Descubriendo los escenarios de las hermanas Brontë: la Inglaterra literaria
Las hermanas Brontë no dejaron solo un legado literario, hoy en día también podemos seguirles la pista en algunos de los escenarios que inspiraron sus novelas
La historia de las hermanas Brontë no se puede entender sin conocer el contexto social y político en el que crecieron. Su vida fue dura, y la crudeza de su infancia y adolescencia quedó para siempre plasmada en sus novelas, grandes clásicos de la literatura del siglo XIX. La Inglaterra de 1840 era una Inglaterra de valores rígidos, muy arcaicos, y donde también imperaba la doble moral, con los burdeles y la prostitución, y el auge del consumo de opio. Fue el siglo de la reina Victoria, la conocida como época victoriana, donde imperaba la rectitud, el trabajo duro, la fe… Por contraposición, se hicieron patentes, en novelas como Oliver Twist, de Dickens, las pésimas condiciones de vida de muchos niños, especialmente los que vivían en los orfanatos. El trabajo infantil y enfermedades como la tuberculosis diezmaron a una población que padecía malnutrición y no tenía cubiertas las necesidades básicas. Las hermanas Brontë, por supuesto, no estuvieron exentas de ello, de hecho, la muerte, la enfermedad, la pobreza, la crueldad y la desigualdad están muy presentes en su obra.
Las hermanas Brontë fueron tres de las seis hijas de Patrick Brontë, un párroco irlandés que se quedó a cargo de la parroquia de Haworth, en el norte de Inglaterra. De carácter autoritario y conservador, pero entregado a la educación de sus hijas e hijo (él mismo consiguió labrarse un futuro académico con pocos recursos), Patrick quedó viudo a los pocos años de casarse con su mujer, de la que estaba profundamente enamorado. Este suceso marcó el devenir de las niñas, sobre todo de las dos mayores, María y Elizabeth, quienes fueron enviadas al colegio Clergy Daughters, en Cowan Bridge (Lancashire), donde terminaron enfermando por tuberculosis a causa de las terribles condiciones. Allí también fueron enviadas Charlotte y Emily, hasta que la muerte de las dos hermanas mayores provocó su vuelta. Eso hizo que las tres hermanas, Charlotte, Emily y la pequeña Anne permanecieran en el hogar familiar a cargo de su tía.
Junto con su único hermano, Branwell, e impulsados por su padre, crearon un universo literario propio que les valió para publicar sus primeros poemas y novelas, eso sí, haciéndose pasar por hombres. Charlotte, la mayor, publicaría en 1847 Jane Eyre, una historia en la que denunciaba, inspirada en su paso por el internado de Clergy Daughters, las terribles condiciones de vida de muchos niños y niñas ingleses. También Emily publicó ese mismo año Cumbres borrascosas y, finalmente, Anne, la pequeña, Agnes Grey (1847) y La inquilina de Wildfell Hall (1848). Aunque las tres conocieron el éxito de sus obras, no llegaron a poder saborearlo del todo, la tuberculosis que azotó a Inglaterra en este siglo se cobró también la vida de las tres hermanas, que apenas pudieron llegar a los 30 años. Su historia y novelas se consagraron años más tarde, convirtiéndose en referentes del feminismo y de la literatura clásica universal. Hoy en día existen diferentes rutas para conocer su legado y huella en el norte de Inglaterra.
Este es el objetivo de uno de los viajes que realiza EL PAÍS VIAJES junto a la escritora Espido Freire. En septiembre, y durante cinco días, profundizarán en el universo literario de las hermanas Brontë y en aquellos lugares donde se las vio crecer. Recorrerán sus escenarios más importantes, los páramos, las calles empinadas y las ciudades a las que viajaron y donde enseñaron: Whitby, con su abadía y su puerto; Knightley, con su tren de vapor histórico, o Haworth y su rectoría, donde se encuentra la casa museo de la familia, serán algunos de los puntos más emocionantes de este viaje.
Haworth, hogar de las hermanas Brontë
Un viaje por la vida de las hermanas Brontë no puede sino llegar hasta el que fuera el hogar de toda la familia, y donde, muy a su pesar, murieron casi todos sus miembros. Hay que recordar que el único superviviente de este drama familiar fue Patrick, que enterró a sus seis hijos y mujer en un cortísimo periodo de tiempo. El pueblo de Haworth fue el lugar donde se mudó la familia Brontë cuando al padre le designan rector. Sin embargo, fue Thornton, también en el condado de Yorkshire, donde nacen todas las hermanas y el hermano.
En Haworth es donde se conserva la casa parroquial donde vivieron y escribieron sus célebres novelas, Jane Eyre, Cumbres borrascosas, etcétera, y donde hoy en día hay un museo dedicado en su nombre. Brontë Parsonage Museum muestra sus ropas, muebles, dibujos…, el diván en el que falleció Emily y los diminutos guantes de Charlotte. Además de muchos otros objetos y enseres personales que hacen posible reconstruir la cotidianidad de la familia.
Un paseo por esta localidad permite al visitante hacerse a la idea de aquellos paisajes que inspiraron a las novelistas: Haworth Church, el Brontë Bridge, las Brontë Falls son algunos de ellos. Además del pub donde Branwell acababa mal tantas noches y el cementerio de Haworth, que es imposible no ver desde su hogar.
El pueblo, ahora dedicado al turismo, cuenta con una rica gastronomía y curiosos comercios de artesanía, además de las tradicionales teterías. Nada tiene que ver con aquel en el que vivió la familia Brontë. En palabras de su museo: “El pueblo donde crecieron las hermanas Brontë era entonces una ciudad industrial superpoblada, contaminada, maloliente y lamentablemente antihigiénica. Aunque se encontraba al borde de un campo abierto, la tasa de mortalidad era tan alta como otras ciudades de Londres o Bradford, con un 41% de los niños que ni siquiera llegaban a cumplir los seis años. La edad promedio de muerte era, tan solo, de 24 años”.
‘Shirley Country’, en el valle de Spen
Charlotte, la hermana mayor y la última superviviente de las hermanas, se instaló durante un tiempo en Birstall, al oeste del condado de Yorkshire. Dos años después de escribir Jane Eyre (1849) bajo el seudónimo de Currer Bell, Charlotte escribió, también con gran éxito, Shirley. El apacible pueblo se vio envuelto en un gran revuelo cuando se dio a conocer que Currer Bell no era sino Charlotte Brontë, autora de la popular novela Jane Eyre. Cuando se descubrió el secreto todo cambió para siempre y empezó a conocerse al pueblo como Shirley Country en honor a la protagonista de la novela. Esta obra, sin embargo, nada tuvo que ver con la anterior, ya que se centraba en la parte social y en todos los movimientos históricos y el cambio industrial que sucedió en Yorkshire.
A unos 10 kilómetros de Birstall se encuentra Oakwell Hall, una casa solariega isabelina idealizada por Charlotte Brontë como Fieldhead en su novela Shirley. El legado de Charlotte se puede conocer hoy en día en Oakwell Hall y en Dewsbury Minster, la iglesia gótica de Dewsbury.
Whitby, el pueblo que inspiró a Bram Stoker
Whitby, en la costa de Yorkshire, no es solo el pueblo que inspiró a Bram Stoker en su novela más célebre, Drácula, sino también el escenario de la vida de las hermanas Brontë, concretamente de la menor de todas ellas, Anne. La costa de Yorkshire era un lugar que las hermanas amaban, pero Anne fue la que más conexión tuvo con él. Fue enterrada en el cementerio de la iglesia de Santa María en Scarborough; un lugar que amaba; un lugar que retrató en sus dos novelas: Agnes Gray y The Tenant of Wildfell Hall; y un lugar donde deseaba abrir su propia escuela.
Las ruinas de la espectacular abadía de Whitby, en lo más alto del pueblo, su cementerio, sus callejuelas empedradas, el maravilloso puerto siempre lleno de vida, sus acantilados, sus restaurantes de fish and chips (dicen que son los mejores de toda Inglaterra), los buscadores de fósiles y esa aura gótica convierten a Whitby en un destino con mucha personalidad y un punto indispensable en el recorrido de la historia literaria de Inglaterra.
No pueden faltar la ciudad medieval y vikinga de York y Knightley, de donde parte el mítico tren de vapor que empezó su andadura en 1861, cuando John McLandsborough, un ingeniero civil que visitó Haworth para rendir homenaje a Charlotte Brontë, se sorprendió al descubrir que no contaba con ferrocarril. La línea daría servicio a tres pequeñas ciudades y a 15 fábricas a lo largo de su longitud. Actualmente, es un idílico viaje que siempre aparece en todas las guías de viaje del país.
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