La conexión entre arte y moda urbana

Confiesa Javier Calleja que, cuando acabó de estudiar Bellas Artes, quería ser un Richard Serra, “como tantos otros estudiantes”. Su camino, sin embargo, no le llevó a crear grandes piezas de acero sino a algo mucho más colorista y conectado con su infancia. “Para llegar a encontrar tu estilo tienes que alcanzar el punto en el que dejas de engañarte a ti mismo y empiezas a conocerte bien”, explica el artista malagueño. “Después de eso, todo empieza a salir solo”.

En su caso, Calleja descubrió quién era como artista a través de sus primeras influencias, relacionadas con el arte pop o el manga. “Llega un momento en el que decides fiarte de lo que te dice la intuición, y en el que retomo esos personajillos que dibujaba de pequeño, a ver hasta dónde me llevan”. Y le llevaron lejos: hoy su obra se ha expuesto en Japón, China, Estados Unidos o Rusia, convirtiéndole en uno de los artistas españoles con mayor proyección internacional, y algunas de sus piezas escultóricas y pictóricas adornan las colecciones de estrellas como J Balvin. Sin ir más lejos, una de ellas se subastó en Hong Kong el año pasado por 1,2 millones de euros.

La clave de esa repercusión está en una obra colorista y de apariencia naif, en la que personajes de grandes ojos y aspecto angelical se cruzan con frases que dejan al espectador descolocado. “Mi escritor favorito es Samuel Beckett, el escritor del absurdo”, apunta. “El texto es lo que une el arte pop y el conceptualismo. Me gusta añadir frases a mis personajes que creen una tensión, un mensaje que cualquiera puede entender pero que no tengan un significado cerrado. Es un mensaje que puede parecer simple y superficial pero que genera una tensión, una chispa, el momento mágico del arte”.

Conexión urbana

La repercusión de Calleja le ha llevado a ser el primer artista español en colaborar con Vans, dentro de su línea especial Vault by Vans, llevando su universo personal a algunos de los diseños icónicos de la marca. “El mundo urbano está muy unido culturalmente con el arte”, señala el artista sobre la naturaleza de esta colección. “Su público es muy joven pero también muy culto, son chavales que saben de arte urbano pero también de arte en general. No solo conocen a Banksy, sino también a Damien Hirst. Por eso esta colaboración para mí también es una forma de hacer cultura”.

Adaptar su obra a prendas como zapatillas, camisetas o bucket hats, apunta Calleja, no ha sido fácil. “Hemos estado dos años trabajando en esta colección, para la que hemos contado con un gran equipo de diseñadores”. Ahora su obra ha llegado a un nuevo lugar: la moda urbana.