Vídeo | Las cinco recomendaciones de Paco Nadal: lugares para ver animales en libertad
Tiburones ballena en Papúa Nueva Guinea, gorilas de montaña en Uganda, simpáticos suricatas en Botsuana, tigres de Bengala en el norte de la India… De viaje por un Arca de Noé llamado Tierra
Ver animales en libertad es una de las mejores experiencias viajeras. Y, además, una forma de contribuir a su conservación.
Os cuento cinco lugares del mundo donde tener encuentros muy salvajes.
- Gorilas de montaña en el bosque impenetrable de Bwindi (Uganda). Aquí es donde vive el 60% de la población de este primate que llegó a estar al borde de la extinción. Ver en la espesura del bosque y a muy pocos metros de distancia al más grande de los simios es una experiencia conmovedora.
- Suricatas en los salares de Botsuana. Makgadikgadi significa en lengua twsana “el lugar seco más seco aún”. Los salares de Makgadikgadi ocupan la esquina noreste del país africano y es el fondo desecado de un paleolago. Con 37.000 kilómetros cuadrados, es uno de los salares más grandes del mundo. En su interior no crece ni prospera nada. Pero en sus bordes viven los animales más simpáticos y más nerviosos del sur del continente: los suricatas, mangostas de pequeño tamaño con un cuerpo alargado y esbelto. Viven en familias matriarcales y son muy sociales, sus miembros cooperan en todo. Salen de sus madrigueras al amanecer y al atardecer para escarbar en busca de arácnidos, gusanos, escorpiones y todo tipo de insectos. Mientras unos cavan, otros se empinan sobre sus patas traseras vigilando que no aparezcan depredadores.
- Tigres de Bengala en el parque nacional Ranthambore (India). Ranthambore ―uno de los espacios acogidos al programa Tigre, que lucha por la protección y conservación de este gran felino― es uno de los mayores y más conocidos parques nacionales del norte de la India. Está situado en el distrito de Sawai Madhopur, en el sureste de Rajastán, a unos 130 kilómetros de la ciudad de Jaipur. Considerado en su día como uno de los famosos y antiguos cotos de caza de los maharajás de Jaipur, hoy es una importante atracción turística de fauna salvaje que ha atraído la atención de muchos fotógrafos y amantes de la naturaleza.
- Tiburones ballena en la bahía de Cenderawasih (Papúa Nueva Guinea). Este es uno de los escasos lugares del planeta en el que bucear entre ejemplares del pez más grande de los océanos. El único sitio con una población estable durante todo el año de tiburones ballena (animal inofensivo de hasta 18 metros de longitud) es la bahía de Cenderawasih. Los pescadores de la zona faenan con un sistema de plataformas de madera flotantes llamadas bagangs y potentes focos con los que atraen de noche a los cardúmenes de ikan puri, una especie de anchoa. Como no disponen de refrigeración, mantienen las redes con los peces vivos dentro del agua durante días, hasta que llega el barco de recogida, y los tiburones ballena, habitualmente nómadas en busca de plancton, se han acostumbrado a merodear por allí para alimentarse con los restos de pescado y krill que se desprenden de las redes.
- Islas Galápagos (Ecuador). El gran laboratorio de la biodiversidad. Un grupo de 13 islas y más de 110 islotes y rocas pobladas por piqueros, iguanas terrestres y marinas, leones de mar, ballenas y miles de pájaros, sin olvidar las tortugas gigantes —galápagos— que dan nombre al archipiélago y son los seres más longevos que existen (su edad sobrepasa los 150 años), si exceptuamos los árboles y algunas bacterias. Charles Darwin lo visitó en 1831, durante su célebre viaje a bordo del Beagle, y allí encontró las bases de su teoría de la evolución. La ausencia de depredadores en las Galápagos hace que la fauna del archipiélago se muestre sumamente confiada con los visitantes, que pueden acercarse a un palmo de los animales, aunque sin salirse de los senderos marcados.
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