Robles pide explicaciones al jefe de la cúpula militar por ser de los primeros en vacunarse
El Estado Mayor de la Defensa justifica que se priorice la vacunación de generales por su puesto y edad
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha pedido explicaciones al jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), general Miguel Ángel Villarroya, tras publicarse que él mismo y otros generales del Estado Mayor de la Defensa se han vacunado ya de la covid-19. Robles ha asegurado que desconocía el plan de vacunaciones del Estado Mayor de la Defensa, por lo que ha reclamado un informe al jefe de la cúpula militar que espera recibir este mismo viernes. La ministra no ha querido adelantar si tomará alguna medida: “En función de lo que diga el informe, veremos”.
Fuentes del Estado Mayor de la Defensa confirman que, como adelantó El Confidencial Digital, Villarroya y otros generales de la cadena de mando de las Fuerzas Armadas (como el jefe del Estado Mayor Conjunto o el del Mando de Operaciones) han recibido ya la primera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNtech. El plan de vacunaciones de Defensa ordenaba administrarla, en primer lugar, a los sanitarios militares; y, a continuación, a los efectivos que deben desplegarse en misiones internacionales. Este es el motivo por el que este mes de enero han sido vacunados los tripulantes del buque de asalto anfibio Castilla y del cazaminas Tajo, que deben zarpar en las próximas semanas.
Solo en tercer lugar debían ser vacunados los militares que ocupan puestos estratégicos, de difícil sustitución. Sin embargo, fuentes del Estado Mayor de la Defensa explicaron que este recibió un cupo de dosis y que, una vez cubierto el escaso personal sanitario que depende de dicho organismo y los militares que deben incorporarse en breve a misiones internacionales, se pasó al tercer grupo, integrado por los responsables de la cadena de mando operativa. Dentro de este colectivo, añadieron, se priorizó a los generales “por ser los de mayor edad”. Según las mismas fuentes, la vacunación en el Estado Mayor de la Defensa no tenía por qué seguir el mismo ritmo que en el resto de las Fuerzas Armadas o en el conjunto de la sociedad.
La noticia ha causado malestar entre muchos militares y también en el propio Ministerio de Defensa, al dar la imagen de que se privilegia a los generales y no al personal que está más expuesto a contraer la enfermedad. Además, se produce en plena polémica por las vacunaciones irregulares de alcaldes y consejeros autonómicos, como los de Murcia o Ceuta, que se saltaron el turno y se vacunaron antes de lo que les correspondía.
Robles ha subrayado que el plan de vacunación del Ministerio de Defensa está coordinado con el de Sanidad y que en el órgano central del departamento no se ha vacunado a nadie. En los dos hospitales militares, Gómez Ulla y Zaragoza, se sigue el protocolo sanitario de las comunidades autónomas de Madrid y Aragón, por lo que en el primero se ha suspendido la vacunación de personal sanitario, atendiendo a la decisión del Gobierno regional.
Cuando EL PAÍS publicó el pasado lunes que se estaba vacunando a los militares que salían en misión internacional, fuentes de Defensa aseguraron que su plan de inmunización, con un “reducido cupo” de vacunas que le ha entregado Sanidad, se adecuaba a los criterios generales y solo se apartaba del mismo en “casos excepcionales”.
La vacunación del jefe de la cúpula militar y de altos cargos militares ha sido duramente criticada por algunos aliados del Gobierno, que han exigido responsabilidades. El secretario general del PCE y diputado Enrique Santiago ha escrito en Twitter: “Si es verdad que el Jemad (secretario de Estado) se ha vacunado, debe dimitir o ser cesado por el presidente”.
Si es verdad que el JEMAD (Secretario de Estado)
— Enrique Santiago (@EnriqueSantiago) January 22, 2021
se ha vacunado, debe dimitir o ser cesado por el Presidente.
Si el MinDefensa ha elaborado un protocolo que ha permitido a esos mandos vacunarse antes que la población o que otros militares en riesgo, Robles debe dar explicaciones pic.twitter.com/nWt1adHVCp
Sin citar a nadie, el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ha tuiteado: “Los sinvergüenzas que se han vacunado saltándose la cola desde el privilegio de ser cargos públicos (cada día aparecen más) por supuesto deben dimitir de todos sus cargos, desde luego no pueden recibir la segunda dosis y posiblemente hayan cometido delitos de malversación y/o prevaricación”.
El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, ha asegurado que el caso del jefe de la cúpula militar es “es igual de impresentable que [el del] último alcalde o personaje público que se ha vacunado. Los protocolos están para cumplirlos y no es decente ninguna excepción, ninguna”, ha subrayado. El diputado de Bildu Jon Iñarritu se ha preguntado si dimitirán los altos mandos militares que se han vacunado, y si también ha recibido la vacuna el Rey, como capitán general de los ejércitos.
Quejas de agrupaciones de Policía y Guardia Civil
Asociaciones profesionales de la Guardia Civil y Policía Nacional han pedido explicaciones tras conocerse que el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), el general Miguel Ángel Villarroya, y otros miembros de la cúpula militar ya hayan sido vacunados contra la covid-19. "Es una grave desconsideración que mandos del Estado Mayor de la Defensa hayan recibido ya su primera dosis de la vacuna", ha señalado a Europa Press el portavoz de la mayoritaria Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), Pedro Carmona. "Recordamos que hay colectivos, como es el caso de los guardias civiles, que están trabajando en primera línea frente al covid-19", ha añadido. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha coincidido en la queja: "Hay compañeros en puestos altamente prioritarios que deberían ser vacunados antes que altos mandos", refiere Carlos Morales. La agrupación Jupol ha pedido a Sanidad que reconsidere la decisión de excluir a los miembros de los cuerpos de seguridad del Estado de los colectivos de riesgo. /AGENCIAS
Más casos fuera del protocolo
Los casos de políticos y altos cargos que han recibido la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus al margen del protocolo de inmunización siguen surgiendo por diferentes puntos de España. En Luesia (Zaragoza, 300 habitantes), el alcalde, Jaime Lacosta, del PP, justificó su vacunación en el hecho de que colabora “de manera gratuita y altruista” con la residencia de ancianos de la localidad y entra en sus instalaciones con frecuencia. Según él, tras vacunar a los residentes, los sanitarios le ofrecieron la inyección porque “sobraba un vial”. El PP le exigió ayer la dimisión por “falta de ejemplaridad”. En el pueblo vecino de Asín (90 habitantes), el alcalde, Rogelio Garcés, del PSOE, también recibió la vacuna junto con un vecino que ejerce de alguacil.
En Villavicencio de los Caballeros (Valladolid, 233 habitantes), el alcalde socialista, Alberto del Paz, un concejal y el cura de la localidad recibieron la vacuna en su condición de miembros del patronato de la residencia de ancianos. La directora del asilo relató a la agencia Efe que la Consejería de Salud de la Junta de Castilla y León le permitió incluir en la lista de vacunados a todos los miembros del patronato, además de a los trabajadores de la residencia, algo que el Gobierno autonómico niega que sucediera. El PSOE reclamó ayer la dimisión a su regidor.
Al menos siete alcaldes y tres concejales socialistas se han vacunado saltándose los términos estrictos del protocolo sanitario. A estos se añaden al menos tres casos en el Partido Popular, entre ellos los dos más sonados hasta ahora: el del consejero de Salud de Murcia, Manuel Villegas —que dimitió—, y el de su homólogo de Ceuta, Javier Guerrero, que continúa en el cargo.
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