La policía detiene a un turco en Barcelona por formar parte de la cofradía del opositor Gülen
España asume la calificación de terrorista que da Erdogan al grupo del clérigo exiliado en EE UU
España ha detenido por primera vez a un ciudadano turco bajo la acusación de pertenecer a la cofradía del clérigo Fetulá Gülen (FETO/PDY), que Turquía califica de organización terrorista, un criterio que no comparte la UE. El ciudadano turco, de 39 años, cuya identidad no se ha difundido, fue detenido el miércoles cuando salía de su domicilio, en Vilanova del Vallés (Barcelona), “sobre la base de una orden de detención y personación para extradición emitida por el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional por su presunta participación en un delito de colaboración con banda armada terrorista, debido a su implicación en las actividades de la organización FETO/PDY, considerada terrorista por las autoridades del país otomano”, según la nota del Ministerio del Interior.
En febrero del año pasado, la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo ya advirtió a los países de la UE de la necesidad de tramitar las peticiones de extradición de Turquía “de manera transparente, de acuerdo con los estándares internacionales en materia de derechos humanos”, y subrayó que las órdenes internacionales de arresto de Interpol no debían utilizarse para capturar a disidentes, defensores de los derechos humanos, periodistas y críticos con el régimen de Recep Tayyip Erdogan. En el mismo informe, el Parlamento europeo rechazaba las acciones de Ankara en terceros países, como el acoso, secuestro y espionaje de opositores; y expresaba su preocupación por la ilegal abducción y extradición de 101 ciudadanos turcos en 18 países.
El Gobierno turco acusa al clérigo Fetulá Gülen, exiliado en Estados Unidos, de estar detrás del intento de golpe de Estado de julio de 2016, que se saldó con casi 200 muertos. Aquella intentona sirvió a Erdogan para acometer una amplísima purga en los aparatos del estado, que se saldó con 150.000 detenidos y cientos de miles de despedidos. Aunque la mayoría fueron puestos luego en libertad, la Fiscalía turca ha seguido emitiendo órdenes de arresto y en febrero pasado dictó casi 900; entre otras, contra el filántropo y empresario Osman Kavala, que acababa de ser absuelto de encabezar las protestas de 2013 en Estambul. “Los procesos judiciales no pueden ser utilizados para silenciar a los oponentes”, advirtió la Comisión Europea; mientras que el Consejo de Europa denunciaba la situación de los derechos humanos en el país.
La cofradía de Gülen y el partido de Erdogan (el islamista AKP) fueron inicialmente aliados, pero rompieron después de que fiscales próximos al primero investigaran por corrupción a miembros del Gobierno.España ya detuvo en 2017 a dos disidentes a los que Erdogan acusaba de terrorismo (el periodista turco-sueco Hamza Yalçin y el escritor turco-alemán Dogan Akhanli), pero rechazó extraditarlos a Turquía.
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