalmente juzgada y condenada a 12 años de cárcel por delito fiscal, blanqueo y apropiación indebida e ingresó en prisión el pasado diciembre. No existe pacto alguno entre Bárcenas y la Fiscalía, que reclama otros cinco años de prisión para el extesorero, condenado ya a 29 años en otras causas.

Culpable 2. El CIS y las encuestas. Además de a la Fiscalía General del Estado, Casado señaló al Centro de Investigaciones Sociológicas como un instrumento “al servicio de un partido electoral”. El pasado 3 de febrero, el CIS publicó un sondeo flash sobre Cataluña que prácticamente clavó el resultado electoral: daba al PSC una estimación de voto del 23,7% (obtuvo el 23,04%) y un 5,8% al PP (bajó al 3,85%).

Culpable 3. La cobertura mediática y los ataques en campaña. Las acusaciones de actuar al servicio de un partido también han recaído en “los medios públicos”, que Casado incluyó en su justificación de los resultados en Cataluña. El PP llegó a denunciar a RTVE ante la Junta Electoral Central acusándola de vulnerar la proporcionalidad y la neutralidad en sus informaciones electorales, pero la Junta Electoral rechazó el recurso asegurando que “los tiempos de información dedicados a la formación recurrente se ajustan razonablemente al respaldo electoral obtenido por dicha formación en las elecciones de 2017”. También aludió el líder del PP a “un despliegue de ataques” contra su partido nunca antes visto en una campaña electoral, pese a que las campañas son, en esencia, ataques al rival, y pese a que él mismo llegó a sugerir sin pruebas que el candidato socialista, Salvador Illa, exministro de Sanidad, se había vacunado de coronavirus antes de tiempo. Era mentira.

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Culpable 4. Pedro Sánchez hace subir al independentismo.

El PP se ha agarrado a la abstención —la participación bajó en un 26,55% respecto a los anteriores comicios— para justificar sus malos resultados en Cataluña, pero no aplica ese dato al conjunto de los partidos. Los independentistas han superado la mitad de los votos (51%) después de haberse quedado muy cerca (47,5%) en los anteriores comicios, cuando el PP ocupaba La Moncloa, y ha sido una formación no independentista, el PSC, la que se impuso este domingo en votos a todas las que sí lo son.

Culpable 5. La falta de tiempo.

En su relato ante el comité ejecutivo nacional para tratar de aplacar las críticas internas, Casado se escudó este martes en que sus “predecesores” habían tenido “siete años y medio para consolidar un proyecto ganador”. José María Aznar perdió, en efecto, las elecciones de 1989 y las de 1993 antes de ganar en 1996 y Rajoy, las de 2004 y 2008. Pero el suelo electoral del primero se situó en 107 escaños; y el del segundo, en 123 (precisamente en unos comicios que ganó, en 2015). En el debut de Casado en las urnas obtuvo 66 diputados. En las últimas generales, en 2019, subió a 89. Son las dos marcas más bajas desde que el PP se llama PP.

Culpable 6. Depende del resultado. El pasado 12 de julio, también en pandemia y también con una bajada en la participación, el PP obtuvo en las urnas gallegas y vascas un resultado muy diferente. En Galicia, donde Alberto Núñez Feijóo rechazó la alianza con Ciudadanos que pretendía imponer Génova y de hecho impuso en Euskadi, el presidente revalidó su mayoría absoluta, la cuarta, con una campaña que escondía las siglas del partido y un discurso moderado que, sin embargo, dejó a cero a los ultras de Vox. En País Vasco, la apuesta personal de Casado, que sacrificó a su candidato hasta unas semanas antes, perdió cuatro escaños y cedió uno a la extrema derecha. La dirección nacional del PP se esforzó entonces en presentar la victoria en Galicia como “un éxito del tándem Casado-Feijóo”. “El modelo Casado-Feijóo vence al de Sánchez-Iglesias”, declaró Teodoro García Egea. Este martes, y tras unas palabras de cariño hacia el candidato catalán, Alejandro Fernández, Casado dijo: “Hace más de un año, me comprometí a que la dirección nacional respetaría su estrategia electoral tanto de concurrir en solitario, tal y como solicitó en este mismo comité ejecutivo, como el lema, programa y la orientación de la campaña, así como de la configuración de listas electorales”.

7. A vueltas con la sede.

Casado se reservó para este martes, cuando tocaba analizar los resultados electorales y defenderse de las críticas (también internas), el anuncio de que abandonarán la sede de la calle Génova. “Considero que no debemos seguir en un edificio cuya reforma se está investigando esta misma semana en los tribunales”. La intervención general del Estado remitió al juez Pablo Ruz el informe sobre el supuesto fraude fiscal en las obras de la sede en 2015. En 2018, preguntado por esas reformas, dijo: “Lo que nos va a hacer reconectar con nuestro electorado no es cambiarnos al edificio de enfrente”. Ya barajaron, en todo caso, la opción de mudarse en 2019 por problemas económicos después del batacazo electoral de las generales.

8. La oficina anticorrupción de quita y pon.

“Crearemos un nuevo departamento de compliance [que establecerá mecanismos de transparencia, rendición de cuentas y un canal anónimo de denuncias con absolutas garantías, a semejanza de lo que sucede en las grandes empresas”, proclamó este martes Casado. Muy parecido a la oficina anunciada por el PP, en 2016, para denunciar la corrupción, “avanzar en la regeneración y aumentar los autocontroles”.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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