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Ruta musical por Estados Unidos

Chicago, Saint Louis, Nashville, Nueva Orleans... las paradas imprescindibles del periodista y poeta Javier Gallego en el Medio Oeste y sur del país

El periodista y poeta Javier Gallego.
El periodista y poeta Javier Gallego.

Le llaman Javier Gallego Crudo porque lleva 10 años al frente del programa de radio Carne cruda, con el que ha recorrido toda España. Su poesía lo ha llevado mucho más lejos, y su amor por la música le hizo viajar por EE UU de Chicago a Nueva Orleans.

¿Qué buscaba en su periplo estadounidense?

Principalmente, grabar entrevistas con músicos de blues, jazz y rock, y escuchar conciertos. Aproveché para ir donde siempre había querido: al Medio Oeste y al sur del país.

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Comenzó en Chicago. ¿Qué recuerda de la ciudad?

Sobre todo, la escena musical del jazz. En un local llamado The Empty Bot­tle toca a menudo Ken Vandermark, el pope de la vanguardia jazzística. Y la tienda de discos Jazz Record Mart, con el archivo de blues y jazz más extenso que existe. Hasta tenía discos de pizarra y todo. La tienda cerró, pero el dueño la reabrió en 2016 con el nombre de Bob’s Blues & Jazz Mart.

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¿Cuál fue la segunda parada?

Saint Louis, en Misuri. Allí fuimos a ver al padre del rock and roll, Chuck Berry. Tocaba una vez al mes en Blueberry Hill y la gente iba en procesión para escucharle y para que les firmase discos. De ahí fuimos a Nashville, la cuna de la música country. Estuvimos en el estudio donde grabó Elvis Presley.

Su casa, Graceland, no queda lejos.

También la visité. Está en Memphis. Y allí fui también a dos estudios discográficos legendarios que hoy son museos: el Sun Studio y el Stax Museum of American Soul Music.

¿Alguna otra ciudad inolvidable?

El pueblo de Clarksdale, en Misisipi. Allí está el famoso cruce de caminos donde cuentan que Robert Johnson vendió su alma al diablo para obtener los secretos del blues. Junto al cruce hay todavía el tugurio en el que dicen que se tomó unas famosas costillas: se llama Abe’s Bar-B-Q y sigue sirviendo comida tradicional.

Y por último, Nueva Orleans.

Es impresionante, por todas partes hay música. Fui cinco años después del huracán Katrina y vi que la música ayudó a recuperarse del desastre.

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