Leiva habla de sus ataques de pánico: “He aprendido a convivir con el bicho de la ansiedad”

Leiva (Madrid, 44 años) ha hablado sobre la ansiedad que padece desde hace más de una década y de los ataques de pánico que ha sufrido. Sonic Ranch, en Texas; Malasaña, en Madrid, y su casa de campo en la Sierra de Guadarrama son los tres escenarios que forman parte del reportaje en El País Semanal, que durante un año ha acompañado al músico en la gestación de su nuevo disco, ‘Gigante’. “Lo que me suele bloquear más y que está estrechamente ligado con la autoestima o con la confianza en uno mismo, es tratar de no defraudar a la gente que me sigue”, explica al periodista Fernando Navarro.

“Tuve el síntoma por definición de los ataques de pánico, que te congelan y te bloquean y te da miedo todo. Con los años he ido domándolo, aprendiendo a convivir con ello porque nunca ha desaparecido, desaparecieron los episodios más agresivos, pero de vez en cuando tengo recordatorios fuertes, lo que pasa es que me asustan un poquito menos. Sé que están ahí a mi lado, me tocan el hombro y me saludan”, cuenta Leiva, que admite que estuvo en terapia un par de años y tomando medicación. “Apareció Macarena García en mi vida y fue como un ángel de la guarda, me sacó de ahí y me curó. Aún hoy sigue siendo un ángel de la guarda, alguien de mi familia que me sigue dando la sensación de casa, me salvó el pellejo”, agrega el ex miembro de Pereza. La actriz, con la que mantuvo una relación amorosa durante varios años, fue un apoyo muy importante y le ayudó desengancharse del orfidal, cuenta el músico. Ya no va a terapia ni se medica.

El año 2013 fue “el peor” de su vida tras una serie de malas noticias en lo personal y en lo profesional. Lo desgrana en el reportaje de El País Semanal en el que explica que fue entonces la primera vez que le dio un ataque de pánico. “Los médicos lo llaman despersonalización o desrealización. Es como si me saliera de mí y me quedo con la sensación de que me voy a desmayar todo el tiempo. Pasa de cero a cien y no puedes hacer nada. Imagínate que estás en ayunas, te fumas un porro de marihuana y te tiran a la Gran Vía en el momento de más tránsito. Esa locura es lo que sientes. Te sales de ti, las cosas suceden en off y piensas que en ese agobio te vas a desplomar”, señala Leiva.

Aquí puedes leer el reportaje completo de El País Semanal: Un año con Leiva en el viaje de su vida.