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Cae en Dubái el sicario más buscado de la Costa del Sol

Amir Mekky, considerado autor de dos asesinatos y dos atentados con explosivos en la costa malagueña, lideraba una banda a la que se le atribuyen otras 17 muertes en Suecia

Nacho Sánchez
Amir F. Mekky en una imagen difundida por el gobierno de Dubái.
Amir F. Mekky en una imagen difundida por el gobierno de Dubái.Dubai Media Office

El sábado 12 de mayo de 2018 era un día importante para David Ávila, alias Maradona. Su hijo celebraba la comunión en la iglesia de la Virgen del Rocío, en San Pedro de Alcántara (Marbella). Tras salir del templo y cuando ya estaba en el interior de su vehículo, un motorista vestido de negro y encapuchado se le acercó. Le disparó tres veces a bocajarro delante de su familia. Tenía 37 años, movía cocaína y murió horas después en el hospital Costa del Sol. Muy cerca de allí, el 20 de agosto, un individuo vació un cargador completo —nueve balas— sobre Sofian Mohamed, alias Zacato, en plena madrugada y frente a su villa de lujo en Estepona. En la primera ocasión el pistolero escapó en moto. En la segunda, en bicicleta. Se trataba de Amir Faten Mekky, según la Policía Nacional. Este danés de origen iraní también se encargó supuestamente de detonar dos bombas el 10 de octubre de 2018 en una urbanización de Benahavís y una nave industrial marbellí. El servicio secreto de Dubái le detuvo ayer por la mañana a petición de las autoridades españolas.

Aficionado al ajedrez y al kickboxing, Mekky nació en Malmoe. Cumplió 23 años a principios de mayo. A pesar de su juventud, llevaba años como jefe de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas y especializada en ajustes de cuentas a la que se atribuyen 17 asesinatos en Suecia. Todos los integrantes, entre los que se encontraba su hermano, tenían entre 20 y 30 años. Eran conocidos como los suecos. “No hemos conocido un grupo más violento hasta ahora”, explicaban hace un año agentes de la Unidad contra la Delincuencia y el Crimen Organizado de la Policía Nacional (UDYCO). Actuaban como “una auténtica casa de cobro” entre bandas de narcotraficantes, según relatan fuentes policiales. Recibían los encargos, ejecutaban a sus víctimas, cobraban su dinero y seguían moviendo estupefacientes hasta el siguiente trabajo. Sus integrantes han ido cayendo en diferentes operaciones en Suecia —donde residían— y España. Primero fue la operación Rueda, que acabó con nueve detenidos. Después llegó Mudhika-Letonia, en la que participaron también la Guardia Civil y la policía sueca, que culminó con otros tres arrestos. Él, sin embargo, siempre escapaba. “Llevamos mucho tiempo detrás de él”, subrayan fuentes policiales.

Operaciones en Tailandia y Oriente Medio

Amir F. Mekky, tras su detención ayer en Dubái.
Amir F. Mekky, tras su detención ayer en Dubái. Dubai Media Office

Concretamente, el sicario lleva huyendo dos años. Tras los atentados con explosivos en la Costa del Sol —uno frente a la casa de un histórico narco y otro junto a un gimnasio de Maradona quemó el vehículo en el que se había movido por el litoral malagueño. Después, cruzó el Estrecho de Gibraltar hasta Marruecos. Desde allí, viajó a Emiratos Árabes Unidos y, más tarde, el 14 de noviembre de 2018, llegó a Dubai. A partir de ahí, comenzó un periplo por numerosos países entre Europa y Asia, especialmente por Oriente Medio. También en Tailandia, donde la Policía Nacional llegó a localizarle. Incluso puso en marcha una operación en colaboración con las autoridades locales después de conocer que podía estar escondido en un establecimiento hotelero en una zona remota de aquel país. No lo encontraron y volvió a desaparecer del mapa.

Los investigadores volvieron a poner su mirada en Qatar y Dubái. Allí, finalmente, lo encontraron. No fue fácil. “La colaboración de las autoridades suecas fue esencial para conocer algunas de las identidades falsas que Mekky había utilizado en sus viajes”, relatan fuentes policiales. En la mañana de ayer fue arrestado por tráfico de drogas en su casa en una redada organizada por el Dubai’s State Security, que llevaba vigilándole desde hacía varios días. Las autoridades españolas, que han iniciado ya los trámites de extradición, le acusan de dos asesinatos y la detonación de dos bombas en Málaga. La violencia no cesa en la provincia: esta semana un hombre era tiroteado en Marbella en un nuevo ajuste de cuentas.

“Tomaba extraordinarias medidas de seguridad”, ha explicado esta tarde la Policía Nacional en un comunicado, “a fin de evitar dejar un rastro”. Una gran movilidad entre países, el uso de —al menos— ocho identidades diferentes o comunicaciones encriptadas eran algunos de esos métodos, con los que ha conseguido evitar a las fuerzas de seguridad. La cooperación de la Policía Nacional con la de Suecia, donde consiguieron averiguar algunas de esas falsas identificaciones, ha sido clave en la recta final del caso para dar con su paradero. El arresto “envía un mensaje claro de que Dubái no tolerará las actividades criminales internacionales, incluso si los crímenes no se han cometido en los Emiratos Árabes Unidos”, ha subrayado el Gobierno de Dubái en un comunicado de prensa, donde también vinculan la actividad de Amir Faten Mekky a la de Radwan Al-Taghi, al que consideran “líder de la banda motera Ángeles de la Muerte que fue arrestado en Dubai en diciembre de 2019 y entregado a Holanda”.

Para su detención, los investigadores de la Policía Nacional han contado con la colaboración de Interpol y Europol, la agregaduría del Interior del Reino de España en Dubái, Qatar y Tailandia, la Dubai State Security y los miembros de la Red Europea de Equipos de Búsqueda Activa de Fugitivo en Suecia.

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