Las restricciones por el coronavirus paralizan las expulsiones de inmigrantes
Ante la imposibilidad de devolverles a sus países, el Defensor del Pueblo pide la liberación de los internados en los CIE
Las restricciones para frenar la expansión del coronavirus impuestas por más de 120 países a personas procedentes de España dejan en suspenso las repatriaciones forzosas de inmigrantes. El Ministerio del Interior mantiene que no hay ninguna orden de paralizarlas, pero en la práctica es casi imposible ejecutarlas. Antes de la emergencia sanitaria, la inmensa mayoría de las expulsiones eran de nacionales de países que ahora han prohibido la entrada a ciudadanos procedentes de España o que han suspendido sus conexiones aéreas o marítimas, según el listado del Ministerio de Exteriores.
Los dos casos con más impacto son los de Marruecos y Argelia, que cerraron sus fronteras y cuyos nacionales ocupan siempre el primer y segundo puesto de expulsados, muy por encima del resto. Fuentes policiales reconocen que, ante el cerrojazo ―por tierra, mar y aire y por tiempo indefinido― no será posible devolver a los inmigrantes de esos países a los que se traslada generalmente en barco. En 2017, las expulsiones y devoluciones de marroquíes y argelinos supusieron el 75% de las 9.326 órdenes ejecutadas, según los últimos datos oficiales disponibles, recogidos en una respuesta parlamentaria a la exsenadora Maribel Mora (Podemos).
Lo mismo ocurre con Colombia, Rumanía, Georgia, Ecuador, Paraguay y República Dominicana, el segundo grupo de países a donde más se devuelven inmigrantes en situación irregular en España. Ninguno de ellos permite la entrada a personas procedentes de España. Juntos sumaron el 12% del total de expulsiones. La excepción entre los primeros países del ranking de expulsiones es Brasil, donde su presidente, Jair Bolsonaro, que ve “histeria” en torno a la pandemia, está dilatando la decisión de cerrar fronteras.
Otros países que admiten de vuelta con frecuencia a sus nacionales, como Albania, Argentina, Bolivia o Portugal, también han blindado sus fronteras.
Una de las pocas excepciones es Mauritania, desaparecida en los registros de los últimos años, pero que en los últimos meses ha recibido al menos nueve vuelos de repatriación llenos de migrantes llegados a las islas Canarias. El país no ha cerrado aún su frontera a los que proceden de España, pero sí les impone cuarentena, una medida que dificulta la admisión de vuelos de repatriación en los que viajan cerca de medio centenar de migrantes.
Salidas de los CIE
La imposibilidad de expulsar inmigrantes tiene un impacto directo en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), donde la ley permite encerrar a quien está en situación irregular en España un periodo máximo de dos meses mientras se tramita su repatriación. Según informan fuentes jurídicas y policiales, la pandemia del coronavirus limitará su funcionamiento, ya que la normativa solo respalda el internamiento con el objetivo de garantizar la devolución. Por tanto, si la mayoría de países de origen de los inmigrantes internados han prohibido la entrada de personas procedentes de España, los jueces tendrán más difícil autorizar su confinamiento en estos centros. “Si la finalidad es la devolución, ante la actual circunstancia excepcional, su internamiento carece de sentido”, admiten fuentes de la Fiscalía.
España cuenta actualmente con siete CIE, que suman 876 plazas, según los datos facilitados por el Ejecutivo a través del portal de Transparencia. Fuentes de Interior aseguran que la ocupación en este momento se encuentra al 59%. En diciembre, en cambio, era del 89%, según consta en una respuesta parlamentaria al diputado Jon Iñarritu (EH-Bildu). La previsión es que este porcentaje disminuya conforme los internos se acercan al cumplimiento de los 60 días de encierro. “Los van a ir dejando en libertad según se cumpla su estancia en el CIE y serán entregados a las ONG para que se hagan cargo de ellos, según los convenios suscritos con el Ministerio de Interior”, señalan fuentes policiales. Otros criterios, como si cuentan con redes familiares en España, serán tenidos en cuenta.
Interior mantiene que no hay una orden generalizada para el cese de los internamientos, pero en los últimos días, según ha podido saber este periódico, se han multiplicado las salidas de internos que no habían cumplido el tiempo máximo de 60 días. “Se están analizando caso por caso las causas del ingreso y se están poniendo en relación con la capacidad de retorno”, aseguran fuentes del ministerio.
Ante tal coyuntura, el Servicio Jesuita de Migrantes (SJM) ya ha exigido al Gobierno que libere a los encerrados que no puedan ser expulsados y les ofrezca “alternativas de protección”. “La falta de información está derivando en brotes de violencia en los CIE”, recuerda la ONG, después de que un grupo de migrantes se amotinara el martes en el CIE de Aluche (Madrid).
El Defensor del Pueblo mantiene una posición similar. “En el caso de los extranjeros internados en un CIE, se da la particularidad de que su privación de libertad tiene como fin exclusivo asegurar la materialización de su devolución o expulsión. Las circunstancias actuales impiden que se pueda dar cumplimiento a esta finalidad por lo que, a juicio del Defensor del Pueblo, estas personas deben ser puestas en libertad”, apunta la institución en un escrito en el que se da respuesta a la consulta de la Asociación de Abogados Extranjeristas.
En ese mismo documento, el órgano liderado por Francisco Fernández Marugán añade que dicha iniciativa debe considerarse de inmediato para proteger la salud de los internos, los policías y “todo el personal que presta servicio en los CIE”. A su vez, recalca que la Comisaría General de Extranjería y la Secretaría de Estado de Migraciones ya le han informado de que han iniciado las gestiones para que vuelvan a sus casas los internos que queden en libertad y cuenten con residencia en España; y para que sean derivados a los servicios sociales municipales aquellos que no tengan domicilio en el país.
Tensión en Aluche por el coronavirus
El coronavirus aún no ha llegado al CIE de Aluche, pero la ausencia de medidas de prevención está siendo motivo de protestas de los internos. Este martes se produjo un pequeño motín sin consecuencias, según confirmó el director operativo de la Policía Nacional, José Ángel González. Los veinte amotinados se subieron al tejado para protestar contra la falta de mascarillas, pero enseguida depusieron su actitud. Solo el personal del centro y los efectivos policiales, cuyo despliegue se ha reforzado en los últimos días, tienen acceso al material sanitario. Según ha podido saber EL PAÍS, también se han producido algunos intentos fracasados de fuga.
La situación en el CIE es de gran tensión desde que el 11 de marzo se detectase un caso sospechoso de coronavirus en un grupo de argelinos que ese día entraba en el centro. Inmediatamente, el enfermo fue aislado en la sala de preingreso. Varias fuentes confirman que los propios internos llamaron a urgencias ante el empeoramiento del estado de salud del paciente, pero ninguna ambulancia llegó a entrar en el complejo. La situación fue gestionada en todo momento por los propios médicos del CIE. El enfermo dio negativo por Covid-19 en las dos pruebas que se le practicaron y evoluciona favorablemente.
Con información de Marcos Lema.
Información sobre el coronavirus
- Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia
- El mapa del coronavirus: así crecen los casos día a día y país por país
- Guía de actuación ante la enfermedad
- En caso de tener síntomas, estos son los teléfonos que se han habilitado en cada comunidad
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.