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La policía pone fin a la huida de ‘El Sapo’ en la Costa del Sol

El fugitivo estuvo vinculado al robo de cuadros de Esther Koplowitz en 2002, se le relacionó con Los Miami, tenía dos detenciones previas y estaba en busca y captura

Un control de la Policía Nacional en Málaga.
Un control de la Policía Nacional en Málaga.Garcia-Santos (El Pais)
Nacho Sánchez

Con una orden de detención procedente de Kenia, una gran movilidad internacional, una identidad francesa, otra española y algunas más falsas, los agentes de la Policía Nacional que lo buscaban sabían que no iba a ser fácil dar con él. Cuando recibieron la información de la Interpol, Jean Emmanuel, alias El Sapo, tenía tras de sí un reguero de delitos entre los que se incluyen una estafa de un millón de dólares en la compraventa de oro. También dos detenciones: una en 2002 por estar relacionado con el robo —un año antes— de varios cuadros en el domicilio de Esther Koplowitz y otra en 2011 junto a la banda que lideraba Ángel Suárez Flores, Casper, en una operación contra el crimen organizado. “No esperábamos que fuera tan rápido”, dice uno de los agentes que ha participado en la que es, ya, su tercera detención. Esta vez como fugitivo. Es solo uno de los tres prófugos que la Policía Nacional detuvo la semana pasada en la Costa del Sol en una operación rápida.

Sin portar documentación, El Sapo fue detenido el pasado 18 de junio en una urbanización de lujo de Marbella (Málaga, 143.386 habitantes). No tenía fijada allí su residencia, sino que la cambiaba con frecuencia. Lo hacía a lo grande: se ha seguido su rastro por varias ciudades españolas y europeas, además de Dubai. Recibió a los policías tranquilo. “Dedicándose a lo que se dedica, debe estar más que curtido ya”, cuentan fuentes policiales. Otras añaden que “tienen un historial delictivo considerable”. De hecho, se le achacan supuestos delitos de narcotráfico, secuestro, lesiones, robo con violencia, extorsión, blanqueo de capitales y asociación ilícita, entre otros. Además de a la banda de Casper, también se le vincula a Los Miami, cuyo cabecilla, Álvaro López Tardón, fue condenado en 2014 a 150 años de cárcel en Estados Unidos como líder de una red internacional de tráfico de estupefacientes y blanqueo de capitales.

Tres detenciones en cinco días

La detención de El Sapo es prácticamente un día más en la oficina para los miembros de la Sección de Fugitivos de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) Central en colaboración con Udyco Costa del Sol. “En el litoral de Málaga hay muchos objetivos”, relatan fuentes policiales. Y tanto. En la operación de la semana pasada que duró cinco días, arrestaron a otros dos fugitivos más en colaboración con el Grupo de Relaciones Internacionales de la Comisaría Provincial de Málaga y la Red Europea de Equipos de Búsqueda Activa de Fugitivos.

El 16 de junio, los policías arrestaron en la ciudad de Málaga a un ciudadano sueco buscado en su país por estar presuntamente implicado en un asesinato. Según las fuerzas de seguridad del país nórdico, el ahora arrestado preparó en 2018 un crimen que él mismo acabó ejecutando a cambio de “un abultado pago” de dinero, tras lo cual se escondió en tierras malagueñas.

Más tarde, el día 19 y de nuevo en un lujoso residencial marbellí, los agentes detuvieron a un ciudadano lituano buscado en su país desde 2007. Aquel año había comenzado, presuntamente, a dirigir una organización criminal que ha estado en funcionamiento hasta el pasado 2019. En este tiempo, su grupo se ha dedicado especialmente al tráfico de drogas, pero también al contrabando ilegal de armas de fuego, el blanqueo de bienes e incluso habían intentado un asesinato. Desde España había organizado una red de tráfico ilegal de cocaína procedente de Sudamérica y de hachís con origen en África para su distribución por Europa, especialmente por los países del norte. De hecho, tenía otra Orden Europea de Detención y Entrega en vigor en Polonia.

Finalmente, también la semana pasada y en la localidad de Vélez-Málaga (81.643 habitantes), la Policía Nacional detenía a A. J., un marroquí de 37 años reclamado internacionalmente tras una detención por tráfico de drogas. Esta vez fue en un control policial. Según recoge la orden de búsqueda, se dedicaba al transporte, exportación y comercialización de drogas. De hecho, intentó cruzar el puesto fronterizo de Guergarat -en el límite entre Sahara occidental y Mauritania- con un camión cargado de más de 7.000 kilos de resina de cannabis ocultos entre una carga de papel A4.

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