Mientras hacía la colada
Álvaro Cervantes, que interpreta al emperador en sobre Carlos V, conoció a un doble de Christopher Walken lavando la ropa en Nueva York
Sobre sus dominios de ficción no se pone el sol. Ya sin los ropajes de rey emperador, al que interpreta en la serie sobre Carlos V de TVE, a Álvaro Cervantes le tira lo de conquistar tierras lejanas. Sabía que Nueva York sería especial para él y quería pasar allí un tiempo. Finalmente pudo hacerlo hace unos años, cuando se instaló allí tres meses para aprender inglés y baile hip hop. También hizo la colada con el doble de Christopher Walken.
¿Iba a las clases o la ciudad le tentaba demasiado?
Iba, iba. Todas las mañanas, como cuatro horas. Lo mejor eran los compañeros. Había turcos, tailandeses, japoneses, kazajos... Después de las lecciones nos íbamos todos a comer juntos a un restaurante que es el que sale en la película ¿Conoces a Joe Black?
¿Y el baile?
Allí hasta los principiantes parecen profesionales, así que decidí tomar unas lecciones particulares. Además, me enteré de que las escuelas organizan jam sessions. Hay un dj, pasan un sombrero en el que echas cinco dólares y te tiras cuatro horas bailando, haciendo corrillos, aprendiendo y viendo las virguerías que hacían por ejemplo los asiáticos, que eran buenísimos.
¿Cuál fue su momento Nueva York? Ése en el que se sintió un poco el rey del mundo.
Cuando cruzaba Central Park cada mañana a la altura del jardín botánico. Vivía en la Quinta avenida con la calle 109, al principio del barrio de Harlem, y mi escuela estaba al otro lado. Algunos días, cuando pasaba no había ni un alma y toda esa belleza, todo el parque estaba allí para mí.
¿Tuvo suerte con los vecinos?
Mucha. Un día estaba haciendo la colada en el sótano y vino una vecina que resultó ser fan de Raphael. Era profesora de música y me dio consejos sobre cómo trabajar la voz. Otro día, también lavando la ropa, llegó un vecino que trabajaba como doble de luces de Daniel Day Lewis y Christopher Walken y me contó historias geniales. Eran las coladas más divertidas del mundo.
¿Qué es lo primero que hará cuando vuelva?
Iré a Joe’s Shangay, un restaurante chino alucinante en Chinatown, y pediré dumplings de gamba. De lo más rico que he comido en mi vida. Primero dudé si entrar porque tenía un sello de sanidad algo ambiguo pero se convirtió en mi preferido. Me encantaba el polo que llevaban los camareros, rojo y con letras chinas doradas. Me vendieron uno, así que podría ponérmelo y todo.
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