Arrayán Graciano 2018, diálogo de fruta y madera

Maite Sánchez, directora técnica de Arrayán, sigue demostrando que es una de las enólogas más creativas y seguras de España. Para desarrollar su creatividad cuenta con el apoyo de María Marsans, extraordinaria mujer que no dudó en hacerse cargo de la bodega cuando murió su marido, José María Entrecanales, en 2008.

Ahora nos sorprende con este prometedor graciano, la variedad que tiene su histórica zona de cultivo en Rioja, apenas testimonial en Méntrida. Se trata de cepas que tienen que desarrollar todavía su fuerte personalidad en el paraje toledano de Santa Cruz del Retamar, donde se asientan los viñedos de la Finca La Verdosa. De momento, Maite Sánchez extrema el cuidado ecológico de la viticultura y aplica una elaboración precisa, sin sobreactuaciones enológicas, que incluye la fermentación maloláctica en barrica y posterior crianza de un año en barricas de roble francés.

Lo primero que se aprecia es la esbelta y elegante expresión del varietal, donde el diálogo de la fruta silvestre madura y la madera se desarrolla sin perturbadoras competencias, creando una pequeña coral con las notas florales, balsámicas y especiadas. Vibrante en boca, su plácida andadura hacia un final fresco y afrutado incita a seguir bebiendo.