La importancia de consumir frutas y hortalizas de Europa
Productos como el espárrago verde granadino no solo son saludables y de gran calidad, sino que también mantienen vivas las economías locales siguiendo el Modelo de Producción Europeo.
Llenar la nevera de productos frescos, en especial de frutas y verduras, es un acto cotidiano en el que apenas reparamos, pero que esconde un gran trabajo detrás. Para que estos alimentos saludables lleguen a nuestra cocina manteniendo sus propiedades intactas y alcanzando unos niveles óptimos de calidad hay toda una cadena que nos conecta con miles de agricultores y productores de toda Europa. Un sector fundamental para el funcionamiento de nuestra sociedad, como quedó patente en los primeros meses de la pandemia, cuando todos fuimos más conscientes que nunca de la importancia de contar con un abastecimiento constante de alimentos frescos y variados.
Apostar por los productos europeos, por tanto, no es solo una fuente de beneficios por sus propiedades, sino también una manera de apoyar y asegurar que los productores de nuestro entorno puedan seguir ofreciendo alimentos indispensables en nuestra dieta. Uno de ellos, que entre febrero y junio está de temporada, es el espárrago verde producido en Granada. Producidos de manera sostenible, su fuente de regadío son las aguas del deshielo de Sierra Nevada, lo que, unido a la gran diferencia de temperatura entre el día y la noche en las vegas de Granada, le confiere unas características organolépticas singulares.
Entre sus muchas cualidades, el espárrago de Granada es una gran fuente de fibra sin apenas calorías (no cuentan con más de 25 por cada 100 gramos), lo que beneficia la salud digestiva y el asentamiento de la flora intestinal. Son ricos en ácido fólico, un tipo de vitamina B que nos ayuda al buen funcionamiento del sistema inmunitario, y también en vitaminas C y E, ambas con gran capacidad antioxidante. El potasio es otro de los componentes que aporta a nuestro organismo, completando un alimento sano y completo que, además, está recomendado para paliar déficits vitamínicos en momentos como el embarazo. El sabor agridulce y el aroma profundo característico de los campos de cultivo granadinos lo diferencian, además, del resto de variedades del mercado.
La producción de los espárragos de las vegas de Granada se enmarca dentro del Modelo de Producción europeo, un conjunto de estándares de calidad y seguridad que garantizan la calidad del producto, y que también tiene en cuenta la frescura del mismo, consiguiendo que lleguen del campo a las tiendas y supermercados de toda Europa en tan solo 24 horas. Esas características hacen que sea importante fijarse en el etiquetado de las frutas y hortalizas que compramos y comprobar su origen. El origen cercano garantiza la mejor calidad.
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