Un mundo onírico en las fotografías de Sarah Moon
Huyendo de la explicitud y de la sobredocumentación de la realidad, la fotógrafa francesa Sarah Moon lleva más de 50 años retratando mundos en los que se intuye la atemporalidad melancólica de los sueños. La Fundación Foto Colectania de Barcelona reúne una muestra de imágenes elegida por ella misma
Si la fotografía es un arte que tiene la capacidad de parar el tiempo, las imágenes de Sarah Moon (Vichy, 82 años) tienen también la rara habilidad de servir de ventanas al mundo onírico. Una realidad paralela que transcurre a veces entre fogonazos de color, a veces entre desenfoques, y en la que lo explícito pierde valor frente al misterio. “Su fotografía desafía las convenciones de la fotografía tradicional, de la fotografía documental. Es mucho más evocadora”, apunta Irene de Mendoza, directora artística de la Fundación Foto Colectania de Barcelona, que ha trabajado mano a mano con la fotógrafa para construir la exposición Sarah Moon. El tiempo se detiene. Le dieron carta blanca para recrear su mundo y eligió cerca de 90 imágenes y 5 películas producidas por ella misma. Un catálogo extenso para resumir los más de 50 años de carrera de una de las grandes damas de la fotografía del siglo XX, que empezó como modelo retratada por Irving Penn o Helmut Newton y acabó detrás de la cámara con la intención de romper con la mirada masculina sobre la feminidad y la sensualidad. “No hay un pensamiento racional en el montaje salvo que una foto pide otra”, explica la propia Moon, que cita en la exposición a Samuel Beckett en su novela El innombrable: “Eso, decir eso, sin saber qué”. Decir el tiempo. O el eco del tiempo suspendido.
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