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Bruselas busca “reiniciar el diálogo” con Erdogan para rebajar la tensión en la frontera griega

La Unión Europea matiza su posición respecto a la respuesta de Grecia y le recuerda que el derecho de asilo debe ser protegido

Lluís Pellicer
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, durante un discurso el 8 de marzo en Estambul.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, durante un discurso el 8 de marzo en Estambul.Murat Kula/Turkish Presidency/dp / DPA (Europa Press)

La Unión Europea ha relanzado este lunes el diálogo con Ankara para tratar de rebajar la tensión en la frontera greco-turca. Tras reunirse en Bruselas con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, los líderes de la Comisión, Ursula von der Leyen, y del Consejo, Charles Michel, anunciaron la apertura de un proceso que durará “semanas”, para clarificar los términos del acuerdo firmado en 2016, que permitió cortar los flujos de migrantes y refugiados hacia la UE a cambio de ayudas. Bruselas también matizó su respaldo a la política de mano dura de Atenas y le exigió que respete el derecho de asilo.

La UE quiere evitar a toda costa una mayor escalada de las tensiones en la frontera entre Grecia y Turquía, donde se agolpan miles de migrantes desde el pasado 28 de febrero. El Ejecutivo comunitario no quiere afrontar otra crisis como la que vivió entre 2015 y 2016, cuando llegaron más de 1,3 millones de refugiados. Bruselas admite que la nefasta gestión de esa crisis abrió heridas entre los socios y desembocó en el auge de movimientos de extrema derecha, nacionalistas y populistas. De ahí la urgencia de zanjar este episodio.

Von der Leyen consideró que la UE está hoy “mejor preparada” que en 2015, pero lo cierto es que dentro de sus 100 primeros días de mandato no ha podido presentar un pacto migratorio, tal y como se había propuesto. Lo hará, dijo, después de Semana Santa. Turquía, no obstante, sigue siendo una pieza clave en esa estrategia de contención. El país alberga a más de 3,7 millones de refugiados sirios, para lo que cuenta con un programa de ayudas de la UE de 6.000 millones firmado en 2016. Sin un nuevo pacto que entierre definitivamente el sistema de asilo aprobado en Dublín en 1990, la UE necesita que Ankara vuelva a los términos del acuerdo. “Para nosotros es importante implementar el acuerdo entre Turquía y la UE en migración”, afirmó Charles Michel.

Los dos líderes comunitarios, pues, no lograron arrancar de Erdogan un compromiso inmediato de dar marcha atrás, regresar al acuerdo y alejar a los migrantes de la frontera. La crisis de la última semana, de hecho, deja claro que las dos partes no entienden igual el acuerdo. Este lunes lo volvieron a constatar en apenas 45 minutos de reunión. Por ello, Erdogan, Michel y Von der Leyen acordaron que el Alto Representante para la Política Exterior, Josep Borrell, evaluará y aclarará junto a su homólogo turco, Mevlüt Çavusoglu, la aplicación del pacto.

El presidente turco ya había amagado con romper ese pacto en varias ocasiones si Bruselas no atendía sus peticiones. Estas consisten en más dinero para atender a los refugiados. Pero no solo eso: también más implicación en Siria o la exención de visados para sus ciudadanos en territorio Schengen.

Michel admitió que se habían discutido otros asuntos sobre las relaciones entre la UE y Turquía, aunque no concretó cuáles. “Es un primer paso para tener un diálogo político más fuerte a corto, medio y largo plazo”, sostuvo. “Es un buen punto de partida de un proceso”, coincidió Von der Leyen tras el encuentro. La presidenta explicó también que la reunión había servido para identificar las “áreas de interés” para ambos lados que requieren ser ejecutadas. “Hemos expresado muy claramente al presidente Erdogan nuestro compromiso de avanzar en estos temas, siempre que esto sea recíproco”, advirtió.

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A pesar de que la actitud de Erdogan ha encendido varias capitales, Berlín ha sido el valedor de alcanzar acuerdos con Turquía. El jefe de filas de los populares europeos, Manfred Weber, apuntó a esa vía. Weber defendió que la UE no puede caer en el “chantaje” de Erdogan, pero dijo que “es hora de empezar una desescalada”. “Una precondición para cualquier ayuda adicional de la UE debería pasar por parar todo el respaldo a los cruces ilegales y alejar a la gente de la frontera”, sostuvo.

En plena tensión en la frontera greco-turca, también el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, había llamado a hallar una vía para que la UE cooperara con un “importante aliado” de la organización. Este lunes, Erdogan pidió de nuevo “apoyo concreto” de todos los aliados en el conflicto de Siria y señaló a Grecia al advertir de que no iba a permitir que un país aliado y vecino sacara tajada de la crisis migratoria, en referencia a las ayudas que va a recibir.

Ayuda de la OTAN

Stoltenberg resaltó el “importante y valioso” papel de Ankara en la Alianza y reafirmó su “fuerte compromiso con su seguridad”. Instó también a Turquía a implicarse en “la búsqueda de una solución a más largo plazo” en la crisis y aplaudió las conversaciones. La UE reconoce la carga que suponen los refugiados para Turquía. "Grecia necesita apoyo, pero también Turquía necesita apoyo”, sostuvo Von der Leyen. De los 6.000 millones de euros previstos en los acuerdos con Ankara, 4.700 millones están ya comprometidos y fuentes comunitarias dan por hecho que pronto se adjudicará el resto.

Berlín, junto a otros socios, ve inevitable desembolsar más recursos para mantener vivo el pacto. Para otros, según fuentes diplomáticas, antes es necesaria una rectificación y volver a la situación anterior al 28 de febrero, cuando Erdogan anunció que ya no controlaría la frontera. “Estamos al inicio de un proceso y no se han puesto cifras sobre la mesa”, resaltó Von der Leyen. Aun así, la presidenta admitió que para hallar esa “hoja de ruta” conjunta todos los asuntos se pondrían sobre la mesa.

La cuestión migratoria, no obstante, vuelve a abrir heridas dentro de la UE. Bruselas ha resuelto, de momento, el reparto de unos 1.500 menores no acompañados que han llegado a las islas griegas. Von der Leyen anunció que Alemania, Luxemburgo, Finlandia, Francia y Portugal se harán cargo de ellos.

Bruselas también decidió poner fin a su actitud acrítica con Grecia, a la que Von der Leyen la semana pasada llamó el “escudo” de Europa. este lunes avisó de que la protección de las fronteras no está reñida con la de los derechos fundamentales, entre ellos el de asilo. Y se mostró partidaria de que se investiguen las denuncias sobre la actuación policial. “Las respuestas deben ser proporcionadas. Las incidencias de supuesta violencia deben investigarse. El uso excesivo de la fuerza es inaceptable”, afirmó.

Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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