Vox irrumpe por primera vez en la Junta Electoral Central
PSOE, Podemos y PP fracasan en su intento de cordón sanitario al partido ultra en el órgano que vigila los procesos electorales
Vox entrará por primera vez en la próxima Junta Electoral Central, el órgano que vela y vigila por el buen funcionamiento, la transparencia y la objetividad de los procesos electorales. Los intentos del PSOE, Unidas Podemos y PP por aplicar a la formación de ultraderecha un cordón sanitario han fracasado. Vox sustituirá al representante de Ciudadanos en la renovada Junta Electoral, tras un acuerdo que se firmó el 16 de junio y que se plasmará el lunes y martes en la Mesa del Congreso.
La Junta Electoral Central está compuesta por ocho magistrados de diferentes salas del Tribunal Supremo elegidos por sorteo y cinco catedráticos de Derecho o de Ciencias Políticas y Sociología propuestos por los partidos. El órgano debía haberse renovado hace meses, pero los partidos no se pusieron de acuerdo en gran parte por la potente irrupción de Vox con 52 diputados en las Cortes tras las elecciones del pasado noviembre. La renovación debe realizarse en los 90 días siguientes a las elecciones, un plazo que concluyó sin éxito el 3 de marzo pese a los requerimientos urgentes de los servicios técnicos de la Cámara baja.
PSOE, PP y Podemos negociaron con discreción para evitar la entrada de Vox, prorrogar la labor de los componentes de la anterior Junta Electoral y dejar en su lugar al candidato que ya estaba de Ciudadanos, que había bajado tras las elecciones de 56 a 10 escaños. Esa jugada no salió.
El artículo 9.2 de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General especifica que cuando se cumpla el mandato de los 90 días sin acuerdo para renovar a los miembros no judiciales de la Junta Electoral, la Mesa del Congreso “procede a su designación, en consideración a la representación existente en la misma”. Vox se ha agarrado con uñas y dientes a ese apartado y a que son en número el tercer grupo de la Cámara. Los letrados del Congreso, además, han aconsejado a los partidos políticos que propugnaban el veto a Vox que se olvidaran de esa idea porque si la formación ultra optaba entonces por impugnar los nombramientos de los demás miembros de la Junta tendrían casi todas las opciones de ganar y el problema creado sería mayor.
Vox ya avisó entonces, en marzo pasado, de que quería entrar en la Junta Electoral y de que tenía candidatos. Y los ha presentado. El aspirante ya registrado oficialmente por Vox es José Miguel Serrano Ruiz-Calderón, que cumple de entrada por los pelos con el requisito exigido de ser catedrático, porque adquirió esa condición el pasado mes de abril, en pleno confinamiento de la pandemia. Serrano en realidad es un experto en filosofía y bioética, y es miembro del Comité Nacional de Bioética desde 2013.
Tras constatar el secretario general del Grupo Socialista, Rafael Simancas, entre sus contactos políticos la imposibilidad del veto a Vox, el acuerdo con los demás partidos para el reparto de esos cinco puestos de expertos se cerró el 16 de junio, pero se tuvo que postergar por la enfermedad de otro de los componentes, ya recuperado.
El examen parlamentario a los candidatos se resolverá este lunes en la comisión de nombramientos del Congreso tras una breve exposición de sus curriculos y sus respuestas a algunas preguntas y el martes la Mesa de la Cámara baja los ratificará. La nueva Junta Electoral con Vox dentro se citará ya por primera vez la semana siguiente, cuando la anterior celebre su última sesión escoba para tramitar todos los asuntos pendientes.
Entre los cinco candidatos expertos, al margen del de Vox, el PSOE ha mantenido a los dos suyos (Juan Montabes y Consuelo Ramón), el PP también (Carlos Vidal), y Podemos ha cambiado de criterio. En la anterior Junta estaba Inés Olaizola y ahora entrará María Esther del Campo García, que es la decana de la facultad de Ciencias Políticas de la Complutense. Del Campo presentó el 4 de marzo al actual vicepresidente segundo del Gobierno en una charla que Pablo Iglesias ofreció en el campus de Somosaguas, en la que padeció un escrache, y en la que aludió a su recuperación algún día para las clases como “el hijo pródigo”.
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