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El Gobierno se garantiza con ERC los Presupuestos de una legislatura

El apoyo de Esquerra y de Bildu a las cuentas públicas para 2021 hace “imposible, inviable e incompatible” el respaldo de Ciudadanos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, en La Moncloa el pasado septiembre.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, en La Moncloa el pasado septiembre.J.J. Guillén (EFE)
Javier Casqueiro

El Gobierno del PSOE y Unidas Podemos se ha asegurado ya con sus socios de la investidura los apoyos para sacar adelante sus primeros Presupuestos del Estado, el instrumento que garantiza la estabilidad para lo que queda de legislatura. Las ultimas cuentas aprobadas en España datan de 2018, desde entonces se han tenido que prorrogar. Los 155 escaños de la coalición más el “preacuerdo” alcanzado con ERC, que este miércoles debe ratificar su ejecutiva, y los apoyos anunciados por el PNV y Bildu suman 179 votos, tres más que la mayoría absoluta. Y aún se negocian más adhesiones. Ciudadanos pactó el martes alguna enmienda con el PSOE pero reiteró su incompatibilidad con ERC y Bildu para respaldar el presupuesto.

Los últimos Presupuestos Generales del Estado se aprobaron en junio de 2018, unos días antes de la moción de censura que acabó con el Gobierno de Mariano Rajoy y que situó a Pedro Sánchez en La Moncloa. Las cuentas de un Ejecutivo del PP están prorrogadas desde entonces ante las dificultades que han tenido los distintos Gobiernos para recabar los apoyos necesarios en un Parlamento muy fragmentado. Hace casi dos años, el proyecto redactado entonces por el PSOE con Podemos fue boicoteado en el trámite de enmiendas a la totalidad por la derecha y los nacionalistas catalanes. Ese hecho precipitó unas elecciones anticipadas y causó más inestabilidad política.

Ese panorama parece haber cambiado radicalmente ahora. Los Presupuestos del Estado para 2021, que consolidan el resto de la legislatura para el primer Gobierno de coalición de la reciente etapa democrática “van por buen camino”. Esta afirmación de la titular de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, tras el Consejo de Ministros del martes ya no es solo un pronóstico, sino una certeza. Se sustenta en los pactos generales entre el PSOE y Unidas Podemos junto a otros acuerdos parciales con los socios de la moción de censura y de la investidura.

El Congreso vivió así el martes una frenética jornada de negociaciones entre los socios habituales y esporádicos del Ejecutivo, Cada uno intentó demostrar sus poderes de negociación y disuasión a la hora de conseguir logros para sus respectivos intereses, ideológicos o territoriales. Hubo acuerdos, preacuerdos y pactos firmados, algunos aparentemente incompatibles entre sí.

ERC, que tiene 13 diputados en la Cámara baja, fue el último grupo parlamentario tras el PNV y EH Bildu en anunciar su apoyo al proyecto de ley de Presupuestos, pero el que decantó finalmente la balanza ideológica de esas cuentas hacia la izquierda y los nacionalistas, frente a la opción tanteada por el PSOE hacia el centro con Ciudadanos.

La decisión de Bildu (cinco diputados), PNV (seis) y ERC de acelerar su disposición a respaldar en público y en apenas 24 horas los Presupuestos tiene mucho que ver con el marcaje contra Ciudadanos, según fuentes directas de la negociación. “Nuestra urgencia por disparar primero ha sido para romper cuanto antes la cintura a Ciudadanos y evitar la presión que eso nos causaba y las tentaciones hacia el centro del PSOE”, reconocen fuentes de la dirección de esos partidos. La coalición del PSOE y Podemos con sus 155 escaños, más los votos del PNV, ERC y EH Bildu, ya llega a 179 votos a favor de los Presupuestos, tres más que la mayoría absoluta, y aún podrían agregar seis más con los tres de Más País y Compromís, y los del Partido Regionalista de Cantabria, Teruel Existe y Nueva Canarias.

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, interviene en una rueda de prensa posterior a la Comisión de Presupuestos en el Congreso, el martes. En vídeo, sus declaraciones. Foto: EUROPA PRESS

El portavoz parlamentario de la formación republicana, Gabriel Rufián, solo quiso anticipar el martes en el Congreso que su grupo había alcanzado “un principio de acuerdo” con el Ejecutivo para preservar el pronunciamiento formal que se producirá en la mañana de este miércoles, cuando a partir de las 9.30 se reuna en Barcelona la ejecutiva de ERC. A continuación, el líder de esta formación, Pere Aragonès, y Rufián desde Madrid, ratificarán el acuerdo y aportarán algunas novedades a las enmiendas ya cerradas el lunes en una reunión en la capital entre delegaciones de ambas partes.

En esa cita, en la que participaron por un lado miembros de la Consejería de Hacienda catalana, del grupo parlamentario y de ERC, y, por otro, la titular del ministerio y los máximos responsables del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra y Rafael Simancas, se cuadraron los cuatro puntos básicos para englobar al partido republicano en el bloque en favor de los Presupuestos.

La enmienda más relevante es la que “devolverá la plena autonomía a la Generalitat de Cataluña para gestionar sus gastos”, según los republicanos. Lo que Rufián catalogó como “el fin del 155 financiero aplicado por el Gobierno de Mariano Rajoy y el ministro Cristóbal Montoro a Cataluña” y con el que entiende que “se acaba con la tutela y los abusos del Ministerio de Hacienda contra la economía catalana”.

El Gobierno catalán considera cercenada su independencia financiera desde que en 2015 el Ejecutivo central, presidido entonces por Rajoy, aplicó una serie de controles a sus disposiciones de fondos para evitar que se destinasen a fines independentistas. Esos controles sobre ingresos y gastos fueron previos a la aplicación del artículo 155 de la Constitución con el que se intervino al Ejecutivo catalán tras el referéndum independentista de octubre de 2017. El Gobierno central actual ya levantó alguna de esas restricciones cuando llegó al poder hace dos años, pero no sobre el control de los gastos.

El portavoz de ERC agregó a ese apartado de las cesiones arrancadas en esta negociación la ampliación de la moratoria del pago de los autónomos a la Seguridad Social hasta marzo de 2021, un trimestre más, y con el compromiso de alargarlo más tiempo. En Cataluña, recordó Rufián, el 98,9% de las empresas son pymes y autónomos.

“El paraíso fiscal de Madrid”

ERC destacó que había logrado que el Ejecutivo central apoye la creación de un comité bilateral para el estudio de una “reforma fiscal total, justa y progresiva”. Y ahí es donde se ha incluido un grupo de trabajo sobre un impuesto más progresivo para las grandes fortunas y “acabar con el dumping fiscal de facto y con el paraíso fiscal montado por la derecha en la Comunidad de Madrid”. El partido republicano e independentista catalán reclama hace tiempo un mismo impuesto de Patrimonio para toda España para acabar y “armonizar” las diferencias actuales entre territorios.

La tercera reclamación pactada por ERC consiste en la liquidación de la deuda existente en las becas de Educación desde 2015 a 2020. Rufián destacó que el objetivo de ERC en esta negociación era “ser útiles” más que demostrar su independentismo. El dirigente republicano fue cauto para no hablar aún de acuerdo definitivo, pero no ocultó que las posiciones están más que cercanas.

Fuentes de ERC admiten que en estos últimos días, además de negociar con el sector socialista del Gobierno, también habían mantenido contactos frecuentes con PNV y Bildu, por intereses comunes y para presionar al PSOE e “invalidar a Ciudadanos en la ecuación” de los posibles socios.

El PNV, sin embargo, maneja su propio estilo en este tipo de procesos negociadores, en los que tiene mucha experiencia. Su portavoz en la Cámara baja, Aitor Esteban, también quiso comparecer este martes en el Congreso para oficializar su satisfacción por el acuerdo trabado “a uña de caballo” por su partido y por haber incorporado al proyecto de cuentas públicas del Estado la mitad de sus 85 enmiendas planteadas.

Esteban y el PNV también han celebrado reuniones y contactos a varias bandas y de hecho el lunes perfiló, a las 2.30 de la madrugada y por teléfono, el pacto de la enmienda definitiva con la ministra de Defensa, Margarita Robles, para que ese ministerio facilite la cesión para usos urbanísticos al Ayuntamiento de San Sebastián de los terrenos que ocupan ahora los cuarteles de Loyola en una ciudad con graves problemas y carencias por falta de espacio para urbanizar. El Ayuntamiento tendrá que dar a cambio a Defensa terrenos en otra zona para la construcción de sus cuarteles.

El pragmatismo del PNV

Pragmático como siempre, Esteban enumeró una serie de inversiones y acuerdos sobre la energía eólica, los centros tecnológicos y hasta la supresión de 13 pasos a nivel ferroviarios. Pero concedió que ante un Congreso cada vez más fragmentado es más complejo su trabajo que nunca: “Todas las negociaciones en las que he estado han sido diferentes, con circunstancias diferentes, y en cada momento hay que saber qué es lo importante y lo posible”.

Lo que no quiso reconocer Esteban es que la privilegiada interlocución con los Gobiernos centrales del PNV se pueda ver ahora relegada por la irrupción de EH Bildu como otro socio potencial, al menos para algunos asuntos, como se ha observado con la polémica enmienda sobre la prohibición de los desahucios hasta 2023. Un resquemor que sí admitió el presidente del PNV, Andoni Ortuzar.

Todas estas posiciones, pero en especial la de ERC, encendieron este martes los ánimos de los responsables de Ciudadanos, que intentaron mantener unas horas más la incógnita de su voto el jueves de la semana que viene en el pleno en el que todos los partidos tendrán que pronunciarse sobre el resultado de estas negociaciones sobre las enmiendas parciales a los Presupuestos.

El portavoz adjunto de Ciudadanos, Edmundo Bal, compareció también para explicar que su partido había firmado una transacción con el PSOE para la creacción de la tarjeta sanitaria única en toda España. Bal no quiso aceptar la realidad del inminente acuerdo del Gobierno con ERC y retó a esa formación a votar su enmienda. Los republicanos no mostraron ninguna inquietud ante ese emplazamiento.

Ciudadanos pretende estirar al máximo su negociación para presentarse como un partido rentable en el centro del tablero político, también pensando, como ERC, en la próxima campaña de las elecciones catalanas del 14 de febrero. Pero en Ciudadanos ya empiezan a asumir que el Gobierno de Pedro Sánchez y Unidas Podemos ha tomado partido por la vía de asociarse con el PNV, ERC y Bildu y que entonces no podrán encontrar refugio siquiera en la abstención y acabarán en el bando del no con PP, Vox y JuntsxCat.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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