Los madrileños estaban ya alarmados
Hiperinformados en estos días, muchos ciudadanos se muestran decididos a quedarse en casa
Si madrileños son todos los que viven en Madrid, sin importar el lugar de origen, la canaria Sofía Morales es de las últimas en sumarse a la lista. Llegó este miércoles después de cuatro días viajando en los que, a medida que se acercaba a su destino, aumentaba la crisis sanitaria. “Ahora mismo no sé en qué momento pensé en venir...”. Hace algo más de una hora escuchó en su nueva casa el mensaje del presidente, Pedro Sánchez. Estado de alarma. Bajó a la farmacia, a darle una vuelta al perro y media vuelta. Así hace desde que llegó. Una mudanza directa al encierro en el foco del coronavirus.
En un rápido paseo por el centro, el anuncio de Sánchez no parece haber sorprendido a los ciudadanos, que en los últimos días habían ido tomando conciencia de la importancia de limitar al máximo sus movimientos. “Yo tomaría medidas aún más fuertes”, dice Lola Moragues, que lleva cuatro días en casa y solo ha salido de “emergencia” a una consulta médica con su hija y “de paso” a comprar leche. Doce botellas.
Con ellas se cruza Javier Ramírez, ingeniero de 32 años que teletrabaja y tras escuchar al presidente también bajó a por leche. Dice que lo lleva “tranquilamente” y tampoco se muestra impresionado por un mensaje institucional que coloca a España en una situación que hasta ayer solo se había vivido otra vez en democracia —durante la crisis de controladores en 2010—. “Tarde o temprano habrá que cerrar Madrid, hay que cumplir las medidas”, pronostica.
Las noticias de los madrileños que aprovecharon este viernes para salir de Madrid hacia otros destinos se superpusieron a las de los que se quedan y cumplen con lo que, al menos hasta ahora, es una recomendación de no salir de casa. Pero los segundos son muchos más. “La gente que se va es una irresponsable”, señala Moragues.
La sensación es que a pesar de lo impreciso del mensaje del presidente, que más allá de declarar el estado de alarma no concretó las medidas que se empezarán a tomar, los ciudadanos están preparados para lo que venga. Los casos de China y de Italia marcan un camino que los madrileños, hiperinformados estos días, creen que al final tendrán que recorrer sí o sí.
Para el tatuador Jay Sánchez, que camina detrás de su mascarilla negra después de cerrar su estudio para las próximas tres semanas, el Gobierno va “demasiado tarde”. Según este australiano de origen, que lleva 13 años en Madrid, “bastaba” con mirar a Italia para adelantarse.
El anuncio de Sánchez para una medida extraordinaria no cambió la vida de Madrid. Antes de que el presidente pusiera al país en estado de alarma, los ciudadanos ya lo estaban.
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