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Pedro Sánchez prioriza a Ciudadanos en la ronda de consultas con los partidos políticos

El presidente recibirá a Inés Arrimadas el próximo miércoles después la reunión que mantendrá con Pablo Casado

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una videoconferencia con el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, el pasado 20 de abril.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una videoconferencia con el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, el pasado 20 de abril.Moncloa (Europa Press)

Pedro Sánchez no esconde la importancia estratégica que otorga a Ciudadanos para la aprobación de los Presupuestos. Una elección que, pese a Unidas Podemos, cuenta cada vez con más adeptos en el Gobierno. El presidente abrirá el próximo miércoles, 2 de septiembre, en La Moncloa con Pablo Casado la ronda de contactos con los líderes de las principales fuerzas parlamentarias para abordar el repunte de la pandemia del coronavirus y la situación política. Esa cita está prevista a las diez de la mañana. A las cinco de la tarde el jefe del Ejecutivo recibirá a Inés Arrimadas. La decisión no es casual, según indican fuentes gubernamentales a EL PAÍS. Las distintas voces consultadas coinciden en que implican un reconocimiento a la “oposición constructiva” que ha adoptado el partido, diametralmente diferente a la que mantuvo con Albert Rivera. Paradojas de la política, su rol puede ser ahora mayor tras pasar de 57 a 10 diputados en las elecciones generales del pasado noviembre y quedar relegada a sexta fuerza del Parlamento.

El apoyo de Ciudadanos a las seis prórrogas del estado de alarma, sobre todo en las tres últimas ―el PP se abstuvo en la cuarta y votó en contra en las dos últimas―, el acercamiento durante la comisión de reconstrucción y en definitiva la relación que se ha ido forjando entre el PSOE y Ciudadanos durante la pandemia han sido determinantes. Fuentes gubernamentales explicaban este miércoles, mientras se cerraban las agendas con los diferentes partidos, que el reconocimiento a Ciudadanos, a cuya líder se reserva un puesto relevante, solo por detrás del PP en su condición de principal partido de la oposición, era “inamovible”. La cita con Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, se dejó para el día siguiente a las 10.30. Un guiño más del orden de prioridades del Gobierno, donde aumenta la desconfianza hacia uno de los socios claves de la investidura de principios de año. Una distancia que quedó patente durante la pandemia y que se ha ido acrecentando a la espera de las elecciones catalanas, todavía sin fecha y en las que Esquerra y Junts competirán por la hegemonía en el electorado independentista. Otra señal de que la relación no atraviesa su mejor momento es que La Moncloa informó por sus canales oficiales de las dos primeras reuniones que mantendrá Sánchez, pero no lo hizo del encuentro que se cerró con los republicanos, que cuentan con 13 diputados en el Parlamento, tres más que Ciudadanos.

Una prueba más de la consolidación de los contactos entre el Gobierno y Ciudadanos son las dos reuniones que se han mantenido al más alto nivel en junio y agosto. El Ejecutivo estuvo representado en la última, el pasado 3 de agosto, por la vicepresidenta primera, Carmen Calvo; la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias; el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños; y el secretario de estado de Relaciones con las Cortes, José Antonio Montilla. El portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal, encabezó la delegación de su partido junto a la secretaria general, Marina Bravo; el vicesecretario general primero, Carlos Cuadrado; y el vicesecretario general adjunto, José María Espejo.

La cita con Casado será la primera, y tendrá como ejes principales, según ha informado La Moncloa, la “despolitización” de la lucha contra la pandemia y el desarrollo de las medidas de cogobernanza, la aprobación de unos Presupuestos Generales del Estado, “unos presupuestos de país”; así como la renovación de cargos de las altas instituciones del Estado, como el CGPJ, el Tribunal Constitucional, el Defensor del Pueblo y también RTVE.

La última vez que Sánchez y Casado se vieron cara a cara fue el pasado 18 de febrero, aunque durante el confinamiento mantuvieron un encuentro telemático, el 20 de abril, en el que acordaron convertir la mesa de reconstrucción en una comisión parlamentaria. En mayo, Sánchez también le telefoneó para intentar que el PP apoyara la cuarta prórroga del estado de alarma, aunque finalmente los populares se abstuvieron. El líder del PP acude a la reunión del próximo 2 de septiembre “como siempre ha hecho cuando Sánchez le ha llamado”, según fuentes populares. “El PP es un partido responsable, con sentido de Estado y comprometido con el futuro de los españoles, que ejerce una oposición constructiva y leal, y así se ha demostrado proponiendo al Ejecutivo un plan b alternativo en el ámbito jurídico, económico, social y también educativo”, transmiten en el principal partido de la oposición.

La cita se enmarca en un arranque del curso político agitado con la reacción del PP y de las comunidades que gobiernan los populares al ofrecimiento que Pedro Sánchez hizo ayer a los Gobiernos regionales para que soliciten, si así lo estiman, la declaración del estado de alarma en sus territorios para controlar la pandemia. En ese caso, los Ejecutivos autonómicos serían la autoridad competente en su territorio para desplegar todo tipo de medidas de control ―incluido el confinamiento de la población, pero no tiene por qué―, y tendrían garantizados el apoyo de los votos de la mayoría en el Congreso para aprobarlo.

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El PP ha reaccionado de forma furibunda a esta oferta, que considera una dejación de funciones del presidente. “Sánchez ha renunciado a gobernar, a ser presidente del Gobierno, con el planteamiento de Estado de alarma o nada. Es un ejercicio de cobardía política”, ha criticado la nueva portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, esta mañana en Antena 3. El líder del PP se ha reunido este miércoles con todos los consejeros de Sanidad y Educación de sus Gobiernos autonómicos con el fin de coordinar una respuesta, desde el rechazo al planteamiento del Ejecutivo progresista. En opinión del PP, que se negó a apoyar las últimas prórrogas del estado de alarma con el argumento de que Sánchez quería acumular poder y no era necesario para la desescalada, ahora el Gobierno no puede pasar la pelota a las comunidades y debe ponerse al frente. “Sánchez debe asumir que es el máximo responsable y que el virus no entiende de fronteras”, ha reclamado la vicesecretaria de Política Social del PP, Ana Pastor.

Además de la respuesta al aumento de contagios por la pandemia, y los Presupuestos generales, el otro gran asunto en la ronda de contactos es el de la renovación de cargos de las altas instituciones del Estado. “Necesitamos, en una emergencia social, económica y sanitaria robustecer nuestras instituciones y por eso insto sobre todo al Partido Popular a que acuerde con el Gobierno la renovación de instituciones tan importantes”, recalcó Sánchez en su comparecencia ayer en La Moncloa. “En medio de una emergencia múltiple gravísima inédita, sanitaria, económica y social, necesitamos instituciones fuertes, robustas. Y su fortaleza viene de su legitimidad. Debemos facilitar su funcionamiento y su actualización”, insistió en otras dos ocasiones, en las que reclamó “la máxima generosidad y sobre todo la máxima responsabilidad” a todas las fuerzas políticas. Pero el mensaje estaba especialmente dirigido al PP. El líder de la oposición, sin embargo, no está por facilitar ningún acercamiento, con el cese de la portavoz parlamentaria, Cayetana Álvarez de Toledo, todavía muy reciente, y con la moción de censura que impulsará Vox en septiembre.


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