El insólito (y diminuto) microhotel en el que pasar la noche en Nantes

La rue de la Fose es de las más transitadas de Nantes, en el oeste de Francia. En ella se encuentran la confitería Georges Gautier o la librería Coiffard, por ejemplo, dos iconos que hablan de una delicada conservación del patrimonio. De bajada, a la derecha, aparece también la rue du Puits d’Argent, que tiene la manía de estrecharse y dejar solo dos metros de ancho para que pase la gente, un intersticio urbano por el que hasta hace poco tampoco era muy agradable circular, pero cuya entrada, de un tiempo a esta parte, no deja de atraer miradas que se alzan. Y es que ahí, en las alturas, encajado entre los edificios, se halla el hotel más particular de la ciudad: Micr’ home, intrigante obra de la joven arquitecta Myrtille Drouet, un albergue al que se trepa mediante una escalera de hierro, al que subimos las maletas con la ayuda de una polea y en el que nos encontramos con un duplex que lo tiene todo en 26 metros. “Este es mi proyecto de fin de carrera en la escuela de diseño de Nantes Atlantique, -explica Mirtylle, que lo terminó con veinticinco años- como parte de mi especialidad en “Mutación del entorno construido”. A través de él quería mostrar que todavía existen en la ciudad espacios aprovechables en los que se puede integrar viviendas”

Micr´home es una integración artística contemporánea en el tejido histórico de Nantes que casa armónicamente con la forma del vacío y, según el curador e historiador del arte Gianni Cudazzo, “también con la poesía y el equilibrio arquitectónicos, pues ofrece la oportunidad de aprehender la ciudad en sus espacios más pequeños para mejorarlos y apreciarlos.” Es una de las residencias de moda en una ciudad que, con el impulso de la estructura cultural Le Voyage à Nantes dirigida por Jean Blaise, se muestra volcada en financiar y fomentar proyectos artísticos de toda índole. No es casualidad que la escultura más defendida por sus habitantes sea el Éloge du pas de côté (elogio del paso a un lado, o sea, de no seguir la norma) del artista plástico Philippe Ramette en la place Bouffay. El precio por noche en Micro´home es de los que invitan a la improvisación: 100 euros entre semana y 120 en fin de semana. Dado el esfuerzo que conlleva subir las escaleras conviene llegar al hotel en plenas facultades.

Sin duda, la idea que consiguió cristalizar Drouet siendo estudiante sigue la línea experimental de arquitectos como los del grupo vienés Haus-Rucker-Co y, a su vez, nos recuerda a las recetas urbanas de Santiago Cirugeda, quien reivindica también la recuperación del espacio público allí donde sea posible.

Esta es, pues, la mejor manera de quedarse colgado en Nantes. Encaramados a 5 metros sobre la calle, el ruido de fondo viene dado por el ritmo de la ciudad, burbujeante en las horas jóvenes del día y que paulatinamente se va apagando con la llegada de la noche. “Por su rapidez de montaje y su desmontaje, el concepto de Micr’home quizás podría ser una solución creativa a la crisis de un determinado tipo de viviendas relacionadas con las necesidades de movilidad laboral o de estudiantes que se desplazan” comenta Gianni. Por su parte, Myrtille añade que, desafortunadamente, numerosas limitaciones (económicas, financieras, reglamentarias) no permiten una gran libertad de innovación a los arquitectos jóvenes. “Esto frena el diseño de proyectos menos convencionales como micr’home, que, sin embargo, podrían abrir la puerta a nuevas formas de vivir la ciudad”.