El Gobierno lanza un plan legislativo que corregirá la reforma laboral
Tendrán prioridad los convenios de sector, con prórroga automática
A pesar de la crisis que generó el pacto con Bildu en mayo, y las tensiones entre la vicepresidenta Nadia Calviño y sectores del PSOE y de Unidas Podemos, la reforma laboral sigue en la agenda del Ejecutivo. Al menos las partes más urgentes, que estaban en el programa de Gobierno de coalición. Después de meses de tira y afloja, las cuestiones más urgentes —prórroga automática de los convenios, supresión de la prioridad de los de empresa, subcontratación y descuelgues— han estado este martes en un amplio documento que ha aprobado el Consejo de Ministros con una agenda legislativa.
La reforma laboral y los impuestos dominan la batalla interna dentro del Gobierno de coalición desde su fundación. En el camino ha habido otros puntos de fricción, desde la ley de violencia sexual hasta la renta mínima pasando por la Monarquía, pero estas dos cuestiones troncales atraviesan todos los debates económicos del Ejecutivo. Unidas Podemos, que no en vano reclamó y obtuvo en la negociación el Ministerio de Trabajo, que dirige Yolanda Díaz, aprieta desde el principio para sacar adelante varias modificaciones de la reforma laboral. Ya se hizo la primera de las prometidas en el programa, la derogación de la posibilidad de despido por absentismo causado por bajas por enfermedad, pero quedan las más delicadas.
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha insistido en que no es el momento, en plena crisis, para tocar la polémica reforma laboral del PP, de 2012. Esto supuso un enfrentamiento fuerte entre Calviño y un sector del PSOE cuando los socialistas pactaron con Bildu, para lograr su apoyo al estado de alarma, la “derogación íntegra” de la reforma. El PSOE se vio obligado a matizar. La derogación íntegra no está encima de la mesa —no lo ha estado nunca— pero sí cambios en algunas partes importantes. En especial ahora se marcan como prioritarias la ultraactividad (mantener la vigencia de los convenios mientras no se negocien otros), la supresión de la prioridad de convenios de empresa, la subcontratación y los descuelgues.
En cualquier caso, en el plan normativo aprobado este martes, y en el discurso del Gobierno, también de la parte de Unidas Podemos, se dejará muy claro que esas reformas se tratarán dentro del diálogo social, y por tanto que surgirán del acuerdo entre empresarios y sindicatos. Está por ver qué sucede si, como es probable, no hay acuerdo en el diálogo social.
Lo que sí han logrado Unidas Podemos y el sector del PSOE que le apoya en este asunto es que la reforma laboral siga en la agenda de las prioridades del Gobierno. Ahora habrá que ver si las negociaciones se dilatan tanto que finalmente la reforma queda pospuesta o aparcada. Pero está decidido, según fuentes de La Moncloa, que estas cuestiones más urgentes de la reforma irán entre el conjunto de objetivos para los próximos meses que este martes ha parobado el Consejo de Ministros. Estará con muchos matices para tranquilizar a la patronal, pero estará.
Unidas Podemos, los sindicatos y algunos sectores del PSOE reclaman que algunas partes de esta reforma se corrijan cuanto antes porque de lo contrario, con la destrucción de empleo que puede traer la crisis, los trabajadores pueden quedarse muy a merced de los despidos o de cambios radicales en las condiciones de trabajo y bajadas salariales muy fuertes en otoño. El sector del Gobierno que rechaza este retoque, liderado por Calviño, señala lo contrario: que no se pueden poner más dificultades a las empresas en un momento delicado para ellas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.