Diez miradas salvajes
De la sabana africana a la laguna de Gallocanta, y de Costa Rica al Caribe mexicano, destinos para ver tortugas, pingüinos, tiburoes ballena o grullas
Pese al empeño del ser humano por trastocarlo todo, aún quedan muchos lugares en el mundo donde disfrutar del gran espectáculo de la fauna salvaje en su hábitat natural. Si es amante de los animales y nunca le gustó verlos enjaulados, estos son algunos de los lugares en los que el espécimen extraño será usted.
Leones
Leones hay en muchos parques africanos, pero el sitio con mayor probabilidad de verlos es el conjunto formado por el parque nacional Masái Mara, en Kenia, y el parque nacional de Serengueti, en Tanzania, que en realidad son el mismo espacio geográfico: la gran sabana del África oriental. La población de leones en Serengueti se estima en unos 3.000 ejemplares.
Elefantes
Igual que los grandes felinos, elefantes pueden verse en muchos lugares de África. Pero la mayor concentración del mundo de paquidermos se da en el parque nacional de Chobe, en Botsuana: unos 120.000 ejemplares. El Chobe forma, junto con sus vecinos, la reserva de caza de Moremi y el delta del Okavango, un gigantesco espacio natural al norte de Botsuana. La mejor época es en la temporada seca, de mayo a octubre; el paisaje es muy árido, pero los animales se concentran en los escasos reservorios de agua.
Ballenas grises y jorobadas
Cada año, a primeros de enero, cientos de ballenas grises empiezan a llegar a las costa de Baja California, en México, tras un viaje de dos meses desde el estrecho de Bering para alumbrar a sus crías o aparearse en las lagunas de San Ignacio, Ojo de Liebre y Magdalena, tres bahías de aguas someras de apenas 15 metros de profundidad. Allí no tienen alimento, pero se sienten seguras para parir y criar a sus ballenatos durante los primeros tres meses de vida. Se organizan visitas en panga (botes) desde las poblaciones costeras. También llegan cientos de ballenas jorobadas, pero estas prefieren quedarse en aguas abiertas, frente a la costa de Los Cabos, desde donde también se organizan visitas diarias para observarlas en libertad criando a sus ballenatos.
Gorilas de montaña
La inestabilidad en la República Democrática del Congo, donde está el parque nacional de Virunga, ha hecho que los turoperadores desplacen hacia Uganda sus viajes para ver a los escasos gorilas de montaña que quedan en esta zona de los Grandes Lagos africanos. El parque nacional de la Selva Impenetrable de Bwindi es uno de los pocos lugares donde sobreviven estos maravillosos primates. El otro es el parque nacional de los Volcanes, en Ruanda, al que suelen entrar también los viajes de safari que vienen de Uganda. Llegar hasta ellos implica un trekking duro de varias horas por zonas de altitud y llenas de barro. Mejor evitar las temporadas de lluvia, que van de abril a mayo y de noviembre a diciembre.
Osos polares
El mejor lugar del mundo para ver al esquivo oso polar en libertad es sin duda Hudson Bay, en el norte de Canadá. Unos trescientos osos polares se reúnen a las afueras de la ciudad de Churchill a finales de octubre para esperar allí a que el invierno forme la banquisa de hielo por la que poder avanzar hacia el Norte en busca de sus presas favoritas: las focas. La observación se hace desde unos vehículos especiales sobreelevados.
Tiburón ballena
Bucear junto a un tiburón ballena, el pez más grande del planeta, es una de las grandes experiencias de la vida marina. El ballena es un viajero pelágico, pasa la vida dando vueltas por el gran azul en busca de plancton. Por eso solo se le puede observar en zonas determinadas en fechas muy concretas. Por ejemplo, entre finales de mayo y principios de septiembre llegan a cientos hasta la isla de Hollbox, en las costas del Caribe mexicano; uno de los lugares más asequibles del mundo para verlos, incluso haciendo snorkel. Grandes ejemplares adultos se dejan ver en septiembre en la isla de Darwin, la más remota de las Galápagos. Pero hace falta una embarcación especial y ser buzo avanzado para verlos allí.
Tortugas
El parque nacional Tortuguero, en Costa Rica, es un lugar muy especial. Su propio nombre indica que es una zona especial de anidación de tortugas, sobre todo, verdes y baulas. Las tortugas verdes desovan entre julio y octubre; las baulas, entre marzo y junio. La isla brasileña de Fernando de Noronha es otro gran centro de desove de tortugas. Allí el proyecto Tamar lleva a cabo programas de conservación y divulgación. La mejor época para verlas: de diciembre a junio.
Pingüinos
Para ver pingüinos hay que ir al hemisferio sur. En islas como Paulet, en la Antártida, pueden anidar hasta 200.000 parejas de pingüino de Adelia; pero no es fácil llegar hasta allí. Más accesible resulta la isla de Magdalena, en el estrecho de Magallanes, a 30 kilómetros de Punta Arenas (Chile), donde se reúnen unos 150.000 ejemplares de pingüino magallánico; o la pingüinera del seno Otway, a 65 kilómetros de Punta Arenas; la época en que anidan aquí abarca desde octubre a marzo. Punta Tombo, en la provincia argentina de Chubut, a unos 170 kilómetros de Puerto Madryn, es otro magnífico lugar para ver pingüinos de Magallanes. En Nueva Zelanda pueden verse pingüinos azules en el estrecho de Marlborough, en la bahía Akaroa y en las islas de Oamaru y Stewart. Muy accesibles son también los pingüinos del Cabo que viven cerca de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica; es la única especie que cría en África. Para verlos hay que ir en el verano austral. Hay pingüinos del Cabo también en alguna isla de Namibia, pero para verlos se requiere un permiso especial.
Orangutanes
La isla de Borneo fue una suerte de edén cubierto de árboles. Hoy la mitad de la isla está deforestada, pero en la otra mitad sobrevive la mayor población del mundo de orangutanes. Están en el parque nacional de Tanjung Puting, en la parte indonesia de Borneo, una reserva de la biosfera en la que también viven otras ocho especies de primates. El punto de partida para las rutas de observación es el centro de investigación de Camp Leakey, fundado en 1971 por Biruté Galdikas, la primatóloga canadiense que lleva cuatro décadas luchando por salvar los orangutanes.
Aves migradoras
Para ver animales en libertad no hace falta irse a lugares exóticos. España es uno de los países con mayor biodiversidad de Europa. Y somos una estación de paso clave para miles de aves migratorias. Por ejemplo, cada invierno llegan a la laguna de Gallocanta, entre Teruel y Zaragoza, y a las dehesas de Extremadura, miles de grullas procedentes del norte de Europa. Verlas regresar a sus nidos al atardecer tras un largo día comiendo en la dehesa o en la laguna es un espectáculo inolvidable. Otro buen observatorio de aves es el estrecho de Gibraltar, uno de los dos pasos naturales de aves entre Europa y África (el otro es el Bósforo). Un buen día se pueden ver cruzar más de 20.000 milanos o 18.000 abejeros entre las orillas de ambos continentes.
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