Oviedo ‘underground’
Centros muy dinámicos como Manglar, Lata de Zinc o La Oficina convierten la ciudad asturiana en un vivero creativo
La heroica ciudad dormía la siesta”, comienza Clarín, así, con ironía, su novela La Regenta, ambientada en la aristócrata ciudad de Vetusta, trasunto de Oviedo. Ahora parece que Oviedo se despereza y deja de dormir la siesta cultural. Si bien la capital del Principado tiene una vetusta apuesta formada por temporadas de ópera y zarzuela, o por la entrega anual de los Premios Princesa de Asturias, muchos ciudadanos, sobre todo los más jóvenes e inquietos, miraban con cierta envidia a la vecina (y a veces rival) Gijón; mejor plaza para la oferta cultural joven, viva, contemporánea. Allí se destacan el centro de creación LABoral, el Festival Internacional de Cine (que puso en el mapa José Luis Cienfuegos), la Semana Negra, el festival mod Euroyeyé o la escena musical que dio el movimiento del Xixón Sound (ya hace 20 años). Pero en Oviedo poca cosa. Sin embargo, en los últimos tiempos se ven brotes verdes, públicos y privados, institucionales y alternativos, de renacimiento cultural en la ciudad. Muchos apuntan que ya no hay que girar la mirada al vecino gijonés para llenarse la vista. Y hasta se ha puesto en marcha una web que se titula:¿Pero quién dice que en Oviedo no hay nada?
Cultura autogestionada
Tal vez el mejor termómetro del cambio sea la aparición de algunos centros culturales autogestionados. Por ejemplo, el Ecosistema Creativo Manglar (Martínez Vigil, 14), que acaba de abrir sus puertas gracias a una campaña de financiación colectiva en lo que era un conocido pub ovetense (La Calleja La Ciega). Se dedica a los conciertos, las presentaciones, los debates, las exposiciones y también a la cocina vegetariana y de proximidad. En la parte de atrás, un huerto urbano. “La ciudad vive desde 2011 un renacimiento de su cultura underground”, dice Diego Díaz, miembro del colectivo promotor.
Un antiguo 'pub' es ahora un centro cultural dedicado a conciertos, muestras y también a la cocina vegetariana
En la misma calle del Manglar, la empinada Martínez Vigil, se encuentra la legendaria cervecería celta Ca Beleño (en el número 4), que fabrica su propia cerveza artesanal, y el bar La Salvaje (en el 9), que participa de la revitalización de la escena de conciertos indies carbayona. Otros lugares donde se hace cultura son Local Creativo Paraíso (Paraíso, 10), La Llegra (Postigo Bajo, 40), D-Espacio (Paraíso, 5), la Fábrica de Ideas (Buenaventura Paredes, 4), Sol y Sombra (Sol, 9) o el Local Cambalache (Martínez Vigil, 30). Se involucran asociaciones como La Ciudadana, Oviedo Redondo u Oviedo SOS Cultura. El proyecto municipal Oviedo vive sus plazas, presentado recientemente, pretende activar la cultura en estos espacios.
La periférica lata
De pionera, nacida hace dos años y medio, ejerce Lata de Zinc (Julián Cañedo, 4), un centro cultural cooperativo ubicado, no por azar, en el barrio periférico de Otero, pero que aun así ha cosechado gran éxito. “Queríamos hacer cultura de barrio, cosas fuera del centro: nos llevamos muy bien con los vecinos, el panadero, el ferretero”, dice una portavoz, “funcionamos de manera asamblearia, que es más difícil, pero que da mayor riqueza de propuestas”. En un espacio en continuo cambio físico y metafísico se suceden conciertos, exposiciones, presentaciones o talleres, y también se da especial importancia a la alimentación vegetariana y sostenible. Al lado, el espacio La Oficina, donde hay una tienda de ropa de segunda mano, una de las pocas tiendas de discos de la ciudad (Alta Fidelidad), la discográfica Humo y la editorial Malasangre. “Cuando abrimos empezamos a remover y vimos que había mucha gente haciendo cosas, pero que pocos lo sabían. Aquí les damos su espacio, mezclando lo local con lo de fuera”, dice la portavoz.
El museo y la alcayata
La cultura más institucional también se ha renovado, como se ha visto en la remodelación del Museo de Bellas Artes de Asturias (Santa Ana, 1), que abrió su nuevo y tercer edificio en 2015, obra del arquitecto navarro Patxi Mangado. Se ha duplicado la superficie y si antes se exponían 450 obras, ahora son 800, de una colección de 15.000. “Hemos conseguido una visita más agradable y luminosa”, dice el director, Alfonso Palacio, “pero además, a través de las visitas guiadas, las conferencias y los talleres, hemos conseguido conectar mejor con la ciudadanía”. Tanto es así que las visitas han pasado de 40.000 anuales en 2013 a 90.000.
Otro de los museos de la ciudad, el Arqueológico de Asturias (San Vicente, 3), en el claustro del antiguo monasterio de San Vicente, también ha gozado de una reciente remodelación, que abrió sus puertas en 2011, obra de los arquitectos Fernando Pardo y Bernardo García Tapia. Además existen proyectos municipales para convertir la vieja Fábrica de Gas y la enorme Fábrica de Armas en centros de exhibición y creación artística en la estela del Matadero de Madrid, por el momento, en stand-by. Desde 2013 la ciudad también tiene su Noche Blanca, además de su feria ArteOviedo y su LibrOviedo.
Como muestra de la convivencia de lo institucional y lo alternativo, está el curioso Alcayata Project, promovido por el artista Israel Sastre. Resulta que el Museo de Bellas Artes descuelga cada noche el cartel con sus horarios y en la pared queda una alcayata huérfana. Así, la noche de cada jueves se cuelga en esa alcayata, con mucha celebración, la obra de un artista local.
Entre arte y libros
En cuestión de galerías “se han vivido momentos mejores, pero a pesar del precario y duro contexto actual, y del tamaño de la ciudad, no son pocos los que ofrecen propuestas de notable nivel”, explica el historiador del arte Carlos Vega, autor de la tesis Galerías de arte en Asturias (1918-2005). Entre ellas se encuentran Guillermina Caicoya (Principado, 11), Arancha Osoro (Ventura Rodríguez, 6), Falcón (San Melchor García Sampedro, 15), Texu (Postigo Bajo, 16), Álfara (Rafael Gallego, 16) y Decero Creativo (Martínez Vigil, 8), entre otras. Y en las librerías donde suelen celebrarse frecuentes eventos, destacan Cervantes (Dr. Casal, 9), Ojanguren (Riego, 1) o Santa Teresa (Covadonga, 11). También hay una nutrida oferta de libro de viejo con Don Quijote (Pasaje Caveda s/n), La Noceda (Martínez Vigil, 11) o la veterana y entrañable Personajes, a punto de cerrar por jubilación.
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